El diálogo con Irán agota los últimos plazos para salvar el acuerdo
Los negociadores señalan que se acerca el momento de firmar o rechazar el pacto para evitar que Irán obtenga la bomba atómica
Estados Unidos e Irán entran hoy en la última fase de las negociaciones nucleares en medio de una guerra de nervios y con el vértigo de asomarse a una nueva era en Oriente Próximo. Los negociadores saben que nunca se han acercado tanto a un acuerdo que, además de frenar el programa nuclear iraní y aliviar las sanciones que pesan sobre este país, pone fin a más de tres décadas de hostilidad. Los últimos detalles, a unas horas de que expire el plazo del 7 de julio, son los que pueden salvar o abortar el documento final.
“Quedan algunas diferencias y estamos esforzándonos y trabajando duro”, dijo el ministro iraní de Exteriores, Javad Zarif.
Por primera vez desde que hace diez días comenzó la ronda de Viena, los ministros del grupo conocido como P5+1 (las cinco potencias del Consejo de Seguridad más Alemania) e Irán se reunieron en sesión plenaria.
El rango del encuentro, presidido por Zarif y la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, indica que faltan los últimos retoques, los que sólo los ministros pueden dar. Queda lo más difícil: que los políticos obtengan un acuerdo aceptable en sus capitales; que el precio de pactar con el enemigo sea menor que el de no hacerlo.
Todo ha cambiado desde 2013, cuando EE UU e Irán pusieron en marcha el proceso que puede desembocar en el acuerdo de Viena. Entre 1979 y 2013, el número de veces que un secretario de Estado y su homólogo iraní se vieron las caras y conversaron fue igual al cero. Solo el domingo, el secretario Kerry se reunió cuatro veces con Zarif.
“Con un acuerdo ganan todos. Si las negociaciones fracasan, todos pierden”, dice en Viena Kelsey Davenport, directora de políticas de no proliferación en la Asociación de Control Armamentístico. “Si fracasan las conversaciones, podría haber una escalada”, añade. “EE UU probablemente intentaría adoptar sanciones adicionales. Irán podría responder aumentando su capacidad de enriquecimiento [de uranio, el combustible para fabricar la bomba]. Y, si ambos van demasiado lejos, podría llegarse a un punto en que se contemplase un ataque militar”.
EE UU y la UE quieren impedir que Irán obtenga la bomba, pero están dispuestos a tolerar el uso de la energía para fines civiles. Para controlar las ambiciones de Teherán, retenden imponer un régimen estricto de inspecciones. Irán niega que quiera la bomba, pero acepta limitar las actividades nucleares siempre que las potencias internacionales levanten una sanciones que ahogan su economía. Acepta las inspecciones pero exige el fin de las sanciones.
En abril, en Lausana, los países del P5+1 e Irán pactaron los límites al programa nuclear iraní y el levantamiento de las sanciones. El objetivo en Viena es firmar la letra pequeña. ¿Hasta dónde llegan las inspecciones? ¿Podrán los inspectores de la ONU entrar en las instalaciones militares? ¿Interrogar a científicos? ¿Investigar los intentoso pasados de Irán para obtener la bomba? La discusión se centra en la secuencia entre la verificación de que Irán cumple y el fin de las sanciones. ¿Será inmediato? ¿Qué sanciones levantará la ONU? ¿Debe incluirse, como insistió el lunes Irán, el embargo a la importación y exportación de armas? Y, ¿qué ocurre si Irán viola el acuerdo?
La fecha límite para el acuerdo ya se ha aplazado una vez, del 30 de junio al 7 de julio. Kerry quiere cumplirlo. El Congreso de EE UU ha fijado el 9 de julio como fecha límite para empezar a revisar el texto. Los negociadores iraníes dan a entender que no tienen prisa.
Viaje clave del OIEA a Teherán
Las idas y venidas de ministros y emisarios se intensifican al final de la negociación. Una delegación del OIEA (Organismo Internacional de la Energía Atómica) viajó ayer a Teherán para abordar el detalle de lo acordado en la visita del director del organismo, Yukiya Amano, la semana pasada, informa Ángeles Espinosa.
Sus cinco miembros se entrevistaron con responsables de la Organización de la Energía Atómica de Irán, según su portavoz, Behruz Kamalvandi. EL OIEA es clave en la negociación: son sus inspectores los que verificarán que Irán cumpla el acuerdo.
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