Mueren 16 policías en Colombia al estrellarse un helicóptero
Los policías adelantaban una operación contra el Clan Úsuga, la mayor banda criminal
Un nuevo accidente enluta a la fuerza pública en Colombia. Solo cuatro días después de que una aeronave de la Fuerza Aérea colombiana se estrellara al norte del país, dejando 11 militares muertos, este martes, a las 9:15 de la mañana, 16 policías perdieron la vida cuando el helicóptero en que viajaban se estrelló contra una ladera, confirmó en una rueda de prensa del ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas.
Las primeras informaciones apuntaban a que se trataría de un “percance mecánico”, según un breve comunicado de la Policía, que primero estimó que no había víctimas y luego dijo que eran 15. Al final, Villegas ha dicho que la aeronave tenía 18 ocupantes y dos sobrevivieron pero con quemaduras graves. “La hipótesis más probable es un choque del helicóptero contra la ladera a una velocidad de 120 nudos, que son 180 kilómetros por hora, posiblemente por nubosidad baja porque el helicóptero se encontró absolutamente destrozado”, aseguró el ministro.
La aeronave estaba en medio de una operación militar en una zona boscosa y de difícil acceso en el Urabá antioqueño, al noroeste del país, donde se concentran la cacería del Clan Úsuga, la mayor banda criminal que opera hoy en día en Colombia y por cuyo máximo jefe, Dairo Antonio Úsuga, alias Otoniel, el Gobierno ofrece una recompensa de cerca de 450.000 dólares. Y aunque la operación estaba planeada para empezar a las 5:30 am, tuvo que aplazarse por mal tiempo.
Estos policías, que pertenecían a los llamados comandos Jungla de la institución, especializados en contrarrestar al narcotráfico, se desplazaban en un Black Hawk especial para operaciones de asalto, precisamente en cumplimiento de la Operación Agamenón, nombre que lleva la fuerte ofensiva contra los Úsuga ordenada por el presidente Juan Manuel Santos desde hace seis meses y que es liderada por la Fiscalía y la Policía y cuenta con el apoyo de la DEA y Europol. “La Policía Nacional expresa su más sentida voz de condolencia a las familias de estos valientes que ofrendaron su vida combatiendo al crimen organizado”, dice un comunicado. Por eso, también se especuló con que el helicóptero hubiera sido impactado desde tierra.
“Parece ser que los impactaron por debajo, no balas sino un tatuco [explosivo artesanal] o algo”, se escucha en un audio revelado por diario El Tiempo, donde un hombre, seguramente un uniformado, dice que el Black Hawk acababa de tanquear (repostar) y quedó totalmente incinerado. Sin embargo, el ministro de Defensa descartó el ataque de momento, debido a la nubosidad que se presentaba en el momento del siniestro. “Esto nos ha llevado a pensar en la dificultad que podría tener un observador para haber visto un ataque a ese helicóptero… ese testimonio es casi imposible”, dijo a los periodistas.
Villegas explicó que había tres helicópteros que participaban de la operación militar y que los dos (que no sufrieron daños) solo oyeron los disparos que iban haciendo los tres helicópteros al tiempo. Luego, según su relato, vino el estallido de la munición que llevaba la aeronave que chocó contra la ladera. “Si el helicóptero accidentado hubiese estado devolviendo fuego, porque fue atacado, los otros dos helicópteros probablemente lo hubieran detectado”, dijo y aseguró se está haciendo una minuciosa inspección de las piezas.
Para la oposición uribista, las cosas no son tan sencillas. “Respeto a las víctimas es contar la verdad y no ocultar a los responsables de sus muertes”, escribió en Twitter el senador Alfredo Rangel, a quien el ministro se refirió en su rueda prensa, junto al expresidente Álvaro Uribe, para pedirles igualmente “respeto”. “No voy a esconder información sobre tragedias que afecten a policías y soldados”, dijo el ministro.
Los policías, según ha trascendido, esperaban capturar a Luis Orlando Padierna Peña, alias ‘Inglaterra’, un narco clave en el departamento de Antioquia para mover los cargamentos de coca y por quien el Gobierno ofrece una recompensa de hasta 33.000 dólares.
El pasado sábado, el accidente que dejó 11 militares muertos se produjo por el recalentamiento de un motor del avión Caza de fabricación española en el que se desplazaban. La necropsia de los cuerpos confirmó que murieron por el choque y se descartaron lesiones por explosivos o armas de fuego. Villegas aseguró este martes que las condiciones meteorológicas adversas pudieron llevar al avión “a ser incontrolable”. En total, en menos de una semana ya son 27 los muertos entre policías y militares.
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