Golpe al ‘Brexit’ de May con la victoria de una europeísta en una elección parcial
La liberaldemócrata y proeuropea Sarah Olney arrebata un escaño a los conservadores
La inesperada victoria de los liberal demócratas en una elección parcial celebrada ayer en Richmond, en el suroeste de Londres, ha proporcionado un incómodo toque de atención al Gobierno de Theresa May por su gestión del Brexit. Y eso que el Partido Conservador ni siquiera concurría en unas elecciones que se convocaron después de que el diputado Zac Goldsmith, derrotado candidato tory a la alcaldía de Londres en mayo de este año, decidiera abandonar sus filas en protesta por la decisión el Gobierno de construir una nueva pista en el aeropuerto de Heathrow, cercano a la localidad.
En las generales del año pasado Goldsmith, partidario del Brexit, ganó este escaño de Richmond para los tories con una mayoría de 23.000 votos. Ahora pretendía conservar su asiento en el Parlamento, esta vez como independiente. Pero se ha interpuesto en su camino Sarah Olney, de 39 años, la candidata de los proeuropeos liberal demócratas, una contable con escasa experiencia en política, que se ha referido a su victoria como un rechazo a “la política del miedo” y al “Brexit duro”.
Goldsmith centró su campaña en la política local, mientras que Olney basó la suya en el Brexit. Y ahí está la clave. Los liberal demócratas quisieron convertir esta pequeña elección parcial en un plebiscito sobre la gestión del Brexit del Gobierno de May, y lo lograron. Convencieron a los votantes de esta circunscripción electoral cosmopolita y adinerada, una de las que cosechó un voto por la permanencia más fuerte del país (70%), de que debían estar representados en el Parlamento por alguien que pensara como ellos en un asunto tan crucial. Consiguieron, en suma, escenificar el más claro gesto de rechazo al Brexit desde el referéndum del 23 de junio.
Con la victoria en Richmond los tories debilitan aún más su frágil mayoría parlamentaria, ahora de 12 escaños; los liberal demócratas, por su parte, consiguen su novena diputada y confirman que la estrategia de defender un europeísmo sin matices puede sacar a la formación centrista de la irrelevancia política a la que, en las elecciones de 2015, les condenaron los votantes en castigo por sus cinco años de Gobierno en coalición con los conservadores.
I will stand up for the open, tolerant, united Britain that we believe in. pic.twitter.com/c51dqx1UDN
— Sarah Olney (@sarahjolney1) December 2, 2016
En esta circunscripción de Richmond, que los liberal demócratas perdieron ante los tories en 2010, los centristas han logrado conectar con aquellos que consideran equivocada la estrategia del Gobierno con el Brexit: esa interpretación de que el del referéndum fue un voto por reducir la inmigración, y que ese debe ser el objetivo prioritario en la ruptura con la UE, aún a costa de perder el acceso al mercado único. Las críticas de May a esa élite cosmopolita que abunda en esta zona de la capital, esos “ciudadanos del mundo que no son ciudadanos de ningún lado”, en palabras de la primera ministra, parecen haber alejado del Partido Conservador a los votantes de Richmond.
Esta ha sido una elección parcial muy particular, en la medida en que ni los conservadores, ni el UKIP, ni los Verdes presentaron candidatura. Los Verdes decidieron apoyar a la candidata Olney. Una decisión que hoy muchos han querido ver como una exitosa prueba de la estrategia de formar una alianza progresista para derrotar a los conservadores en elecciones generales futuras: la idea es que, entre laboristas, liberal demócratas y verdes, se apoyen mutuamente a candidatos de unos u otros en circunscripciones en las que alguno tiene la posibilidad de arrebatar el escaño a los tories.
El candidato Goldsmith, joven y perteneciente a una familia de multimillonarios, era un político popular a escala local. Pero su fallida campaña contra el laborista Sadiq Khan en las elecciones a la alcaldía de Londres en mayo de este año fue muy criticada. El equipo de Goldsmith, y el propio candidato, se dedicaron a insinuar que Khan, musulmán de origen pakistaní, tenía vínculos con el radicalismo islámico. La campaña adquirió así un tono bronco y racista, del que se acusó a Goldsmith, que acabó derrotado por Khan, el actual alcalde.
“Creo que mucha gente de esta comunidad se ha sentido como yo este verano”, ha dicho Olney en su discurso tras la victoria. “Richmond está lleno de gente como yo que sintió que algo iba mal: que la política del enfado y la división estaba creciendo. Veíamos que la visión de UKIP para el país estaba creciendo: intolerante, retrógrado, divisoria. Lo vemos en América y por toda Europa. Bien, pues hoy hemos dicho no”.
Los conservadores han señalado que este resultado no cambia nada y que "el Gobierno sigue comprometido a abandonar la Unión Europea y a activar el Artículo 50 para finales de marzo del año que viene", según ha declarado un portavoz tory. El Artículo 50 del Tratado de la Unión Europea establece un plazo de dos años para negociar los términos de salida de la Unión Europea.
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