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El rechazo del Senado aboca el espionaje de la NSA a un limbo legal

Los senadores votan en contra de acabar con el almacenamiento de datos y también de renovarlo. El programa caduca el 1 de junio

La entrada de la Agencia Nacional de Seguridad.
La entrada de la Agencia Nacional de Seguridad.Patrick Semansky (AP)

El Senado acercó la madrugada del sábado el espionaje de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA en sus siglas inglesas) a un limbo legal y a una peligrosa limitación de sus funciones. El 1 de junio expira la disposición que habilita al Gobierno estadounidense a recopilar datos telefónicos y el Senado fue incapaz de superar sus divisiones entre los partidarios de desmantelar el programa o renovarlo. En paralelo, la Administración del demócrata Barack Obama ultima planes de contigencia en caso de que la disposición legal expire.

En una sesión maratoniana que finalizó cerca de las 2 de la madrugada del sábado, el Senado rechazó tanto sustituir el programa de espionaje teléfonico como renovar temporalmente la provisión que lo habilita. Ante esa parálisis, la cúpula republicana de la cámara alta decidió que los senadores vuelvan un día antes de su receso semanal y el pleno retome el debate el domingo 31, horas antes de que expire la sección 215 de la Patriot Act.

El Congreso, de mayoría republicana, vive una pugna entre los partidarios de proteger las libertades individuales y los defensores de primar la seguridad nacional. La disputa ha diluido las siglas partidistas y supone el debate más intenso y potencialmente vinculante sobre los límites del espionaje desde que el exanalista Edward Snowden destapase hace casi dos años los largos tentáculos de la NSA.

La división legislativa se ha afianzado desde que hace dos semanas un tribunal federal de apelaciones declaró ilegal el programa de almacenamiento masivo de metadatos (información sobre a quién se llama, dónde y cuánto tiempo) de todas las llamadas telefónicas en EE UU al considerar que no fue aprobado por el Congreso. El tribunal determinó que la sección 215 de la Patriot Act —la ley aprobada tras los atentados del 11-S de 2001— que permitía al FBI recopilar datos con fines antiterroristas no se puede interpretar como una autorización a la NSA a almacenar todas las llamadas.

Ante la parálisis, los senadores volverán un día antes de su receso semanal y el pleno retomará el debate el domingo 31, horas antes de que expire la disposición legal

La sección 215 quedará invalidada si no se renueva o sustituye antes de finales de mes, lo que ha forzado el debate actual en el Capitolio. La Cámara de Representantes aprobó la semana pasada por un amplio margen una propuesta de ley —llamada USA Freedom Act— que modificaría la Patriot Act al prohibir a la NSA continuar con el almacenamiento masivo de llamadas.

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La ley cuenta con el apoyo del presidente Barack Obama —va en línea con los cambios que prometió tras las revelaciones de Snowden— y haría que sean las compañías telefónicas, en vez de la NSA, las que retengan durante un periodo de tiempo los metadatos. El Gobierno tendría acceso a ellos mediante una orden judicial y el sistema ganaría en transparencia.

Pero en el Senado no existe el amplio consenso de la cámara baja a favor de la Freedom Act. La cúpula republicana en el Senado, que ya frenó el año pasado una iniciativa similar, teme, ante el auge del Estado Islámico, que la propuesta de ley limite la capacidad de perseguir a sospechosos de terrorismo.

El pleno del Senado rechazó por solo tres votos la Freedom Act. De lo contrario, la ley habría quedado aprobada (a falta de la firma de Obama) y hubiese supuesto la reforma más ambiciosa del funcionamiento de la NSA desde las revelaciones de Snowden. Y la mayor victoria del exanalista exiliado en Rusia y los defensores de las libertades individuales.

Tras no aprobarse la ley, el liderazgo republicano en el Senado propuso una solución temporal: una extensión de dos meses de la sección 215, es decir que todo siga igual a la espera de un debate más profundo.Sin embargo, los senadores también rechazaron esa alternativa. E hicieron lo mismo con otras extensiones más cortas.

Ante ese escenario estancado, el problema se ha pospuesto una semana sin garantizar para nada que entonces se resuelva. El domingo 31, los senadores podrían aprobar la Freedom Act, que de ese modo entraría en vigor antes de la caducidad del programa esa medianoche. También podrían optar por una extensión temporal de la sección 215, pero en caso de que la aprobaran debería ser ratificada por la Cámara de Representantes dado que no la ha votado. El problema es que, si no hay cambios, la Cámara retoma su actividad el lunes 1 de junio, es decir no podría evitar que caducara, aunque fuera por pocas horas, el programa de almacenamiento de llamadas.

Y hay más dudas: en caso de que la Cámara decidiera extender la sección 215, existe la duda legal de si el Gobierno de Obama podría llevar a cabo esa renovación tras la sentencia judicial que la declaró ilegal. El desenlance, en cualquier caso, podría ser bochornoso: la primera potencia mundial tendría su capacidad de espionaje telefónico limitada por culpa de la parálisis política.

Si la sección 215 caducase, la NSA no podría iniciar ningún análisis de datos telefónicos, pero podría continuar con las investigaciones ya en curso. Sea cual sea el desenlance, como contingencia, el Gobierno debería empezar este viernes a reducir sus operaciones de almacenaje de datos, lo que podría llevar a un “lapso” del programa, según explicó el jueves la Casa Blanca. Esa advertencia buscaba presionar a los senadores a aprobar la Freedom Act para acabar con el almacenamiento masivo. Pero no funcionó. El suspense está servido.

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