Danilo Aguirre, periodista, voz crítica de Nicaragua
Fundó ‘El Nuevo Diario,’ al que convirtió en la segunda cabecera del país centroamericano, y plantó cara a Somoza y Ortega
El periodista y exlegislador nicaragüense Danilo Aguirre Solís murió el pasado 10 de noviembre a los 76 años en su casa de Managua a causa de un infarto. Era uno de los maestros del periodismo de Nicaragua, fundador de El Nuevo Diario en la década de los ochenta —el segundo periódico más importante del país y en su momento estandarte de los valores de la izquierda— en pleno fulgor de la revolución sandinista. Como editor convirtió la titulación en un arte supremo: sus titulares marcaban el pulso de la realidad nacional. Fue un férreo opositor de la dictadura somocista —que atacaba con sus titulares desde la redacción del diario La Prensa, siempre amenazada por el somocismo— y apoyó con pasión al sandinismo, en cuya lucha guerrillera murió uno de sus hijos. “Vencimos y adelante”, fue el titular con el que celebró el triunfo revolucionario.
Tras el regreso al poder del presidente Daniel Ortega, en 2007, Aguirre se convirtió en uno de sus críticos más fieros, denunciando los abusos de poder del Frente Sandinista. Aguirre fue uno de los impulsores de la reforma de la Constitución que tras la derrota del sandinismo, a inicios de la década de los noventa del siglo pasado, prohibió la reelección presidencial en Nicaragua.
Quienes lo conocieron afirman que era un amante de los tangos y los boleros, que gustaba cantar en sus tertulias. “Con una personalidad transformada para acaparar la atención con su canto y con su larga trayectoria de veladas nocturnas. Conocedor de los vericuetos, andanzas, maledicencias y acciones cubiertas y encubiertas de los políticos. Acucioso y puntilloso con el lenguaje. Tenía la divina facultad de elaborar títulos cortos y sencillos para la comprensión de todos los nicaragüenses”, dijo de él la periodista Lilly Soto Vásquez.
Aguirre amaba el periodismo con intensidad y pasó toda su vida dentro de las redacciones, enseñando a varias generaciones de periodistas nicaragüenses. Era un observador de la realidad del país y conocía en profundidad la historia caudillesca de Nicaragua, los pactos políticos, las eternas disputas entre liberales y conservadores, primero, y el proceso de deterioro del Frente Sandinista, el partido en el que militó, pero que dejó a inicios de la década de los noventa para fundar el Movimiento Renovador Sandinista junto el exvicepresidente y escritor Sergio Ramírez, que lo recuerda como “un gran periodista, gran amigo, compañero de tantas aventuras, tanto que voy a extrañarlo”.
Hombre de ideas
“El talento periodístico de Danilo Aguirre se puso a prueba mil veces en ese instante singular que los editores llaman la agonía a la hora del cierre, y nos enseñó que aun en los momentos de máximo dolor y privación, el periodista debe prevalecer y atender después los duelos personales”, escribió el pasado miércoles el periodista Carlos Fernando Chamorro. “Danilo nutría su talento de una amalgama de ese temperamento volcánico, el humor negro a flor de piel, y su memoria de elefante. Pero no debe soslayarse su condición de intelectual y hombre de ideas, comprometido hasta el último día con los cambios sociales que demanda Nicaragua, en libertad y democracia”, agregó.
Dejó la redacción de El Nuevo Diario en 2011, cuando los dueños del periódico vendieron el rotativo a un poderoso grupo financiero de Nicaragua y la política editorial, hasta entonces progresista, combativa y opuesta con el Gobierno, pasó a una posición edulcorante, donde la orden de los nuevos jefes era no criticar al régimen de Ortega. Uno de sus amigos más cercanos, el también periodista Ernesto Aburto, dijo que “deja un legado de periodismo apasionado, que se vivía en la sangre, en el corazón y en el cerebro las 24 horas del día”.
Danilo Aguirre, durante una conferencia en 2013. / MARIO LÓPEZ (EFE)
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