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Jobany vuelve a casa: El misterio sigue

El estudiante mexicano preso en Nicaragua paga una multa por simular un delito y vuela de regreso. Jobany apareció golpeado ante los medios en Nicaragua

El mexicano Jobany Torres.
El mexicano Jobany Torres.CARLOS HERRERA

El estudiante mexicano Jobany Torres llegó a su casa en Zacatecas, en el centro del país, la madrugada de este viernes. Volvía tras pasar un mal trago en Nicaragua, doce días en prisión, un juicio y una multa, la guinda amarga de una experiencia laboral de tres meses en el país centroamericano.

Jobany había viajado en marzo. Estudiante de Ingeniería en Metalurgia en la Universidad de Zacatecas, el joven aprovechó un programa de pasantías y se fue a Bonanza, un pueblo a 20 horas en carro de Managua, la capital. Bonanza era la sede de Hemco, la empresa minera donde Jobany llegaría a trabajar. Sus compañeros recuerdan que estuvo bien casi todo el tiempo. Luis Ángel Rivas decía la semana pasada a EL PAÍS que sólo al final “empezó a presentar dificultades”. Parecía distraído, dice. En algunas ocasiones comentó que tenía problemas familiares.

La empresa denunció la desaparición de Jobany el pasado 31 de mayo. El joven se marchó, no le dijo nada a nadie, sus compañeros y el supervisor no sabían dónde estaba. En la noche, llamó al supervisor, le dijo que estaba en Managua, en el aeropuerto. Le dijeron que no se moviera, que ya iban por él.

Parece que Jobany había sufrido una crisis de ansiedad, de pánico. Pensaba que le perseguían, pensaba, también que le estaba fallando a la empresa y la universidad. 

Al día siguiente, cuando el supervisor y otros compañeros llegaron al aeropuerto, la policía enseguida les interceptó. Les preguntó si venían por Jobany y les condujo a El Chipote, la dirección de Auxilio Judicial de la policía. Entonces no sabían por qué lo tenían allí, pero al menos consiguieron hablar con él. Por la noche, la policía les dijo que se tenían que ir. Jobany se quedó. Pasaron diez días y Jobany no salía. Pese a las peticiones de la Embajada de México en Nicaragua, el Gobierno de Daniel Ortega evitaba contestar. Ni siquiera decía por qué retenían al muchacho.

El domingo 12 de junio, once días después de llegar a El Chipote, la fiscalía nicaragüense anunció que acusaba a Jobany de simulación de delito, de haber fingido su desaparición.

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El martes inició el juicio. Jobany apareció ante el juez con el rostro magullado. La versión oficial establece que se golpeó a sí mismo, aunque no queda claro cómo. La Fiscalía acusó al joven de “fingir” su desaparición para “desprestigiar” la imagen del gobierno de Ortega.

El juez Walter William Vargas lo declaró culpable el miércoles y le impuso una multa de 157 dólares. Luego ordenó su remisión al ministerio de Migración para ser deportado a México.

La mala fama de El Chipote y lo extraño del caso despiertan dudas sobre la versión que divulgó el Gobierno de Nicaragua. Vilma Núñez, presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), dijo que el encarcelamiento de Torres Becerra fue ilegal, porque la Policía de Nicaragua no lo presentó ante el juez para una acusación formal en el plazo de 48 horas que establecen las leyes.

El joven, sin embargo, confirmó la versión oficial y dijo: “No he sido amenazado para estar en este juicio, estoy claro de lo que hice, lo admito”. A su llegada a México, Jobany no se ha referido al caso, por lo que sus días en El Chipote siguen siendo un enigma.

Su hermano, Carlos Torres, dice que Jobany está bien, que está descansando con su pareja en Zacatecas y que el lunes empezará a ir al psicólogo, por cuenta del Gobierno del estado.

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