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Los planes de los países ricos contra el calentamiento son insuficientes

La ONU recibe los objetivos de recorte de emisiones ante la cumbre de París

Emisión de gases industriales en la bahía de Algeciras en 2006.
Emisión de gases industriales en la bahía de Algeciras en 2006. José Bienvenido

Un total de 32 países desarrollados, que son responsables de casi el 80% de las emisiones de gases de efecto invernadero del mundo industrializado, han presentado ya sus planes a Naciones Unidas para mitigar el cambio climático, de cara al acuerdo internacional que se quiere alcanzar en la cumbre de París a finales de este año. El objetivo establecido por los científicos para evitar el umbral climático de peligro —aumento de la temperatura media del planeta en dos grados centígrados— sería una reducción de entre el 40% y el 70% de las emisiones globales, hacia mediados de siglo, respecto a 2010. Esto significa que los países desarrollados, en conjunto, deben reducir sus emisiones entre el 80% y el 90% (respecto a 1990), hacia 2050. Y el objetivo que debería salir de París, para que sea efectivo a partir de 2020, todavía esta lejos.

 La UE, “actuando en conjunto” los 28 países que la integran, está dispuesta a reducir un 40% sus emisiones en 2030, respecto al nivel de 1990, según ha comunicado a la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (UNFCCC, en sus siglas en inglés). Mientras, EE UU, en su comunicación del pasado martes, se fija una reducción del 26% al 28% — “esforzándose por el 28%”— en 2025, pero respecto a sus emisiones de 2005, y hay que tener en cuenta que en esa fecha eran un 16% superiores a las de 1990. “Podemos lograr este objetivo utilizando las leyes que ya están publicadas y estará establecido cuando el presidente deje el cargo”, declaró Brian C. Deese, asesor de Obama para cambio climático, según informó The New York Times.

La UE quiere reducir un 40%, en 2030, respecto al nivel de 1990

Rusia, inmediatamente después de conocerse la oferta estadounidense, ha presentado la suya: limitar, en 2030, al 70%-75% de sus emisiones de 1990. Suiza, el primer país en dar a conocer sus objetivos (a finales de febrero), es también el más ambicioso por ahora, con una reducción del 50% de sus emisiones en 2030 respecto a 1990. Y Noruega se apunta con el mismo plan de la UE: 40% en 2030 sobre el nivel de 1990.

Estas comunicaciones nacionales responden a lo establecido en la cumbre mundial del clima, celebrada en Lima a finales de 2014, cuando se acordó que los países presentaran a la UNFCCC sus intenciones, a ser posible en el primer trimestre de 2015.

China no ha presentado aún oficialmente su objetivo, pero se espera que se ajuste a lo acordado en noviembre del año pasado con EE UU (cuya propuesta se inscribe en dicho acuerdo): empezará a contener sus emisiones a partir de 2030.

En los acuerdos del clima se tiene en cuenta el principio de “responsabilidades comunes pero diferenciadas”, atendiendo no solo al diferente nivel de desarrollo y necesidades de los países, sino también al hecho de que los industrializados han venido emitiendo incontroladamente durante décadas gases de efecto invernadero y ellos deben hacer el principal esfuerzo para reducirlas ahora. Sin embargo, el consenso general es que las grandes potencias emergentes han de comprometerse también con acciones efectivas ante el problema del calentamiento del planeta.

EE UU rebajará un 26% en 2025, y China se estabilizará en 2030

Además de los 32 países desarrollados que ya han hecho sus comunicaciones a la UNFCCC (faltan Japón, Canadá, Australia y Nueva Zelanda), han presentado sus documentos México (nivelar sus emisiones hacia 2026) y Gabón, que quiere jugar un notable papel medioambiental en el continente africano. “Se espera que Brasil, India e Indonesia sigan la línea de México proponiendo un compromiso incondicional y un objetivo más potente si los países desarrollados estuvieran dispuestos a elevar los suyos”, comentó la revista Nature esta semana citando a Alden Meyer, de la Unión de Científicos Preocupados.

