Los coches de más de veinte años no podrán circular por París
También las motos van a sufrir restricciones durante los días laborables
La cruzada del Ayuntamiento de París contra la contaminación va a avanzar ostensiblemente el próximo 1 de julio. A partir de esa fecha, los coches de más de veinte años (previos a 1997) no podrán circular por la capital francesa durante los días laborables. Esta nueva medida se une a la ya en vigor desde julio del año pasado, fecha desde la cual los autobuses y camiones de más de catorce años, es decir, los matriculados antes de 2001, tampoco pueden entrar en la ciudad.
Ni los viejos coches particulares ni los utilitarios ligeros podrán recorrer las calles de París a partir del 1 de julio. Tampoco las motos y motocicletas anteriores a 1999 podrán hacerlo. La prohibición se establece para los días laborales y entre las ocho de la mañana y las ocho de la tarde. El proyecto en marcha, cuya aprobación se espera inmediata, es obligar a todos los vehículos a portar una etiqueta que indicará con colores claros su nivel de contaminación.
La medida está contenida en la Ley de Transición Energética aprobada el pasado año, pero es ahora cuando el Grupo de Autoridades Responsables del Transporte (GART), los ayuntamientos y el Ministerio de Ecología han acordado los detalles del dispositivo: serán seis las etiquetas a llevar adheridas al parabrisas en función del nivel contaminante del vehículo y la medida entrará en vigor en un mes. Uno de cada diez coches que suelen circular por las calles de París no podrán hacerlo o, al menos, no podrán acceder a determinadas zonas en determinados días y horarios.
Varias ciudades francesas han introducido o están introduciendo sistemas similares para combatir la contaminación. La calidad del aire de París, que contabilizando todas las localidades periféricas cuenta con más de ocho millones de habitantes, ha registrado momentos críticos que ha llevado a las autoridades a imponer el sistema alterno de circulación en función del número de la matrícula. La política municipal que lidera la alcaldesa Anne Hidalgo ha introducido incentivos para que los ciudadanos utilicen la red de vehículos eléctricos municipales y las bicicletas.
Un particular que renuncie a su viejo coche opta a una ayuda de 400 euros para obtener un abono transportes o comprar una bicicleta. También puede lograr un descuento del 50% en el abono de Autolib, el sistema de coches eléctricos del Ayuntamiento. Los menores de 30 años obtienen la misma ayuda aunque no dispongan de coche del que desprenderse. Los profesionales pueden contar con una subvención de hasta 9.000 euros por pasarse a una vehículo pesado eléctrico a cambio del suyo. También el Estado ha introducido en su ley ayudas para los particulares que quieran cambiar su coche por uno limpio.
París está multiplicando de manera exponencial, además, sus puntos de recarga para los vehículos eléctricos. En cuanto a los vehículos que utilizan diésel, estos tienen sus días contados en la ciudad. En cinco años habrán prácticamente desaparecido de las calles.
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