Berlín no informó a las aerolíneas del riesgo de sobrevolar el este de Ucrania
Un cable del Gobierno alemán avisó del peligro dos días antes de la catástrofe del vuelo MH17
“La situación en el este de Ucrania es muy preocupante. El derribo de un avión ucranio a 6.000 metros de altura supone un salto cualitativo”. El Ministerio de Asuntos Exteriores de Alemania incluyó esta frase en un informe confidencial el 15 de julio de 2014. Pero el Gobierno alemán no alertó del peligro a ninguna compañía aérea. Dos días más tarde de redactar el informe que recogía este ataque a un Antonov 4, un Boeing 777 de las líneas aéreas de Malasia procedente de Ámsterdam era abatido por un misil cuando sobrevolaba la provincia ucrania de Donetsk. Murieron 298 personas.
La información publicada el lunes por el diario Süddeutsche Zeitung y las cadenas WDR y NDR ha puesto en una situación comprometida al Gobierno alemán y muy especialmente a su ministro de Exteriores, el socialdemócrata Frank-Walter Steinmeier. La acusación es grave porque pone en entredicho si el Gobierno actuó con el debido cuidado para proteger la seguridad de sus propios ciudadanos. “Las autoridades no nos proporcionaron ninguna información antes del 17 de julio. Si el Gobierno nos hubiera alertado de los nuevos peligros, no hay ninguna duda de que Lufthansa no habría volado por el este de Ucrania”, aseguraban fuentes de la aerolínea alemana al diario.
La publicación es aún más explosiva porque 20 minutos antes de que pasara por Donetsk el avión de Malaysia Airlines que finalmente fue derribado, había sobrevolado la misma zona un aparato de Lufthansa. En total, 80 aviones recorrieron la zona de peligro ese mismo día. Los pasajeros y la tripulación de todos esos aparatos jugaban sin saberlo a “una lotería”, en palabras del abogado Elmar Giemulla, que representa a las familias de algunas de las víctimas frente al Tribunal Europeo de Justicia.
Un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores replicó el lunes las informaciones periodísticas con el argumento de que el cable en el que el Gobierno alertaba de una situación muy preocupante en el este de Ucrania no se refería a los supuestos riesgos para la aviación civil, sino al agravamiento del conflicto violento y a los ataques “aislados” que en esos momentos sufrían algunos helicópteros que sobrevolaban la zona.
Los gobernantes alemanes no eran los únicos que conocían los peligros del cielo ucranio. El Gobierno de Kiev advirtió, entre otros países, a Holanda de los riesgos de su espacio aéreo tres días antes de la catástrofe del vuelo MH17. Pese a haber sido informada del derribo de un avión militar de Ucrania, La Haya no tomó medidas porque el aparato había sido abatido a unos 6.500 metros de altura y el Gobierno de Kiev aseguró que su cielo era seguro a partir de los 9.750 metros. El Airbus de Malaysia Airlines viajaba a 10.000 metros cuando estalló.
Pese a que aerolíneas como Korean Air, Quantas, Air France, British Airways y Air Berlin decidieron evitar el espacio aéreo de Ucrania en esos días, la mayoría de las compañías —entre ellas Malaysia Airlines y Lufthansa— siguieron operando en la zona en guerra pese a lo ocurrido el 14 de julio con el Antonov de las fuerzas armadas ucranias.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.