Los 90 días de la tregua unilateral de las FARC
El Gobierno y organizaciones civiles coinciden en que la guerrilla ha cumplido pero ésta se considera en riesgo de ataques militares
Hace tres meses, cuando la guerrilla de las FARC sorprendió a los colombianos con la decisión de decretar un alto el fuego indefinido —el primero de esa envergadura en 50 años de conflicto armado— algunos sectores políticos fueron escépticos sobre cuánto duraría. El grupo puso la condición de defenderse en caso de ser atacado por las fuerzas armadas. Y el Gobierno, aunque celebró la decisión, respondió que no suspendería por ningún motivo las operaciones militares.
Hoy el riesgo de ataque militar sigue latente. Así lo manifestó Iván Márquez, número dos de las FARC y jefe negociador en los diálogos de paz, al pedir este jueves al presidente Juan Manuel Santos que haga algo por "salvar" la tregua. "Se está diluyendo en la práctica y nos duele reconocerlo porque han sido tantos los ataques que los nuestros se han visto forzados a responder", dijo en una rueda de prensa en Cuba.
No es la primera vez que la guerrilla lanza esta alerta. Sin embargo, más allá de estos anuncios, "nunca se ha materializado otro tipo de riesgos para considerar que la medida pueda ser levantada", dice Jorge Restrepo, director del Centro de Recursos para el análisis del conflicto, CERAC. Para el analista, a los colombianos se les olvida que la tregua es condicional. "Las FARC están utilizando la amenaza de la violencia más que la violencia y, si bien eso es un avance, sigue siendo una amenaza. [Las FARC] deben entender que el paso natural para construir la paz es renunciar irrevocablemente a la violencia", asegura.
Pese a los reparos de la guerrilla, el balance de su tregua es positivo para el Gobierno y diferentes organizaciones civiles. Todos coinciden en que la guerrilla ha cumplido, aunque la oposición uribista insiste en que las FARC siguen delinquiendo. La decisión del Gobierno de suspender hasta el 10 de abril los bombardeos a los campamentos guerrilleros fue tomada precisamente en respuesta a la disminución de la violencia. "Hay que reconocer que lo vienen cumpliendo. Así me lo han confirmado los comandantes militares y de la Policía, y los gobernadores y alcaldes en los territorios", dijo Santos hace 10 días, aunque advirtió que la suspensión de los ataques aéreos dependerá de que la guerrilla continúe en la misma línea.
Según el análisis de CERAC, en estos 90 días se han producido seis acciones que pueden catalogarse como violaciones de la tregua. Todas ocurrieron en el último mes sin dejar muertos o heridos. Muchas de esas acciones, más que estar relacionadas con ataques a objetivos militares, han sido extorsiones para financiarse a través de la minería ilegal y el narcotráfico. Para Restrepo, esto evidencia que uno de los grandes problemas para el proceso de negociación es la criminalidad de las FARC. "A medida que dejan de hacer prácticas de guerra tradicionales, vuelven más visible toda su actividad criminal, lo que les va a empezar a resultar muy costoso para el proyecto político", agrega. Aun así, este centro destaca que el nivel de cumplimiento ha sido muy alto.
Las FARC están utilizando la amenaza de la violencia más que la violencia y eso es un avance, pero sigue siendo una amenaza Jorge Restrepo, director del CERAC
Por su parte, la Fundación Paz y Reconciliación tiene un registro de 71 acciones armadas todas por iniciativa de la fuerza pública, a excepción de dos que estarían por confirmarse. "Antes en promedio eran 200 mensuales. Podemos decir que en un 96% se ha cumplido la tregua", dice Ariel Ávila, analista de esta organización.
El CERAC también registra unas 30 acciones en las que se desconoce si participaron o no las FARC, ya que ocurrieron en lugares donde también hace presencia el ELN. "Sin embargo, la violencia en general está en niveles muy bajos porque la fuerza pública hoy en día actúa selectivamente en contra de la guerrilla", dice su director, ya que ataca sobre todo a objetivos que tienen que ver con el narcotráfico. Los ataques a la infraestructura, que tanto afectan la economía del país, también se han reducido sustancialmente.
Que la tregua de las FARC se prolongue hasta que se firme el acuerdo de paz sería el escenario ideal para miles de colombianos que viven en las zonas donde se concentra el conflicto armado. Lo mismo ocurrirá cuando se ponga en marcha el acuerdo, firmado por las dos partes, para empezar a limpiar de minas el territorio nacional. Un flagelo que sigue cobrando vidas. Las últimas fueron dos hermanos de 9 y 10 años.
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