Al menos 33 muertos en un doble atentado con coche bomba en Irak
Las explosiones se produjeron de manera casi simultánea en Samawa, al sur del país
Al menos 33 personas han resultado muertas y varias decenas más heridas este domingo en Irak en un doble atentado suicida del que se ha responsabilizado el Estado Islámico (ISIS). El ataque se ha producido en Samawa, a 230 kilómetros al sur de Bagdad, una zona chií alejada de las regiones bajo control de ese grupo extremista suní en el norte y el oeste del país.
“El primer vehículo ha estallado a mediodía cerca de una estación de autobuses en el centro de la ciudad y cinco minutos más tarde el segundo ha hecho explosión a 400 metros de distancia”, explicó un responsable policial citado por la agencia France Presse.
El ISIS aseguró en un comunicado difundido en las redes sociales que sus dos militantes habían tenido por objetivo las fuerzas de seguridad en Samawa. Sin embargo, el lugar del atentado hace sospechar que la mayoría de las víctimas sean civiles.
El sábado otro coche bomba dirigido contra peregrinos chiíes causó 23 muertos en las cercanías de Bagdad. Durante toda la semana, la capital iraquí ha estado en máxima alerta debido a la conmemoración de la muerte del imam Kadhem, una ocasión que moviliza a decenas de miles de chiíes.
El ISIS, que considera herejes a los seguidores de esa rama del islam, viene atacando por sistema a quienes participan en alguna de las numerosas peregrinaciones que salpican su calendario religioso. De momento, no hay indicios de que ese fuera el caso en Samawa.
A pesar de que aún controla Mosul (la tercera ciudad de Irak) y amplias regiones a su alrededor, ese grupo terrorista lleva un año perdiendo terreno frente a las fuerzas de seguridad iraquíes y los bombardeos de la coalición que lidera EE UU. Los analistas advierten no obstante que a menudo que se reduce su autoproclamado califato, aumenta su recurso a los atentados contra objetivos civiles.
De hecho, el pasado 6 de marzo un enorme camión bomba mató a 61 personas en un control policial a la entrada de Hilla y, tres semanas después, un suicida se detonó durante la entrega de trofeos de un campeonato local de fútbol en Iskandariyah, causando una treintena de muertos, la mayoría de ellos niños y adolescentes. Ambas localidades se encuentran al sur de Bagdad, en la zona de mayoría chií.
La violencia apenas ha remitido en el mes de abril. Según cifras publicadas por la misión de la ONU en Irak, 410 de las 741 personas muertas en actos de violencia, terrorismo y conflicto armado fueron civiles. En marzo, su número alcanzó los 575. Además, ha habido 1.374 heridos, 973 de ellos civiles. El resto de las víctimas son miembros de las fuerzas de seguridad, incluidas las milicias progubernamentales, pero exceptuando las que combaten en la provincia de Al Anbar, en el oeste del país.
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