Salir a flote, una costumbre argentina que ahora es récord mundial
2.000 habitantes de un pueblo bonaerense entran al Guinness por flotar todos a la vez
Aumentan las tarifas de servicios, los precios en el mercado, los kilos en el abdomen. Los argentinos viven más neuróticos que nunca y hacen gala de una de sus características más preciadas en el mundo: salir a flote cuando los problemas abundan. Es por ello que merecían un lugar en el libro de los récords mundiales que todos los años edita la fundación Guinness. El pasado fin de semana, unas 2.000 personas de la zona centro oeste de la Provincia de Buenos hicieron justicia por mano propia -o mejor dicho, por cuerpo propio- y se lanzaron al lago Epecuén (a 520 km de Buenos Aires) para batir la marca que premia la “Mayor cantidad de personas flotando en una línea”. Con el objetivo cumplido lograron arrebatarle el privilegio a Taiwan, donde en 2014 flotaron 634 personas en lago Sun Moon.
El record logrado en Argentina puede considerarse todavía más válido que el logrado por los taiwaneses dado que en aquella oportunidad fue necesario el uso de salvavidas, algo que no hace falta en el lago Epecuén por la alta concentración de sales en sus aguas. Según afirmaron voceros de la oficina de turismo local, la salinidad del lago Epecuén “es de 9 a 1 comparada con el mar”, similar a los valores que pueden encontrarse en el Mar Muerto, en la península del Sinaí. Es por ello que sólo bañarse en ese espejo que abarca 17.000 hectáreas alivia dolores musculares, otros relacionados con el sistema óseo y cura enfermedades de la piel como la psoriasis.
Cerca de las 18 horas del domingo, el intendente de la localidad de Adolfo Alsina, David Hirtz, dio el esperado anuncio tras media hora de espera en el balneario La Isla; y si bien resta esperar los números finales, las casi 2.000 personas que flotaron en el lago superaron el tope establecido de 650. La clave del éxito fue la masiva convocatoria que superó ampliamente las expectativas de los organizadores, que esperaban reunir a unos 700 postulantes y se sorprendieron al ver a casi 3.000. “Ni en los mejores sueños esperábamos esta repercusión” reconocieron en la secretaría de Turismo de Carhué.
Los concursantes ingresaron en fila, en grupos de a 50 y todos identificados con un número y pulseras de colores, de acuerdo al grado de conocimiento de la natación. Los concurrentes llegaron de los poblados vecinos al lago, como la citada Carhué, Pigüé, Guaminí y Puán, entre otros. Pero también se acercaron de otras provincias como La Pampa (cuya frontera está a pocos kilómetros de ahí), Formosa, Tucumán y Jujuy. Resultó fundamental el apoyo de algunas celebridades, como el grupo folclórico Los Nocheros. Junto a cada grupo ingresó un fiscalizador encargado de dar las instrucciones pertinentes a los improvisados nadadores a fines de que puedan completar la prueba sin errores. Los instructores, medio centenar de profesores de Educación Física de Adolfo Alsina y distritos cercanos, trabajaron bajo las órdenes de la colombiana Natalia Ramírez, enviada especialmente por Guinness. El resultado se ve en las fotos: una verdadera isla humana que flotó durante 30 segundos pero consiguió que se hable del lago Epecuén durante horas.
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