“Un EE UU tan polarizado es desestabilizador para el mundo”
La jefa de la diplomacia de la UE habla de su viaje a Washington en una entrevista
La jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, acaba de vivir en carne propia la incertidumbre que irradia la Administración liderada por Donald Trump. Apenas tres días después de regresar de su primera visita al nuevo Gobierno en Washington, uno de sus interlocutores en ese viaje —el asesor presidencial de seguridad, Michael Flynn— dejaba el cargo por haber mentido respecto a sus contactos con Rusia. Consciente de que los mensajes que ha recibido en la capital estadounidense distan de ser definitivos, Mogherini encabeza la mayoría de sus respuestas con un cauto “según las reuniones que he mantenido”. La alta representante para la Política Exterior espera regresar allí en marzo, según relata en una entrevista concedida el pasado lunes a EL PAÍS y a otros diarios de la alianza LENA.
Mogherini vuelve de Estados Unidos con algunas inquietudes. “Si hay algo que me preocupa es el estado de la sociedad americana. Nunca he visto a EE UU tan polarizado y conflictivo. Me preocupa porque es un factor desestabilizador para el mundo. Siempre se destacan las divisiones europeas. En este momento, veo más divisiones americanas que europeas”, subraya. En esa nueva tesitura, “la UE tendrá que asumir más responsabilidad en cuestiones de liderazgo. Y tenemos el potencial para hacerlo”, subraya.
La alta representante se esfuerza por revestir de normalidad los previsibles choques de trenes entre Bruselas y Washington: “Entramos en una fase diferente. Más pragmática, menos automática. En los últimos años, Estados Unidos era un aliado natural. Ahora habrá que mirar dosier a dosier. Si nuestros intereses no coinciden, no será un drama”. Bruselas explora nuevos caminos ante el mayor aislacionismo estadounidense. Entre ellos, volcarse en Latinoamérica, “una relación estratégica para la UE, incluso más necesaria ahora que antes”.
"La UE tiene potencial para asumir un mayor liderazgo"
Pese a las buenas intenciones, esta primera toma de contacto —se reunió, entre otros, con el secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson— le ha permitido a Mogherini identificar puntos de divergencia clave. El principal, Oriente Próximo. “Es una de las materias donde veo diferencias claras. Tenemos que continuar en un marco internacional y no que los estadounidenses hablen a Israel y la UE a Palestina. Compartí con mis interlocutores mi fuerte preocupación, especialmente en lo que concierne a la embajada [Washington sugirió que podría trasladarla de Tel Aviv a Jerusalén]. Nuestros amigos estadounidenses deberían compartirla también: tal movimiento simbólico podría inflamar los ánimos en el mundo árabe. Podría ser completamente contraproducente. Me preocupa mucho”, recalca.
La migración es el asunto donde Mogherini más quiere marcar distancias. Frente al veto a siete países de mayoría musulmana impuesto por Trump —y luego paralizado por la justicia—, la jefa de la diplomacia comunitaria replica: “El modo europeo no es ese, continuaremos trabajando con todos esos países. No tomamos decisiones en función de nacionalidades. En cuestiones de migración, sería un gran error que EE UU se retirara de esta colaboración iniciado en el marco de la ONU con África, con Latinoamérica, con Asia. No creemos en los muros. No funcionan”. En la pared principal de su despacho, Mogherini ha colocado un cartel de los socialdemócratas europeos con el lema: “No más muros en Europa”.
“Ahora es más necesaria una relación estratégica con Latinoamérica”
Las barreras, pese a todo, existen en la UE, centrada ahora en evitar que los migrantes alcancen su territorio. Mogherini rechaza categóricamente que eso abone las tesis de Trump. “Es completamente diferente. Nos arriesgamos a ofrecer una narrativa polarizada: o tener fronteras completamente abiertas, sin control y en manos de las mafias, o crear muros y expulsar físicamente. Hay un modo europeo, que es también el de la ONU, que consiste en gestionar los flujos, con alternativas económicas, con colaboración. Y trabajando en las causas de la migración. Porque además, Europa necesita migrantes. La economía europea estaría en serios problemas sin ellos. También Estados Unidos colapsaría sin ellos”, aventura.
Sanciones a Rusia
Más aliviada quedó Mogherini respecto a la estrategia estadounidense hacia Rusia. A pesar del episodio Flynn, la alta representante asegura no haber oído “nada diferente a que hay que aplicar completamente los acuerdos de Minsk y que las sanciones [impuestas de manera concertada por la UE y EE UU] están vinculadas a ese cumplimiento”.
“No creemos en los muros. No funcionan. Además la UE necesita migrantes”
La dirigente comunitaria no quiso marcharse de Washington sin censurar —diplomáticamente— las invectivas que Trump y el potencial candidato a embajador estadounidense ante la UE, Ted Malloch, han lanzado sobre el proyecto comunitario. Ante los deseos expresados por Trump de negociar ya un acuerdo de comercio bilateral con Reino Unido, Mogherini aclaró a sus interlocutores que ese país “es todavía miembro y ningún Estado puede negociar tratados comerciales con otros países porque ese es el mejor modo de preservar los intereses de los europeos”. Sobre el eventual nombramiento de Malloch, partidario confeso del desmembramiento de la UE, desliza: “Estoy segura de que EE UU tomará una decisión buena y sabia”.
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