La violencia contra la policía repunta en Río
En la última semana han sido asesinados cinco policías y un soldado
La violencia, que nunca ha desaparecido de Río, vuelve a cebarse contra las fuerzas de seguridad de la ciudad maravillosa de Brasil. En la última semana han sido asesinados cinco policías y un soldado; en total, 14 agentes fueron alcanzados por balas provenientes, en su mayoría, de narcotraficantes. Sólo durante la noche del sábado, tres policías perdieron la vida en diferentes intentos de asalto, según confirmó la Secretaría de Seguridad Pública. Un día antes, el cabo del Ejército Brasileño Michel Mikami (al que sólo le quedaban cuatro días en la misión de ‘pacificación’) falleció de un balazo en la cabeza durante un enfrentamiento con narcotraficantes en el conjunto de favelas de Maré, en la zona norte de la ciudad. Es el primer miembro de las Fuerzas Armadas que muere desde el inicio del proceso de pacificación, en 2008.
En la mañana del martes pasado el agente Ryan Procópio, de 23 años, que disfrutaba de unos días libres, fue encontrado muerto y con señales de tortura dentro de un coche en Bangu, en la Zona Oeste do Rio. Esa misma noche, los también policías militares Anderson de Senna Freire y Bruno de Morais efectuaban una patrulla de rutina en un vehículo policial en Guadalupe cuando fueron abordados por unos criminales que les dispararon sin mediar palabra. De Senna falleció de un disparo en la cabeza.
Las cifras luctuosas que rodean a la Policía Militar de Río de Janeiro (ejecutora de la política de ‘pacificación’ de las favelas en el último lustro) son sobrecogedoras: Río es el estado con más muertes a manos policiales (413 en 2013) en Brasil, el país con más homicidios del mundo: 56.337 en 2013. 105 policías han sido asesinados en el estado de Río de Janeiro en lo que va de año. Entre 2009 y 2013 la policía brasileña acabó con la vida de 11.000 personas, una media de seis al día, según cifras del Anuario Brasileño de Seguridad Pública.
“La policía muere y mata mucho”, reconoció en una entrevista con O Dia el comandante interino de la Policía Militar, el coronel Ibis Silva, a comienzos de este mes.La persistencia de la violencia ha llevado al Secretario de Seguridad Pública de Río, José Mariano Beltrame, a convocar este lunes una “reunión de emergencia” para solicitar "acciones institucionales articuladas”. “Necesitamos al poder legislativo, al judicial y al sistema de prisiones, pero también de un trabajo fuerte en las fronteras”, afirmó Beltrame durante un evento este domingo. El mismo lunes Beltrame defendió un cambio en la política de seguridad pública en el país: “Existe en Brasil un reduccionismo. Se cree que la seguridad pública es un problema de la policía. Es un error, la seguridad pública es también un control de frontera. ¿Han visto la cantidad de armas y munición que la Policía Civil aprehendió la semana pasada? Tenemos leyes prácticamente misericordiosas con los bandidos”, apostilló.
El secretario de Seguridad desmintió las informaciones aparecidas en la prensa brasileña acerca de las muertes acaecidas esta semana, que según O Globo (citando fuentes de los servicios de inteligencia) responden a órdenes dadas desde la cárcel por un narcotraficante del poderoso Comando Vermelho. “Por el momento, descartamos esa hipótesis”, aseguró el secretario. Según Beltrame, las UPPs están siendo atacadas para desmoralizar el trabajo de la secretaría: “Pero a nosotros nos debe importar el pueblo, que nos respondió que estamos en el camino correcto cuando un 74% de los votos en las áreas con Unidades de Policía Pacificadora (UPPs) fueron para nuestro gobernador”, concluyó en referencia a lasúltimas elecciones.
Los brotes de violencia en Río de Janeiro son permanentes, lo que motivó la militarización de la ciudad en las semanas anteriores al Mundial de fútbol. Las críticas a las políticas de ‘pacificación’ de las favelas son numerosas, pese al innegable avance en seguridad, convivencia y desarrollo económico que se registra en algunas comunidades particulares (como Vidigal o Babilonia, por citar dos ejemplos de la zona sur). En la extensa y empobrecida zona norte que no visitan los turistas, sin embargo, el panorama es muy sombrío, agravado por la llegada de ‘narcos’ que huyen de zonas más controladas. La Policía Militar de Río cambió hace un mes a su máximo responsable máximo (sustituido por el coronel Alberto Pinheiro Neto, que accederá al cargo el2 de enero) en medio de graves denuncias de corrupción contra la anterior dirección – e incluso la detención el pasado mes de octubre de un comandante y 16 agentes por secuestros ilegales y exigencias de sobornos. Los habitantes del Complejo Maré denuncian desde hace meses frecuentes torturas y atropellos por parte de las UPPs.
Con todo, las autoridades buscan ofrecer una impresión de agilidad, determinación y eficacia. El gobernador de Río, Luiz Fernando Pezão, ha anunciado que pedirá la prórroga de la permanencia de las Fuerzas Armadas en el complejo de favelas da Maré. “Las detenciones están al caer”, dijo el domingo Pezão sobre los asesinos. “No vamos a salir de la calle. Por cada policía muerto pondremos más y seguiremos combatiendo la criminalidad”, afirmó el gobernador.Una campaña que pide el fin de la violencia, organizada por asociaciones de policías y ONGs, ha organizado una manifestación en la playa de Copacabana para el próximo 14 de diciembre con el lema “La vida de los policías es sagrada, como toda vida”.
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