El expresidente de la mayor petrolera china, condenado por corrupción
Jiang Jiemin tendrá que cumplir 16 años de cárcel Era miembro de la trama creada por el exministro de Seguridad Pública, Zhou Yongkang
La campaña contra la corrupción que se vive desde hace dos años en China terminó de cobrarse este lunes dos de sus mayores piezas. Jiang Jiemin, el antiguo presidente de la principal petrolera estatal del país, CNPC, ha sido condenado a 16 años de cárcel y el ex “número dos” del Partido Comunista en la provincia de Sichuan, Li Chucheng, a 13, según han anunciado los medios estatales. Ambos habían sido ya declarados culpables de aceptar sobornos en sendos juicios la primavera pasada.
Los dos han aceptado el veredicto y han renunciado a apelar, según los medios oficiales. Ambos, a los que también se les confiscarán fondos por valor de 140.000 euros, forman parte de la gigantesca trama de corrupción que, según los tribunales chinos, encabezaba el exjefe de los servicios de seguridad interna del país, Zhou Yongkang, que hasta su retirada en 2012 fue uno de los hombres más poderosos de China. Zhou, el cargo más alto juzgado por sobornos en la historia del régimen comunista, fue juzgado en secreto y condenado a cadena perpetua en junio.
Jiang, considerado uno de los principales apoyos financieros de Zhou, desarrolló casi toda su carrera en el sector petrolero chino. Allí llegó a presidir la CNPC, una posición que su mentor ya había ocupado entre 1996 y 1998. En marzo de 2013 fue nombrado al frente de la Comisión de Administración y Supervisión de Empresas Estatales, el organismo encargado de controlar las compañías públicas. Apenas seis meses después, en septiembre de ese año, las autoridades chinas anunciaron que se le investigaba. Un tribunal en la provincia de Hubei le declaró culpable tras su juicio en abril de haberse hecho con cerca de dos millones de euros cuyo origen no podía explicar.
La caída en desgracia de Zhou, y de Jiang, arrastró a su vez a decenas de mandos en CNPC, antiguos o actuales, y de otras compañías estatales de petróleo. El último de ellos ha sido el gobernador de Fujian Su Shulin, del que la semana pasada se supo que se ha convertido en el primer responsable de una provincia china en activo al que se investiga por corrupción. Su había sido director de Sinopec, el segundo de los grandes gigantes petroleros públicos entre 2007 y 2011.
Por su parte, el segundo condenado, Li Chucheng, era el hombre de Zhou en Sichuan, una próspera provincia en el centro de China donde el exministro de Seguridad Pública fue secretario general del Partido Comunista entre 1999 y 2002, antes de dar el salto al Comité Permanente -el principal órgano de mando de la formación- y al mando de las fuerzas de seguridad.
Fue uno de los primeros altos cargos públicos en caer en las redes de la campaña anticorrupción lanzada por Xi Jinping, apenas unas semanas después de que el líder chino relevara a Hu Jintao al frente del régimen. Según ha informado el tribunal en su cuenta de Weibo, el Twitter chino, al exgobernador se le ha impuesto una sentencia reducida por haber mostrado arrepentimiento, colaborado con la investigación y devuelto parte del dinero obtenido ilegalmente. Según el tribunal, Li recibió sobornos por valor de casi 6 millones de euros.
Las sentencias contra ambos llegan apenas dos semanas antes de que comience el plenario del Comité Central del PCCh, la gran sesión anual del Partido en la que los dirigentes chinos aprobarán el 13 Plan Quinquenal para la economía china, en momentos en los que el crecimiento da señales de debilidad y en medio de un proceso de reformas que el Gobierno espera que sirva para garantizar una recuperación sostenible del crecimiento en el futuro.
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