“El ‘Erasmus iberoamericano’ involucrará a mil universidades”

José Antonio Meade (México, 1969) es un valor estable de la política mexicana. Fue secretario de Hacienda durante la presidencia del panista Felipe Calderón (2006-2012). Y ahora dirige la política exterior con el priista Enrique Peña Nieto. Con la tragedia de Iguala de telón de fondo, analiza la Cumbre de Iberoamericana que se celebra a partir de hoy en Veracruz.

Pregunta. La tragedia de Iguala ha dañado la imagen exterior de México, ¿cómo lo piensan afrontar?

Respuesta. México se enfrenta a retos, y tenemos la voluntad de superarlos. Hemos puesto en marcha importantes reformas estructurales. Y hoy se nos plantea la necesidad hacer una más, una que cambie la arquitectura jurídica, que mejore el acceso a la justicia, que genere policías más robustas y confiables. La suma de reformas económicas y de seguridad nos dotarán de un mejor horizonte. La Cumbre es oportuna porque sus objetivos nos permiten construir un mejor entorno de paz.

P. La estrella de la Cumbre es el llamado Erasmus iberoamericano. Pero, a diferencia de Europa, ¿no se registran en el área excesivas diferencias educativas para que prospere el proyecto?

R. Hay que marcar una agenda. Más de mil universidades se han involucrado y movilizado. La convergencia no se dará de inmediato pero sí hay una aspiración válida: que estudiantes, académicos e investigadores aprovechen los recursos iberoamericanos para lograr una mejor movilidad. En la heterogeneidad hay oportunidades. Y por calidad y diversidad disponemos de materia prima.

P. La anterior cita iberoamericana acabó en fracaso por ausencia de mandatarios, ¿corre este peligro la Cumbre de Veracruz?

R. Aspiramos a que todos los países del área iberoamericana estén representados y que todas las sillas estén ocupadas. Mientras más vengan a nivel de jefe de Estado y de Gobierno, mejor. Pensamos que el hecho de que la reunión se concentre en educación, cultura e innovación lo hace atractivo, y el que las cumbres sean bienales facilita las agendas y las arquitecturas.

P. Pero que la Cumbre Iberoamericana sea bienal, ¿no es una muestra de que se ha devaluado?

R. Es una muestra de que los espacios de diálogo se han multiplicado. En Latinoamérica han surgido Unasur, Celac, Mercosur o la Alianza del Pacífico… Para que la Cumbre Iberoamericana encontrara su nicho hacía falta acompasarla con esta nueva arquitectura. Y como Celac y la UE tienen un encuentro bienal, era propicio que en el año en que no hubiera esa cita se diera una reunión iberoamericana. El que se conciba alternado es positivo y hace más factible la asistencia.

P. Iberoamérica atraviesa un mal momento económico, con signos de estancamiento. ¿Lo van a tratar en la cumbre?

R. La cumbre pretende focalizarse en educación, cultura y educación. Pero hay una oportunidad para reflexionar en qué medida estos elementos transversales pueden coadyuvar a otros grandes objetivos como la paz, la prosperidad y inclusión.

P. La violencia es un fenómeno clave en Iberoamérica y está desangrando algunas zonas de México y Centroamérica. ¿Tampoco lo debaten en la cumbre?

R. Desde el punto de vista transversal. En la medida en que los Gobiernos seamos capaces de generar proyectos atractivos que fomenten un papel mas central de cultura, educación e innovación, eso va a traer mayores oportunidades para los jóvenes, más inclusión y, por tanto, más paz. Lo que sembremos en estas materias permitirá cosechar resultados en otros órdenes.

P. México, con su diplomacia económica, ha protagonizado una apertura con Cuba. ¿No es un desaire que Raúl Castro no venga?

R. Es importante que Cuba esté representado al nivel de jefe de Estado. Cuba tiene mucho que aportar y que recibir. Lo que México aspira es que esté.

P. ¿Cuál es el camino para lograr la apertura democrática de Cuba?

R. Somos respetuosos con la evolución de cada país. Hemos decidido acompañar con plena solidaridad el espacio de actualización del modelo en que Cuba está empeñado. Cuba es nuestra tercera frontera. Ya sintieron nuestra solidaridad en el pasado y la seguirán sintiendo en el futuro.

P. Aunque no esté presente, ¿qué papel juega Estados Unidos en la Cumbre?

R. No es parte de la comunidad.

P. Pero es el país que polariza a Iberoamérica.

R. Habría que dejarles ponderar si quieren ser observadores. Sería una alternativa bienvenida, pero no han manifestado interés. Por lo tanto, no es un escenario a día de hoy factible.