Detenida en Cuba una abogada estadounidense de derechos humanos
El incidente ocurre cuando se cumplen dos años del deshielo de las relaciones entre EE UU y La Habana.
El día que murió Fidel Castro, Danilo Maldonado buscó una pared en La Habana y pintó dos palabras: “Se fue”. El grafitero cubano, conocido como El Sexto, lleva encarcelado desde ese 26 de noviembre. El viernes, la abogada estadounidense de derechos humanos Kimberley Motley fue detenida en Cuba e interrogada por la policía cuando iba a una reunión sobre el caso. El incidente ocurre cuando se cumplen dos años del deshielo de las relaciones entre EE UU y La Habana.
Motley fue detenida poco después de las cuatro de la tarde del viernes por agentes de paisano, junto al músico Gorki Águila y el activista Luis Alberto Mariño. La abogada, que forma parte de la organización Human Rights Foundation (HRF), había llegado a La Habana para asesorar a la defensa de El Sexto, a quien conoce personalmente. Tras las gestiones de la Embajada estadounidense, Motley fue liberada ayer y regresó a su país, según la web independiente 14ymedio. Un poco más tarde salieron libres Águila y Mariño.
“Este intolerable abuso es la triste realidad del totalitarismo que pervive hoy en Cuba", dijo en un comunicado en su web Thor Halvorssen, presidente de HRF. "Primero detienen a El Sexto por mofarse del dictador fallecido, y ahora detienen a la abogada que ha viajado a Cuba para defenderlo”.
Kimberley Motley es una abogada internacional de derechos humanos y forma parte del equipo legal de HRF. Ha trabajado en diversos países y es la primera letrada extranjera que ha defendido casos penales en los tribunales de Afganistán.
Maldonado, de 32 años, enfrenta cargos por daño a la propiedad del Estado y ha sido trasladado a la prisión de alta seguridad del Combinado del Este, informa la agencia Efe. Según su familia, está incomunicado y ha sido golpeado. El grafitero y artista ha sido detenido varias veces. En la última, en diciembre de 2014, estuvo encarcelado casi 10 meses sin juicio por una performance en el parque central de La Habana, donde iba a soltar dos cerdos con los nombres de Fidel y Raúl pintados en los lomos. Aquel episodio suscitó una oleada de solidaridad. Declarado preso de conciencia por Amnistía Internacional, sus acciones artísticas contra el régimen de los Castro le valieron en 2015 el premio Vaclav Hável a la disidencia creativa de la organización Human Rights Foundation, que pudo recoger el pasado mayo en Oslo.
En una entrevista que dio entonces a este periódico, afirmaba que el deshielo diplomático no tiene muchos efectos dentro de Cuba: “No sé qué deshielo. La violencia policial y la falta de libertad de expresión siguen igual. Esos presidentes llegaron por la fuerza, matando a gente. No tienen que estar ahí, el pueblo no los eligió. No importa que digan que mañana van a ser buenos, tienen que irse”.
Exactamente ayer se cumplieron dos años desde que los presidentes Barack Obama y Raúl Castro dieron por acabado medio siglo de hostilidades entre Estados Unidos y Cuba. En la nueva situación, EE UU ha dejado de considerar a Cuba como enemigo en guerra. En el segundo aniversario del deshielo, la Casa Blanca envió un comunicado en el que una cuentapropista (pequeña empresaria) de Cuba explicaba cómo la normalización de relaciones, y sobre todo las mayores posibilidades de viajar entre los dos países, le han cambiado la vida.
El Partido Republicano se ha opuesto durante la campaña al acercamiento (dos de sus precandidatos presidenciales, Marco Rubio y Ted Cruz, son hijos de emigrantes cubanos) al considerar que EE UU estaba legitimando al régimen comunista a cambio de nada. El presidente electo, Donald Trump, ha hecho suyo este argumento y ha prometido “liquidar” el acuerdo. No está claro qué consecuencias prácticas tendrá esto a partir del 20 de enero.
Además de El Sexto, la seguridad cubana detuvo también hace unos días al activista Eduardo Cardet, dirigente del Movimiento Cristiano Liberación.
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