Netanyahu ocultó información al Gabinete en la última guerra de Gaza
Un informe del 'ombudsman' israelí destaca que el primer ministro no planteó opciones diplomáticas
En un ejercicio de autocrítica, Israel se ha ajustado las cuentas por la guerra de Gaza de 2014, el segundo conflicto más largo de su historia. El informe publicado este martes por el auditor general, que en Israel ejerce la inspección del Gobierno con un amplio mandato de ombudsman, destaca que el primer ministro, Benjamín Netanyahu, ocultó información al Gabinete de Seguridad, en particular sobre los túneles excavados por Hamás bajo la frontera con la Franja. El documento de más de 200 páginas suscrito por el interventor del Estado, Yossef Saphira, tras dos años y medio de investigaciones constata que el Ejecutivo de Netanyahu no exploró alternativas diplomáticas para evitar la escalada bélica con los islamistas ni evaluó el deterioro de la situación humanitaria en Gaza para intentar prevenir la ofensiva.
Las conclusiones de Saphira no hacen referencia a las consecuencias penales de la guerra —que han sido examinadas por los tribunales militares israelíes sin apenas sentencias condenatorias y sobre las que ha abierto diligencias previas la Corte Penal Internacional— ni a las operaciones militares, sino que examinan el rigor de los actos del Ejecutivo. “Los altos responsables políticos y militares y los servicios de inteligencia estaban al tanto de la amenaza estratégica que representaban los túneles”, reza el informe, “y sin embargo no se adoptaron decisiones acordes”.
Netanyahu y su entonces ministro de Defensa, Moshe Yaalon, no informaron a tiempo sobre esa amenaza al resto de los miembros del Gabinete de Seguridad (órgano integrado por los principales ministros), de acuerdo con el contenido del texto oficial difundido por el diario Haaretz. Las galerías subterráneas para desencadenar ataques y los cohetes lanzados desde la Franja fueron las principales razones alegadas por Israel para poner en marcha la llamada Operación Margen Protector, pero el informe precisa que las Fuerzas Armadas carecían de una estrategia definida y solo eliminaron el 50% de los túneles.
El ombudsman establece también que ni Netanyahu ni sus ministros clave exploraron la posibilidad de dar pasos diplomáticos para contener la escalada de hostilidades en el enclave costero palestino durante los meses previos al estallido de la guerra, que se prolongó durante 50 días a partir del 7 de julio de 2014. El conflicto se saldó con la muerte de 2.250 palestinos (tres quintas partes de ellos civiles, entre ellos 550 niños) y de 73 israelíes, de los que 67 eran militares.
El propio Yaalon, que dimitió en 2016 tras enfrentarse a Netanyahu, reconoce en varios documentos citados por el ombusdman en su investigación que la guerra podía haberse evitado si Israel hubiese actuado a tiempo para mejorar las condiciones de vida de la población gazatí. Desde que se constituyó el Gabinete en marzo de 2013 hasta el inicio de la ofensiva solo se abordaron aspectos militares en las reuniones, sin analizar el deterioro de la situación humanitaria, la crisis económica (con una tasa de desempleo que ronda el 50%) ni el colapso de las infraestructuras vitales, como el suministro de agua y electricidad.
Las consecuencias políticas de la investigación de Saphira no se han hecho esperar. El líder de la oposición, el laborista Isaac Herzog, reclamó la dimisión de Netanyahu a la vista de un informe que, según dijo, “refleja un patrón de conducta y un continuo fracaso a lo largo de los años”. El primer ministro se había anticipado el lunes a las críticas al defender en el Parlamento los resultados de la Operación Margen Protector por haber “infligido a Hamás el mayor golpe de su historia” y logrado el periodo más largo de calma en la Gaza en los últimos 50 años.
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