Maduro amplía el estado de excepción a 10 municipios fronterizos
El presidente venezolano ha decretado esta medida en 23 localidades fronterizas con Colombia en apenas un mes
Ya son 23 los municipios venezolanos fronterizos con Colombia en los que rige el estado de excepción. El presidente Nicolás Maduro amplió este martes por la noche la medida a 10 localidades, siete en el Estado Zulia y tres en Apure, que se unen a otras zonas zulianas y de Táchira, donde reina esta situación desde el pasado 19 de agosto, cuando el mandatario venezolano decidió iniciar el cierre de la frontera con el país vecino. Maduro no aclaró si la nueva medida incluía la clausura de los pasos fronterizos de dichos municipios De ser así, toda la frontera con Colombia quedaría cerrada a excepción de la que ambos países comparten por el Amazonas.
La decisión, anunciada durante su programa de televisión En contacto con Maduro, estuvo acompañada de continuos mensajes al presidente colombiano, Juan Manuel Santos, a quien su homólogo venezolano acusa de no querer reunirse con él para buscar una solución a la crisis fronteriza que Maduro desató. “Me reuniré en el lugar que usted quiera y a la hora que también quiera. Allí deben estar los presidentes de la Celac y Unasur, pero tengo la sensación en el corazón que el presidente Santos no se quiere reunir”, aseguró Maduro.
La réplica del mandatario colombiano no se hizo esperar. Este miércoles por la mañana, Santos aseguró que “una reunión presidencial entre dos jefes de Estado o cualquier cumbre requiere un mínimo de preparación para ser exitosa. Estoy dispuesto a reunirme para que tomemos decisiones y soluciones concretas, no solo para la foto”, añadió. La referencia a una hipotética cumbre tiene que ver con el anuncio hecho el día anterior por la canciller venezolana, Delcy Rodríguez, de que Unasur había convocado una reunión de jefes de Estado para abordar la crisis el próximo lunes. Desde la Casa de Nariño, sede de la presidencia colombiana, aseguraron que no hubo consenso para celebrar dicho encuentro, por lo que la convocatoria no tuvo éxito al tenerse que tomar en Unasur todas las decisiones por consenso. El organismo regional, dirigido por el expresidente colombiano Ernesto Samper, no se pronunció al respecto.
Santos, en una alocución a la nación, agradeció los esfuerzos de Uruguay y Ecuador, que ostentan las presidencias pro témpore de Unasur y Celac, respectivamente, por tratar de lograr una salida dialogada. De hecho, el presidente colombiano aseguró que había hablado con su homólogo ecuatoriano, Rafael Correa, a quien le pidió que continuara con los esfuerzos para buscar una solución.
Maduro declaró el estado de excepción por primera vez en tres municipios del Estado de Apure, donde hay una alta presencia de guerrilleros, tanto de las FARC como del ELN. La medida se produjo apenas unas horas después de que Santos visitase el paso fronterizo de Paraguachón, en La Guajira, la zona que el presidente venezolano cerró la semana pasada. Las medidas de apoyo a los colombianos deportados –en total, la cifra de afectados desde el 19 de agosto supera los 20.000-, que incluía la facilitación de viviendas, fueron objeto de ironía por parte de Maduro durante su programa: “Si no fue por esto que yo hice, el presidente Santos no va a la frontera en La Guajira a escuchar a la gente. La situación no se resuelve prometiendo casas a los pobladores de la frontera, sino con un plan”.
Mientras Santos trata de atajar la crisis humanitaria que se le ha venido encima, el Gobierno de Venezuela transmite, cada vez con más énfasis, la idea de que los problemas de abastecimiento y contrabando en los municipios donde rige el estado de excepción han desaparecido, principalmente tras la salida de los ciudadanos colombianos. Además, mientras dure la situación excepcional está prohibido el derecho a manifestación, lo que varios analistas interpretan como una medida de Maduro con vistas a las elecciones legislativas del próximo 6 de diciembre.
La crisis fronteriza se ha convertido ya en un toma y daca entre ambos Gobiernos, en donde la solución parece cada vez más alejada. El último jarro de agua fría fue la segunda reunión de cancilleres, celebrada el pasado sábado en Quito, en donde no se llegó a acuerdo alguno más allá de establecer una agenda para trabajar en el futuro. Al día siguiente, Colombia denunciaba la violación del espacio aéreo por aeronaves militares venezolanas. Desde Bogotá se quiere evitar que una situación así ocurra tras una hipotética reunión entre ambos presidentes, la única manera posible, a tenor de lo vivido, de lograr una salida a esta crisis.
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