Los esfuerzos hasta ahora expresados, incluidos los de los 28 países de la UE, EE UU, Rusia, Suiza y Noruega, son todos ellos clasificados de “medianos” de cara a lograr el objetivo de contener el calentamiento global en los dos grados por encima de la temperatura preindustrial, según la Climate Action Tracker, organización internacional con base en Alemania que hace el seguimiento de estas declaraciones de intenciones de los países. También la previsible propuesta de China es “mediana”. Y esto significa que “si todos los países tuvieran ese nivel medio, se sobrepasaría el límite de los dos grados”, señala la Climate Action Tracker.

“En octubre elaboraremos un informe de síntesis agregando el efecto de todas las comunicaciones de los países. Las iniciales claramente no suman las reducciones de emisiones necesarias para contener el aumento de la temperatura global por debajo de los dos grados”, ha señalado Christiana Figueres, secretaria ejecutiva de la UNFCCC. “Se espera que los países industrializados lideren las reducciones mundiales de gases de efecto invernadero y animo a los que aún no han presentado sus comunicaciones a que lo hagan tan pronto como puedan”, añade. A nadie se le escapa que agregar ofertas diferentes, con años bases dispares y condiciones variadas será una labor titánica.

España tendrá que contener sus gases difusos en un 25% o 30%

Aunque la Unión Europea ha presentado ante Naciones Unidas un objetivo colectivo de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero de un 40% en 2030, sobre el nivel de 1990, aún no se ha realizado todo el reparto interno del compromiso entre los 28 países, según informa la Oficina Española de Cambio Climático (Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente). “Hay distintos criterios y aún no sabemos cómo se hará el reparto definitivo”, añade.

Pero hay que tener en cuenta que la UE aborda el problema con dos grandes sectores diferenciados: las emisiones difusas, es decir, las del transporte, la edificación, etcétera, y las generadas en las industrias y plantas energéticas. “El reparto [pendiente de las emisiones entre los 28 países de la UE], en todo caso, es en los sectores difusos y “según estimaciones de la OCDE, a España le puede corresponder un objetivo de reducción de entre el 25% y el 30% de las emisiones difusas en 2030 respecto a 2005”, señalan fuentes de Medio Ambiente.

Los sectores energético e industrial están regulados en la UE en el Sistema de Comercio de Emisiones (ETS), por el que se asigna a las plantas una cantidad de gases máxima y pueden completar su cumplimiento comprando derechos en el mercado de emisiones.

“El objetivo [el 40% de reducción] será asumido colectivamente por la UE, de la manera que sea más efectiva respecto al coste, con reducciones en los sectores ETS y no-ETS sumando el 43% y el 30% sobre 2005, respectivamente”, dice el documento aprobado por el Consejo Europeo en octubre de 2014. “Todos los países miembros participarán en este esfuerzo, equilibrando consideraciones de ecuanimidad y solidaridad”.

En el Protocolo de Kioto, cada uno de los entonces 15 países de la UE, incluida España, se comprometió a reducir sus emisiones en un 8% en 2008-2012 respecto a 1990. Pero el objetivo colectivo se repartió entre los países atendiendo a sus situaciones concretas, de manera que muchos de ellos aceptaron (siempre dentro de la UE) asumir mayores compromisos que ese 8%, de manera que otros pudieron aumentar sus emisiones. Así España cumplía con Kioto.

Para el período 2013-2020, la UE mantiene el objetivo de reducir las emisiones en un 20% sobre el nivel de 2005 y, en el reparto de las difusas, España tiene asignada una caída del 10%. En cuanto al ETS, para este mismo período, más de 11.000 plantas energéticas e industriales, así como compañías aéreas, están incluidas en el sistema, cubriendo el 45% de las emisiones de la UE.

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