Venezuela recurre a la OEA para clamar contra Estados Unidos
La canciller Delcy Rodríguez hablará en una reunión extraordinaria el jueves 19. Hace un año rechazó el papel de la Organización de Estados Americanos (OEA)
Un año después de rechazar cualquier papel de la Organización de Estados Americanos (OEA) en la crisis de Venezuela, es Caracas la que recurre a este organismo con sede en Washington con el mismo tema de trasfondo.
Aprovechando la presencia de varios cancilleres para la elección, el miércoles 18, del nuevo secretario general del organismo hemisférico -solo hay un candidato oficial, el exministro uruguayo Luis Almagro- Caracas ha solicitado una sesión extraordinaria del Consejo Permanente para un día más tarde.
En la petición no se menciona el objetivo de la convocatoria, más allá de recibir a la canciller venezolana, Delcy Rodríguez, pero la respuesta de diversas fuentes diplomáticas es casi calcada: “Sabemos el motivo”.
Este es denunciar la decisión del Gobierno de Barack Obama de declarar a Venezuela una amenaza “inusual y extraordinaria” a los intereses de Estados Unidos y emitir sanciones contra siete funcionarios venezolanos a los que Washington acusa de estar implicados en la represión de las protestas de hace un año y de corrupción.
La acción de Washington ha sido denunciada como “aberrante e ilegal” por el presidente Nicolás Maduro, quien además de solicitar poderes especiales para “enfrentar el imperialismo” ha tratado de reclutar respaldos en la región. Este mismo sábado, Unasur celebrará una reunión en su sede en Quito con Venezuela como único tema de la agenda.
Cinco días más tarde, la cita en la capital estadounidense tendrá el aliciente de que la denuncia por las acciones norteamericanas en la sede de la OEA por la canciller Rodríguez se producirá a apenas unos centenares de metros de la Casa Blanca desde donde partieron las sanciones denunciadas.
Será una ocasión además para que Caracas se dirija cara a cara a los representantes del Gobierno estadounidense.
La decisión de recurrir a la OEA, aunque lícita en tanto que Venezuela es miembro del único organismo que sienta a todos los países de la región salvo Cuba, y eso es por decisión de La Habana, no deja de tener su paradoja. Porque Caracas no ha perdido ocasión de proclamar la “irrelevancia” de esta organización y ha rechazado de forma continuada cualquier acción del organismo que perciba como una “injerencia” en sus asuntos internos.
De hecho, hace justo un año, Venezuela usaba todas sus influencias para impedir que la OEA convocara a una reunión de consulta de cancilleres o enviara una misión al país sudamericano para analizar el conflicto social que bullía desde febrero. Finalmente, el organismo se limitó a emitir una resolución tan suave que los pies de página en protesta de países como EE UU o Panamá ocupaban más espacio que el texto en sí, mientras que era Unasur la encargada de enviar una misión a Caracas. En ella participaba, por cierto, el más que probable próximo secretario general de la OEA, Luis Almagro, en calidad de canciller de Uruguay. Un año más tarde, es Caracas la que acude al escenario de la OEA.
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