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Dimiten dos ministros marroquíes para practicar la poligamia

El responsable de Relaciones con el Parlamento renuncia para convertir a la titular de Enseñanza Superior en su segunda esposa

Francisco Peregil
El primer ministro marroquí, Abdelilá Benkiran.
El primer ministro marroquí, Abdelilá Benkiran.Marta Perez (EFE)

Cuatro ministros marroquíes, de los 39 que hay en el Gobierno, presentaron el martes su dimisión afectados por escándalos de distinto tipo. Abdelaadim Guerruj, responsable de Formación Profesional, se ha visto forzado a abandonar su cargo después de que en enero de 2014 comprase chocolates por valor de 33.000 dirhams (3.000 euros) para su esposa y pasara la factura a su Ministerio. El de Deportes, Mohamed Uzín, estaba prácticamente cesado después de haber invertido 19 millones de euros en la renovación del estadio de Rabat y de que el pasado febrero quedase convertido en una piscina con las primeras lluvias. Pero el caso más sorprendente ha sido la dimisión de dos ministros, un hombre y una mujer, que habían expresado su intención de practicar la poligamia.

El primer ministro de Marruecos, el islamista moderado Abdelilah Benkirane, seguramente no tiene nada en contra de la poligamia. De hecho, su ministro de Justicia, Mustafa Ramid, está casado con dos mujeres. Aunque este régimen familiar es infrecuente en Marruecos (en 2013 solo se acogieron a él 787 matrimonios, un 0,26% de las bodas registradas ese año), lo cierto es que en todos los países de mayoría musulmana, salvo en Túnez, está permitido por ley que los hombres tengan varias esposas. En Marruecos, hasta cuatro. Pero eso es una cosa, y otra bien distinta debe ser para el presidente del Gobierno que la relación polígama nazca dentro de su gabinete, que sea destapada por la oposición y aprovechada por ella en pleno año de elecciones municipales y regionales.

El que fuera hasta el martes influyente ministro de Relaciones con el Parlamento y la Sociedad Civil, Lahbib Choubani (de 52 años, casado y con cuatro hijos), anunció a principios de abril su compromiso de contraer matrimonio con la titular de Enseñanza Superior, Soumia Benkhaldoun, de 53 años y divorciada hace dos años, tras 30 de casada. A Benkirane no le hizo ninguna gracia el anuncio. Y eso que Choubani cumplió con todos los preceptos que marcan el Corán y la ley marroquí.

Antes de pedir el matrimonio a su compañera de gabinete, Choubani solicitó el consentimiento de su primera esposa, Malika, madre de sus dos hijas y dos hijos. Eso es lo que prescribe la ley impulsada por el rey Mohamed VI en 2004; una ley que, como recuerda la agencia Efe, fue introducida como un medio para frenar la poligamia sin llegar a prohibirla para no contrariar la letra del Corán.

Una vez obtenido el permiso, el ministro acudió a casa de Soumia Benkhaldoun para pedirle matrimonio. Y lo hizo acompañado de su madre y de su esposa Malika. La ya exministra, madre y abuela, galardonada en el Colegio Mohammedia de Ingenieros, titular de un diploma superior de investigación científica e ingeniería, profesora universitaria desde 1994 a 2006, diputada durante dos mandatos (2002 y 2011) y miembro fundador del Foro de Mujeres Parlamentarias Marroquíes, aceptó. Ella declaró que quería aportar “un plus” en la vida de Choubani. “Yo le daré cosas que él necesita. Eso es todo”, señaló.

El anuncio se ha producido en un año marcado por unas elecciones municipales y regionales cuya fecha se concretará en las próximas semanas. Dentro del islamista y gobernante Partido de la Justicia y el Desarrollo (PJD) se generó un intenso debate. Por un lado, hubo quienes pensaban que lo que hagan dos ministros con su vida íntima les atañe solo a ellos, mientras no contravengan los preceptos del Corán. Pero también hay quienes consideraron que ambos estaban regalando munición de ataque a la oposición.

El semanario MarocHebdo informó la semana pasada de que el presidente Benkirane se reunió el 27 de abril con su ministro de Justicia, el polígamo Mustafá Ramid, y con el presidente del Consejo Nacional del PJD, Saâdeddine El Othmani, y conminó a su ministro de Relaciones con el Parlamento a que no se vuelva a casar mientras sea miembro del Gobierno. O dimisión o boda. No les quedaba otro camino. Y, finalmente, dimitieron.

El romance lo destapó el 5 de abril Hamid Chabat, líder del partido Istiqlal (Independencia), el más antiguo de Marruecos y el mayor dentro de la oposición. Chabat aprovechó que pronunciaba un discurso en Errachidia, el feudo político de Lahbid Choubani, para anunciar la relación y para tachar a Choubani de mujeriego y de destrozar hogares.

El noviazgo se está produciendo en un contexto crucial, en el que la sociedad marroquí debate hacia dónde se dirigirá en las próximas décadas en el terreno de las libertades individuales. Existe un anteproyecto de Código Penal, auspiciado precisamente por el ministro polígamo de Justicia, en el que se contempla seguir castigando con prisión las relaciones extramatrimoniales y a quienes no respeten el ayuno en Ramadán. La sociedad debate también estos meses un proyecto auspiciado por el rey para modificar la ley que penaliza el aborto. En esas circunstancia y con el anuncio del casamiento polígamo, el Gobierno ha acaparado las críticas de los sectores más progresistas del país.

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Sobre la firma

Francisco Peregil
Redactor de la sección Internacional. Comenzó en El País en 1989 y ha desempeñado coberturas en países como Venezuela, Haití, Libia, Irak y Afganistán. Ha sido corresponsal en Buenos Aires para Sudamérica y corresponsal para el Magreb. Es autor de las novelas 'Era tan bella', –mención especial del jurado del Premio Nadal en 2000– y 'Manuela'.

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