El Gobierno alemán alerta del riesgo de que la violencia xenófoba cause muertos
Los sucesos de Sajonia indignan al país y generan críticas sobre la actuación de la policía
La clase política alemana ha reaccionado indignada ante los nuevos episodios de violencia xenófoba. Dos hechos sucedidos en los últimos días en el Estado oriental de Sajonia ponen de relieve hasta qué punto el odio a los refugiados ha calado en una parte de la sociedad; y el riesgo de que la violencia xenófoba pueda acabar en una tragedia. “No podemos esperar hasta que haya los primeros muertos”, ha señalado este lunes el ministro de Justicia, el socialdemócrata Heiko Maas.
Las imágenes de un grupo de refugiados (mujeres y niños incluidos) aterrorizados en un autobús ya horrorizaron al país a finales de la semana pasada. Varias decenas de personas se congregaron en la puerta del centro de acogida de Clausnitz, al que se dirigían los solicitantes de asilo al grito de “Nosotros somos el pueblo”, el lema que se hizo famoso en las protestas a favor de la democracia en la RDA en 1989, y que el movimiento islamófobo de Pegida ha hecho suyo en el último año. Algunos de los concentrados, según indicaron testigos a la agencia Freie Presse, amenazaron a los niños simulando un gesto de degollamiento.
A unos 100 kilómetros de distancia, en la localidad de Bautzen, un hotel que estaba siendo reformado para alojar a unos 300 refugiados ardió en la noche del sábado. Entre 20 y 30 personas allí reunidas celebraban las llamas y entorpecían el trabajo de los bomberos. Esa noche se oyeron varios gritos, entre ellos, “Kanaken”, palabra que en alemán se utiliza para referirse a los extranjeros de forma muy despectiva.
No se trata de hechos aislados. El número de agresiones a centros de refugiados se disparó en 2015 por encima del millar, quintuplicando los del año anterior. "Hace falta ser un desalmado y un cobarde para plantarse delante de un autobús de refugiados, para insultarles, para gritarles y para aterrorizar a mujeres y niños", ha dicho este lunes el portavoz de la canciller, Angela Merkel. En parecidos términos se han expresado los representantes de todos los partidos democráticos.
Pero más allá de la condena a la violencia, la crítica se dirige ahora al Gobierno regional y a la policía de Sajonia. Los verdes acusan a las autoridades de Sajonia de minimizar la violencia extremista y a la policía de haber fracasado estrepitosamente.
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