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Un helicóptero para El Chaltén

El enclave montañoso de la Patagonia argentina carece de un equipo de rescate oficial

Un grupo de alpinistas realiza este año un rescate en la zona del Fitz Roy, en la Patagonia.
Un grupo de alpinistas realiza este año un rescate en la zona del Fitz Roy, en la Patagonia.

Fue un milagro. Los alpinistas habían salido a la carrera, dejando atrás El Chaltén y buscando las líneas de hielo de la Aguja Guillaumet. Se trataba de la primera ventana de buen tiempo en varias semanas, circunstancia frecuente en la Patagonia argentina, allí donde alpinistas de todo el planeta ponen a prueba paciencia y estrategia para conquistar cualquier pared del grupo del Cerro Torre (un pico de 3.133 metros) y del Fitz Roy (3.405), dos montañas de leyenda. Fue un milagro que aquel escalador de nombre Facundo no se matase… y que ése fuese el único accidente en los tres días que duró el buen tiempo.

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La temperatura se había disparado sin aviso, el hielo empezó a quejarse, a licuarse, y finalmente a despegarse de la pared. El hielo desapareció bajo los crampones de Facundo y éste hizo lo propio como succionado por el vacío. Tres alpinistas vascos fueron testigos. Le dieron por muerto hasta que escucharon sus gemidos. Al caer, sus tobillos quedaron encajados en un hueco y su trasero apoyado sin estruendo apenas seis metros después de caer. No costó ayudarle a rapelar y acompañarlo montaña abajo. La radio no funcionaba así que no hubo manera de pedir ayuda en El Chaltén. De no mediar el milagro, Facundo hubiera quedado abandonado a su suerte… o a las aptitudes autodidactas de un grupo de salvamento voluntario coordinado por la doctora Carolina Codó.

Este enclave montañoso ejerce de faro para los alpinistas más experimentados del globo, así como para un número cada vez más importante de senderistas o esquiadores de montaña. El lugar, dominado por la presencia del hielo continental, del Cerro Torre o del Fitz Roy es sin duda un destino mágico y cotizado. El pueblo crece muy rápidamente y vive del turismo casi en exclusiva, y su población es muy joven. Pero es también un lugar que carece de un equipo de rescate profesional, dependiente del Gobierno, algo que sí existe en España, en los países del arco alpino, en áreas muy frecuentadas del Himalaya y en los parques de Norteamérica.

Si un senderista sufre una lesión menor en cualquiera de los itinerarios diseñados para senderistas, la brigada de parques nacionales y gendarmería acude en su ayuda. Pero más allá de este punto, cuando las sendas desaparecen y dan paso a los glaciares y a las paredes, el único auxilio posible procederá de un grupo de habitantes de El Chaltén coordinado por la doctora Codó, cabeza visible de la Comisión de auxilio F. Stedile. Los primeros están a sueldo del Gobierno; los segundos no cobran y dejan su trabajo para ayudar.

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La doctora Codó llegó en 1993 a El Chaltén para ejercer su trabajo: “El pueblo en ese momento contaba 50 habitantes y por lo tanto estaba todo por hacer y apenas comenzaba a vislumbrarse el auge del turismo, aunque los escaladores ya acudían desde hace muchos años. En 1994 murió en el collado del Torre un andinista y guía italiano llamado Fabio Stedile. Me organicé con algunos escaladores y con el helicóptero de la gendarmería que se encontraba en la localidad para hacer los relevos de los puestos alejados, logramos rescatar el cuerpo y repatriarlo a Italia. Al año siguiente vino el padre de Fabio a agradecerme el rescate y conversamos sobre la necesidad de organizarnos como grupo de rescate en montaña y se ofreció a pedirle al Corpo di Soccorso de Trento que nos apadrinase con equipamiento y formación. Así empezó todo”.

Este periódico no ha obtenido respuesta por parte de las autoridades argentinas competentes acerca de su política de rescates en alta montaña. La doctora Codó explica así los problemas que suele encontrarse en estas situaciones: “Cada vez que hay un accidente a más de cuatro horas y el clima lo permite pido un helicóptero. Empiezo por Parques nacionales [responsables de cubrir los accidentes en el parque nacional], Comisión de Fomento, Gobierno Provincial. Antes me dirigía también a las autoridades de la Gendarmería Nacional y del Ejército Nacional, pero actualmente estas fuerzas están a cargo del Ministerio de Seguridad por lo que ahora tengo que hablar con el mismísimo Ministro de Seguridad que está en Buenos Aires y poco le importa si alguien está mal en una montaña de Santa Cruz”.

La doctora Codó tira de picaresca para involucrar “helicópteros privados que andan por la zona”

A falta de respuestas, la doctora Codó tira de picaresca para involucrar en los rescates “helicópteros privados que andan por la zona”. “Incluso he llegado a conversar con algunos pilotos de Chile. Cuando no hay rescates, intento cada tanto hablar con el Gobierno Provincial para que entiendan que un helicóptero sanitario en la zona serviría para todo tipo de accidentes y emergencias sanitarias: en las carreteras, en el campo, en invierno si hay mucha nieve”, explica. La Comisión de Auxilio se implica en una media de 13 rescates por temporada y este invierno, por vez primera, intervinieron en dos accidentes provocados por aludes.

“El trabajo y el espíritu del grupo de los voluntarios, junto a los que colaboran aportando comida o sus vehículos, es impresionante. De hecho, me emociono con cada rescate y me enorgullece mucho formar parte de esto, algo totalmente desinteresado en lo económico, sin olvidar que los rescatadores arriesgan mucho para ir a ayudar a un desconocido… Y esto es algo que no se ve muy a menudo, ¿verdad? Ni siquiera pido un helicóptero con base en el pueblo; ¡solo que venga cuando se lo llama!”, explica la doctora.

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