La autopsia de Jango no encuentra indicios de asesinato del expresidente
El informe pericial, sin embargo, no es concluyente y no descarta el envenenamiento
El resultado de la autopsia de los restos mortales del expresidente brasileño João Goulart, fallecido en Argentina en 1976 donde se exilió tras ser depuesto por el golpe militar de Brasil de 1964, no determina la causa específica de su muerte, pero apunta que no existen indicios de que Jango, como fue apodado, fuese envenenado tal y como se insinuó durante años.
"En las muestras analizadas no se identificó ninguna sustancia tóxica que pueda haber causado la muerte del exdirigente”, afirmó Jeferson Evangelista Corrêa, perito de la Policía Federal y jefe del equipo que realizó la investigación. Los especialistas, sin embargo, no descartan el envenenamiento, una hipótesis defendida por agentes del servicio secreto de Uruguay y por la propia familia como una posible acción coordinada entre las dictaduras de la época en el Cono Sur para asesinar opositores.
"Los resultados son compatibles con una muerte natural, pero no se descarta el envenenamiento dado los cambios químicos que puede experimentar el cuerpo en el tiempo transcurrido", dijo Corrêa.
El informe final de la pericia, coordenada por la Secretaria de Derechos Humanos de la Presidencia junto a la Policía Federal, llega más de un año después de la exhumación de Jango a petición de la familia, interesada en cuestionar la versión oficial de la muerte del expresidente. El certificado de óbito, expedido sin autopsia, afirmaba que Goulart murió por un infarto, consecuencia de su cardiopatía.
En la pericia han colaborado laboratorios de Brasil, España y Portugal, acompañados por especialistas de Argentina, Uruguay, donde también se exilió, y Cuba.
Un presidente perseguido
El Gobierno de Goulart se caracterizó por la adopción de políticas de izquierda, entre ellas una importante reforma agraria, que lo convirtió en blanco de las Fuerzas Armadas brasileñas. Los norteamericanos también lo veían con recelo, pues temían que Jango profundizara un gobierno de izquierda y siguiera los pasos del cubano Fidel Castro. El propio John F. Kennedy discutió en la Casa Blanca una posible intervención militar de los Estados Unidos en Brasil para deponer a Goulart, según un archivo de audio divulgado en enero.
Jango murió el 6 de diciembre de 1976, ocho meses después del golpe de Estado en Argentina, en su hacienda La Villa, cercana a la localidad de Mercedes, en Corrientes.
Brasil, donde está en vigor una amnistía para los criminales de la dictadura, es uno de los últimos países del Cono Sur en revisar los crímenes cometidos durante su régimen militar (1964-1985), a diferencia de Argentina o de Chile, que crearon sus comisiones de la verdad al comenzar sus procesos de redemocratización, y que ya han llevado a prisión a muchos de sus responsables.
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