2016 es el año más violento del Gobierno de Peña Nieto
Los homicidios superan las 20.800 víctimas a falta de las cifras de diciembre
2016 quedará marcado como el año donde la violencia retornó con fuerza a México. A falta de los datos de diciembre, este año reporta la cifra más alta de homicidios dolosos en los cuatro años de Gobierno de Enrique Peña Nieto. De enero a noviembre, las 32 procuradurías (fiscalías) del país iniciaron 18.915 averiguaciones previas por asesinatos. Esto significa que 20.858 personas han sido asesinadas en once meses, según las estimaciones preliminares del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), un órgano que contabiliza los crímenes mensualmente y que depende de la Secretaría de Gobernación (Interior).
El SNSP concentra los datos de delitos como homicidios, secuestros y extorsiones contenidas en las carpetas de investigación de las fiscalías locales. Noviembre ha sido el quinto mes más sangriento de 2016, con 2.018 asesinatos, 25% más que los registrados en el mismo periodo de 2015. El dato acumulado de los primeros once meses del año (28.858 víctimas) supera las 18.673 víctimas de 2015 y las 17.324 de 2014, cuando el sistema comenzó a contar el delito.
México atestiguó un importante aumento de los homicidios este verano. Julio registró 2.094 homicidios. Entonces se rebasaron los dos millares de asesinatos, algo que no había ocurrido desde los primeros meses de Peña Nieto en la presidencia. El dato solo anunciaba el inicio de una terrible tendencia al alza. La estrategia de seguridad del Gobierno no ha podido disminuir desde entonces los asesinatos, que han aumentado en 24 de los 32 Estados del país. Agosto superó a julio y septiembre se convirtió en el mes más violento con 2.189 víctimas de homicidio, la peor cifra desde mayo de 2012 cuando aún gobernaba Felipe Calderón, el presidente del PAN que inició la ofensiva contra los cárteles del narcotráfico. Noviembre ha alargado una racha que suma cinco meses superando los dos mil asesinatos mensuales.
Las explicaciones a este fenómeno se pueden encontrar en varias partes del país. Una de ellas en Colima, un pequeño Estado que hasta hace poco era considerado una tranquila región en el Pacífico. Los enfrentamientos entre el Cártel Jalisco Nueva Generación y otros grupos criminales por controlar su puerto y territorio han hecho que los asesinatos hayan aumentado allí casi un 300%. Colima, con 650.000 habitantes, tiene la tasa de asesinatos más alta de México: 89 por cada 100.000 personas.
A Colima se le suma Guerrero, otro estado en la costa oeste mexicana que ha visto desbordar la violencia a pesar de los esfuerzos por controlarla del gobierno local y federal. El Estado, con 3.4 millones de habitantes, reportó en noviembre 212 víctimas de homicidio, la cifra más alta el mes pasado en todo el país. En lo que va de 2016, la entidad supera las 2.000 víctimas, con una tasa de 70 homicidios por cada 100.000 habitantes. En números absolutos, Guerrero solo es superado por el Estado de México, una región del centro del país que tiene cinco veces más población.
Las cifras del SNSP serán avaladas posteriormente por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Las cifras de homicidios de este organismo son más precisas que las entregadas por las fiscalías locales. El INEGI clasifica mejor los tipos de homicidios y corrige los vicios estadísticos de los ministerios públicos. Por esto, el número de homicidios oficiales del INEGI supera siempre a los del Sistema Nacional de Seguridad Pública. El problema es que el instituto tarda más de un año en procesar los datos. Será hasta julio del próximo año que se sabrá exactamente qué tan sangriento ha sido 2016.
Diez años de la guerra contra el narco
En diciembre de 2016 se cumple una década desde que el presidente panista Felipe Calderón (2006-2012) sacó al Ejército de sus cuarteles para enviarlo a Michoacán a luchar contra los cárteles del narcotráfico. 2007 fue el año con menos homicidios del México moderno, con 8.867 (una tasa de 8.2 por cada 100.000 habitantes). Sin embargo, la ofensiva militar provocó un aumento en los asesinatos. Para 2009 los homicidios se duplicaron. Y en 2011 se llegó a la cúspide de la violencia, con 27.213 casos (24 por cada 100.000 habitantes). Los expertos en seguridad consideran que 2016 puede rebasar nuevamente la tasa de 20 homicidios por cada 100.000 habitantes, algo no visto desde el Gobierno del PAN.
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