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La investigación del ‘caso Lava Jato’ salpica a cuatro presidentes de Brasil

La operación que investiga la trama de corrupción de la petrolera estatal brasileña Petrobras incluye a tres exmandatarios y la actual, Dilma Rousseff

Gil Alessi
Máscaras del expresidente Lula da Silva y la presidenta Dilma Rousseff.
Máscaras del expresidente Lula da Silva y la presidenta Dilma Rousseff.VANDERLEI ALMEIDA (AFP)

No hay vacaciones para la operación Lava Jato, que investiga la trama de corrupción de la petrolera estatal brasileña Petrobras. Los expresidentes Fernando Henrique Cardoso (del Partido de la Socialdemocracia Brasileña, PSDB), Luiz Inácio Lula da Silva (del gobernante Partido de los Trabajadores, PT), Fernando Collor de Melo (actual senador del Partido del Trabajo de Brasil, PTB, de Alagoas) y la actual dirigente, Dilma Rousseff (PT), han sido mencionados en los autos, lo que supone un mal comienzo de año para el Palacio de Planalto.

Además de ellos, el ministro de la Casa Civil y hombre fuerte del Gobierno, Jaques Wagner, también aparece en testimonios de personas implicadas en el escándalo, que han aceptado delatarle a cambio de rebajas en la condena. Hasta ahora, solo Collor ha sido acusado formalmente por la Fiscalía General de la República, pero existe la expectativa de que la mención de los nombres vinculados al Gobierno eche más leña a la hoguera de la crisis política en un momento en el que parecía que en el Palacio de Planalto (sede presidencial) se respiraban aires más tranquilos, tras un 2015 desastroso.

El expresidente Lula ha sido mencionado dos veces. Primero, en la denuncia de la Fiscalía contra el diputado federal Vander Loubet (PT). En un documento obtenido por el periódico Folha de S. Pãulo, el fiscal general de la República, Rodrigo Janot, afirma que el entonces presidente concedió al senador Fernando Collor “influencia” en BR Distribuidora, una subsidiaria de Petrobras, “a cambio de apoyo político al Gobierno en el Congreso Nacional”. A su vez, Collor supuestamente recomendó dos nombres para cargos en la empresa que se encargarían de pagar los sobornos al senador. En un comunicado, el Instituto Lula afirmó que los directivos de la petrolera y de las subsidiarias fueron recomendados por los partidos, y no por él. El senador Collor negó las acusaciones.

El exdirector del área internacional de Petrobras, Nestor Cerveró, también detenido por corrupción y también delator a cambio de rebajas en su condena, declaró que Lula era el responsable de recomendar a la constructora WTorre para una obra en un edificio de Petrobras en el centro de Río de Janeiro, según el periódico Folha de S. Pãulo.

El juicio se reanudará en febrero

El proceso judicial por el caso Lava Jato revivirá en febrero, cuando volverán a funcionar la justicia y el poder legislativo y los políticos evaluarán las condiciones para llevar adelante el ‘impeachment’ contra Dilma Rousseff. La presidenta cerró el año con una relativa ventaja en este asunto, con cierto control sobre parte de los diputados del PMDB (Partido del Movimiento Democrático Brasileño), pero no hay margen para decir que la ofensiva para la destitución está herida de muerte.

Filtraciones

Las menciones a Wagner, Cardoso y Lula están directamente relacionadas con el arresto del senador Delcídio Amaral, del PT, el pasado noviembre. Las filtraciones provienen de documentos encontrados en el gabinete del político, que contienen parte de la supuesta delación premiada de Cerveró. Nadie sabe cómo llegó a sus manos.

En el texto confiscado, el exdirector de Petrobras dice que hubo “un gran aporte de recursos” desviados de la petrolera pública para sufragar la campaña de Wagner al Gobierno del Estado de Bahía en 2006. El nombre de Wagner también es mencionado en mensajes del teléfono móvil del constructor Leo Pinheiro, de la empresa OAS, sobre un sistema de corrupción relacionado con proveedoras de Petrobras y fondos de pensión. En uno de los textos, el empresario habla de punto muerto en las negociaciones, y cita a “nuestro amigo JW”, que parece el código con las iniciales del ministro.

La alusión a Fernando Henrique Cardoso también sale de los documentos confiscados a Delcídio Amaral. Según este material, la adquisición de la petrolera argentina Pérez Companc por parte de Petrobras incluyó un soborno de 100 millones de dólares al Gobierno del entonces presidente. En el texto, el exdirector no explica a quién se pagó el presunto soborno, ni quién fue el responsable de hacer el pago. El expresidente alegó que desconoce esa información y que las acusaciones son vagas.

“En aquella época, el presidente de Petrobras era Francisco Gros, una persona con una reputación intachable y sin ningún vínculo político o partidario”, dijo Cardoso. Sin embargo, el propio exdirigente comenta en su diario recién publicado que en Petrobras se producían presuntos negocios ilícitos, sin hablar de otras menciones a opositores a lo largo de las investigaciones.

La mención a Rousseff se basa en la delación de Cerveró en diciembre. Según el periódico Estado de São Paulo, en septiembre de 2013 Collor afirmó que Rousseff condujo las negociaciones para recomendar cargos para la directiva de BR Distribuidora. “Rousseff dijo que estaban a la disposición de Fernando Collor de Mello la presidencia y todos los cargos directivos de BR Distribuidora”, dice el fragmento citado por el periódico.

El Palacio de Planalto ha afirmado que no comentará las declaraciones. Pero el Congreso brasileño ha reaccionado. Los abogados de los partidos de la oposición debaten si incluir estas filtraciones en las acciones que tramitan contra la presidenta en el Tribunal Superior Electoral, para destituirla a ella y al vicepresidente, Michel Temer, de sus cargos.

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Sobre la firma

Gil Alessi
Reportero de la edición brasileña de EL PAÍS desde 2014. Escribe sobre seguridad pública, medio ambiente y política. Es licenciado en Periodismo por la PUC de São Paulo y en Ciencias Sociales por la Universidad de São Paulo. Anteriormente trabajó en el portal ‘UOL’, TV Bandeirantes y TV Cultura.

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