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China e India aparcan sus diferencias en la visita de Modi

Xi Jinping recibió al primer ministro indio en Xian, su hogar ancestral, gesto sin precedentes

Macarena Vidal Liy
El primer ministro indio, Narendra Modi, junto al presidente chino, Xi Jinping, en Xian.
El primer ministro indio, Narendra Modi, junto al presidente chino, Xi Jinping, en Xian.Kim Kyung-hoon (AP)

China ha recibido al primer ministro indio, Narendra Modi, con un gran despliegue. A la llegada para su primera visita oficial a la segunda potencia económica, el jefe del Gobierno indio ha sido agasajado con la danza del dragón, un recorrido por el museo de los guerreros de terracota y una visita a un templo budista en Xian, hogar ancestral del presidente chino, Xi Jinping. En un eco del gesto que Modi tuvo con él durante su visita a India hace ocho meses, cuando le acogió Gujarat, su estado de origen, Xi se ha desplazado especialmente hasta Xian para recibir al primer ministro. Es un detalle sin precedentes para Xi y un indicio de la importancia que Pekín adjudica estos días a la relación con su vecino, un rival geopolítico pero también un muy prometedor e inmenso mercado.

El recibimiento ha constituido “un honor a los 1.250 millones de indios que represento como primer ministro”, ha asegurado Modi, de acuerdo con la agencia india PTI.

La agenda de la visita, que continuará este viernes con una reunión con el primer ministro chino, Li Keqiang, en Pekín, y con encuentros empresariales en Shanghái, tiene como principal pilar el componente comercial, pese a las disputas fronterizas entre ambos países.

“La relación entre India y China está cambiando. Ambos países se están centrando activamente en los aspectos positivos de la relación, en lugar de los negativos, como ocurría con gobiernos previos. Las tensiones de seguridad están cambiando a una prioridad menor, especialmente en los intercambios públicos al más alto nivel político, y se da prioridad a los lazos económicos. Esta visita es otro paso en esa dirección”, asegura Gauri Khandekar, del centro de estudios europeo FRIDE.

Una mayor relación económica conviene a ambos países. Los lazos comerciales entre los dos gigantes asiáticos se encuentran aún muy por debajo de su potencial. En 2010 ambos se prometieron elevar su intercambio a 100.000 millones de dólares anuales, pero el año pasado aún se encontraba en los 70.600 millones, con un déficit comercial para India de 37.800 millones.

China, cuya economía atraviesa horas bajas, está ansiosa de contratos en el sector de infraestructuras, uno de los que más se ha visto afectado dentro de su territorio por el estancamiento económico. India, cuyo PIB es una quinta parte del de su vecino, ve con buenos ojos una mayor inversión china que le permita dar un nuevo impulso a su sector manufacturero o modernizar su anticuada red de transporte ferroviario e introducir la alta velocidad. Y aspira a que Pekín abra sus mercados a productos indios en el sector farmacéutico, tecnológico o agrícola. Está previsto que los dos países firmen una veintena de acuerdos, por valor de unos 10.000 millones de dólares.

Pero aunque se dé prioridad a la relación comercial, las diferencias políticas no se han desvanecido. Aunque los dos países comparten intereses dentro del grupo de los BRICS de países emergentes líderes, ambos intentan aumentar su influencia en Asia. Modi, que ha prometido una mayor presencia india en el ámbito global, se ha mostrado especialmente activo en sus desplazamientos a los países vecinos.

India ha expresado su preocupación por el proyecto de corredor China-Pakistán, parte de los acuerdos por cerca de 46.000 millones de dólares que Xi firmó el mes pasado en una visita al país vecino, y que atravesará la Cachemira controlada por Pakistán y que India reclama como parte integral de su territorio. Nueva Delhi también se ha mostrado preocupada por los proyectos chinos de construcción de puertos en los países de su alrededor.

Según ha indicado el ministro indio de Exteriores, Subrahmanyam Jaishankar, citado por la agencia AFP, en la conversación entre los dos mandatarios han salido a relucir las disputas territoriales de ambos Estados. Modi y Xi, ha apuntado Jaishankar, también abordaron el interés indio en convertirse en miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, una posibilidad sobre la que China no se ha mostrado especialmente entusiasta hasta el momento.

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Sobre la firma

Macarena Vidal Liy
Es corresponsal de EL PAÍS en Washington. Previamente, trabajó en la corresponsalía del periódico en Asia, en la delegación de EFE en Pekín, cubriendo la Casa Blanca y en el Reino Unido. Siguió como enviada especial conflictos en Bosnia-Herzegovina y Oriente Medio. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid.

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