El alcalde del DF cierra filas rumbo a las elecciones de 2018

El jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, ha anunciado este jueves cambios en su gabinete. Los movimientos se interpretan como un cierre de filas rumbo a las elecciones de 2018 después de la elección del 7 de junio pasado, cuando la formación que lo llevó al cargo, el Partido de la Revolución Democrática (PRD, izquierda) sufriera una debacle histórica en la capital mexicana, otrora su principal bastión.

El anuncio llevó menos de tres minutos y el cambio principal es un enroque estratégico para establecer una buena relación con una Asamblea que ya no controlará el PRD (un escenario inédito en la capital) y mejorar una de las principales críticas a la gestión de Mancera: el transporte. Mancera ha nombrado secretaria de Gobierno a Patricia Mercado, que hasta ahora ocupaba la secretaría del Trabajo (“un rostro amable”, opina una fuente cercana al círculo del alcalde) en sustitución de Héctor Serrano, que estará al frente de la Secretaría de Movilidad.

Los nombramientos de la diputada Amalia García en la cartera de Trabajo, de la senadora Alejandra Barrales en Educación y de José Ramón Amieva a la Secretaría de Desarrollo Social, que gestiona los millonarios programas sociales del DF, se interpretan como la formación de un grupo cercano de colaboradores cuyo objetivo es, según Mancera, “demostrar que podemos trabajar bien con todas las fuerzas políticas de la Ciudad”.

El Gobierno del DF ha anunciado los cambios a poco más de un mes de las elecciones del pasado 7 de junio, cuando el PRD sufrió una debacle histórica en la capital mexicana. Un golpe doloroso si se tiene en cuenta que, desde 1998, año en que comenzaron a celebrarse elecciones en la ciudad, el partido se había convertido en un bulldozer electoral en la Ciudad de México. Hasta los últimos comicios. El PRD mantuvo solo seis de las 14 delegaciones que controlaba (el DF está dividido en 16) y perdió la mayoría en la Asamblea local.

El dolor de cabeza político del PRD (y de Mancera) en el DF tiene un nombre: Morena. La formación fundada por el dos veces candidato a la presidencia, Andrés Manuel López Obrador, se convirtió en la principal fuerza en la Asamblea local y arrebató delegaciones clave al PRD en las pasadas elecciones. Morena había rechazado ya a Serrano, hasta ahora secretario de Gobierno, como interlocutor. Su sustituta, Patricia Mercado, será la que mantendrá el diálogo con la Asamblea.

La popularidad del propio Mancera refleja un escenario poco alentador. El candidato más votado en la historia de la ciudad, con más del 60% de los votos en 2012, es calificado por los habitantes del DF con una nota de 5,1 y el 54% desaprueba su gestión, según una encuesta del diario Reforma de abril de este año. Muchos de sus problemas se concentran en movilidad. El escándalo de la línea 12 del metro, una obra cuyo coste equivale a la mitad del presupuesto destinado a la ampliación del Canal de Panamá, que a la postre está paralizada por fallos en su planificación. La línea se inauguró durante la gestión del antecesor de Mancera, Marcelo Ebrard, pero la factura política la está pagando también tanto el actual alcalde como el PRD. Otro de los cambios ha sido la sustitución de la cartera encargada de la gestión del metro de Joel Ortega, ahora fuera del gabinete, por Jorge Gaviño, presidente de la comisión que investigó las irregularidades en la línea 12.

Otra medida impopular fue la imposición del Hoy No Circula sabatino: el programa con el que la ciudad pretende bajar su intenso tráfico, uno de los peores del mundo. La polémica fue tal que Morena ha prometido que peleará en la Asamblea derribar la medida.

El DF, además, enfrenta una crisis de seguridad después de que investigaciones periodísticas revelaran el pago de piso en algunas de las zonas más exclusivas de la ciudad. No obstante, los cambios de Mancera, que antes de ocupar la jefatura de Gobierno había sido Procurador General de Justicia de la ciudad, no reflejan ningún cambio en este sentido.

En clave política, los cambios reflejan la formación de un grupo de colaboradores cercanos al jefe de Gobierno y dan el pistoletazo de salida de la carrera por la candidatura del PRD a la jefatura de Gobierno de la capital mexicana, que se decidirá en 2018. Mancera, aun con el viento en contra, anunció a unos días de la elección que buscará la presidencia de México.