Turrialba tiene en vilo a Costa Rica

Una serie de erupciones del volcán Turrialba tiene desde el pasado jueves en estado de emergencia a Costa Rica. La ceniza ha afectado de forma directa a 111 vuelos y unos 7.000 pasajeros del aeropuerto Juan Santamaría, la principal puerta de entrada al país centroamericano, que ha debido cerrar.

El aumento en la actividad volcánica de Turrialba, ubicado a 70 kilómetros de la capital y a menos de 90 del aeropuerto, hizo que una gran nube gris se extendiera el jueves sobre casi todo el centro de Costa Rica y bañara en ceniza las ciudades del área metropolitana. Los peatones con mascarillas y vehículos cubiertos con el fino polvo gris que recorrían este viernes las calles costarricenses recordaban a sus ciudadanos los episodios volcánicos de hace más de medio siglo.

Aunque los servicios básicos y la dinámica urbana continúan sin alteraciones, la empresa concesionaria del aeropuerto Santamaría, Aeris, suspendió desde el jueves las salidas y llegadas de aviones para evitar posibles accidentes provocados por la falta de visibilidad o la presencia de ceniza en la pista. Las autoridades decidieron este viernes al mediodía habilitar las terminales de forma temporal, aunque se mantuvieron pendientes de los informes de los vulcanólogos y del crecimiento en el nivel del magma hacia el cráter, ubicado a 3.340 metros sobre el nivel del mar, rodeado de campos de cultivos y pastizales para ganadería.

Científicos del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori), de la Universidad Nacional, han informado del lanzamiento de rocas, ceniza y gases. El olor a azufre se percibe en algunos poblados urbanos. El viernes por la tarde, el magma estaba a un kilómetro del cráter, aunque en la madrugada estaba a tres, según explicó el vulcanólogo Javier Pacheco. Los internautas que querían informarse de primera mano colapsaron la web de Ovsicori. El observatorio precisó en su perfil de Facebook que la última de las seis erupciones registradas entre jueves y viernes había alcanzado los 1.500 metros de altura.

La Comisión Nacional de Emergencias insiste en que la cantidad de ceniza no representa aún una amenaza general para la salud

Los expertos recomendaron a la población metropolitana, cerca de un millón de personas —la cuarta parte de los costarricenses—, evitar circular al aire libre sin protegerse la nariz y la boca, para evitar problemas respiratorios y alergias. La medida ha causado la cancelación de clases en escuelas cercanas al volcán y de numerosos eventos previstos para este fin de semana al aire libre. La Comisión Nacional de Emergencias (CNE), sin embargo, ha pedido calma e insiste en que la cantidad de ceniza no representa aún una amenaza general para la salud. El presidente de la República, Luis Guillermo Solís, ha dejado en suspenso el viaje que tenía programado a España, Francia e Italia.

Desde un poblado llamado La Central, a dos kilómetros del cráter principal del Turrialba, el vulcanólogo Gino González explicó que es “muy posible” que se trate de una erupción magmática como la que ocurrió el pasado octubre, aunque en esa ocasión la ceniza no afectó tanto a las ciudades. Este es el episodio más reciente de actividad en el macizo, que despertó en la última década tras casi 150 años en reposo, informó el especialista del Centro de Investigaciones en Ciencias Geológicas de la Universidad de Costa Rica. La lluvia ácida que emite ha corroído el techo de las casas aledañas, marchitado los cultivos y causado enfermedades a muchos de los animales de esta zona ganadera.

“Hemos visto el despertar de este volcán. Está en su etapa más activa”, explica González a EL PAÍS por teléfono. De fondo, se escucha el ruido de las erupciones del volcán. El Turrialba, declarado parque nacional, es uno de los siete volcanes activos que hay Costa Rica. Los expertos registran, sin embargo, más de 200 en diversos estados en los 51.100 kilómetros cuadrados de territorio. De los macizos activos, los más conocidos son Arenal y Poás, que recibe un alto número de turistas. De los siete activos, cinco han entrado en erupción en el último siglo, lo que convierte a Costa Rica en un país de alto dinamismo volcánico.