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La CIA admite errores, pero defiende la utilidad de los interrogatorios

Brennan dice que los abusos proporcionaron "inteligencia muy útil" pero que es imposible saber si se podría haber obtenido sin ellos

El dirctor de la CIA durante su rueda de prensa.Foto: reuters_live | Vídeo: Reuters-LIVE!

La CIA inició este jueves una contraofensiva para atenuar los daños a su credibilidad causados por la publicación de un informe del Senado sobre su programa de detención e interrogatorio de sospechosos de terrorismo. En una inusual rueda de prensa en la sede de la CIA, a las afueras de Washington, el actual director de la Agencia Central de Inteligencia, John Brennan, admitió errores y abusos -los tildó de "aberrantes" y "lamentables"- en el polémico programa.

Pero evitó calificarlos de tortura -como sí hizo en agosto el presidente estadounidense, Barack Obama-, los limitó a un pequeño grupo de oficiales y rechazó buena parte de las conclusiones del informe del Senado. Por ejemplo, dijo que prisioneros interrogados “proporcionaron información útil” para la operación que llevó a la ejecución en 2011 del entonces líder de Al Qaeda Osama bin Laden, algo que el Senado pone en duda. Entre las técnicas empleadas, estaban la privación de sueño o el ahogamiento simulado.

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El documento del Comité de Inteligencia de la Cámara alta revela una agencia poco preparada y disfuncional tras los atentados del 11-S, en 2001. El informe sostiene que durante el programa -que se desarrolló entre 2002 y 2007- la CIA no sabía exactamente cuántos detenidos tenía en sus manos, ocultó información al Departamento de Justicia y a la Casa Blanca, y las torturas consideradas como Técnicas de Interrogatorio Reforzadas no proporcionaron datos útiles de inteligencia.

“La apabullante mayoría de oficiales involucrados en el programa llevaron a cabo su responsabilidad de acuerdo con las directrices legales proporcionadas. Hicieron lo que tenían que hacer en servicio a nuestra nación”, afirmó Brennan. En el cargo desde 2013, cuenta con más de tres décadas de experiencia en la CIA, y es un hombre de confianza de Obama.

La apabullante mayoría de oficiales involucrados en el programa llevaron a cabo su responsabilidad de acuerdo con las directrices legales proporcionadas” John Brennan, director de la CIA
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“Se obtuvo inteligencia muy útil [por medio de las Técnicas de Interrogatorio Reforzadas], si se podría haber obtenido sin ellas es algo insondable”, agregó. Más adelante, matizó que es imposible saber si la información clave salió de dichas técnicas y reconoció que estas pueden llevar a pistas falsas.

Los matices reflejan los equilibrios que hizo Brennan para a la vez criticar los excesos de la CIA y defender la institución. La comparecencia llega en un momento delicado para este exasesor de seguridad de Obama: la Casa Blanca ha reiterado su confianza en él, pero algunos legisladores han pedido su renuncia acusándolo de mentir y crecen las críticas internacionales por la guerra sucia de la CIA plasmada en el informe. Como defensa, Brennan se esforzó en recordar el contexto posterior al 11-S, cuando era jefe de gabinete del director de la CIA: el pánico a un nuevo atentado fue lo que llevó al presidente de EE UU, el republicano George W. Bush, a autorizar a la agencia a detener secretamente a sospechosos de terrorismo.

En el mismo tono tranquilo que mantuvo durante su comparencia ante la prensa, Brennan afirmó que “no había respuestas fáciles” en la lucha contra el terrorismo y que la CIA “hizo muchas cosas correctamente” durante el “difícil” periodo posterior al 11-S. Pero admitió que en ese momento, el servicio de espionaje no estaba preparado y carecía de experiencia con detenidos, como señala el informe del Comité de Inteligencia del Senado, elaborado por legisladores demócratas. “Pero nuestro trabajo era llevarlo a cabo”, dijo antes de recordar que el Departamento de Justicia había aprobado algunas de las técnicas para los interrogatorios.

Aún así, reconoció que se usaron técnicas que “no estaban autorizadas” y que la CIA falló a la hora de "pedir cuentas" a los empleados que las llevaron a cabo, en lo que supone un reproche a sus predecesores. “Reconocer los errores es fundamental en nuestra habilidad de prosperar en las misiones, es una fortaleza de esta organización”.

Sin embargo, a diferencia del informe del Senado, rechazó hablar de un patrón de errores ni de que la CIA engañara deliberadamente a la Casa Blanca. Lo acotó a fallos limitados. En suma, Brennan entonó un tímido mea culpa, pero urgió a pasar página y centrarse en las amenazas actuales a la seguridad nacional. “La agencia crecerá más fortalecida”, afirmó.

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