“No podemos construir este proyecto y luchar contra el cambio climático”
Los ecologistas mantienen su profundo rechazo contra la construcción de Keystone
La posible construcción del oleoducto Keystone XL ha movilizado a los ecologistas estadounidenses como pocos proyectos energéticos en los últimos años. Numerosas organizaciones han rechazado la iniciativa, con importantes protestas ante la Casa Blanca y aglutinando a una parte significativa del electorado en torno a un puñado de políticos que han hecho de Keystone el centro de sus programas electorales.
El presidente Barack Obama afirmó este mismo año que sólo aprobaría la construcción del oleoducto si no contribuía al cambio climático. El mandatario encargó para ello un informe al Departamento de Estado. Este informe estableció que el proyecto no aumentaría las emisiones contaminantes, pero los ecologistas mantienen que la conclusión no es tan simple. “El retraso del oleoducto ha congelado durante estos seis años la construcción de otras plantas extractoras de petróleo en Canadá, lo que demuestra que serviría de catalizador a esta nueva industria”, asegura Luisa Abbott-Galvao, analista de cambio climático y energía de la organización Friends of Earth, que abandera la lucha contra Keystone.
“La construcción del oleoducto enviaría una señal a la industria energética de que se puede construir un proyecto como este al mismo tiempo que luchamos contra el cambio climático”, dice Abbott-Galvao. “Nosotros consideramos que esto no es posible”. Según un informe elaborado por el departamento de documentación del Congreso, Keystone contribuiría a la emisión de hasta 27 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono al año.
La analista explica que el oleoducto atravesaría EE UU por debajo de un acuífero clave para el país. “Es uno de los más grandes del mundo y aporta recursos para la irrigación y como agua potable para millones de ciudadanos”, afirma. “Los efectos de cualquier fuga o accidente en el traslado del petróleo son potencialmente devastadores”.
Los ecologistas también apuntan a que el tipo de petróleo que trasladaría el oleoducto agrava cualquier proyección sobre su impacto: por la tubería de Keystone pasaría “el petróleo más contaminante del mundo”, según Abbott-Galvao, que debe ser extraído de materiales bituminosos, una arena densa que dificulta y encarece su purificación en Canadá, por lo que EE UU quiere trasladarlo hasta el Golfo, donde sí cuenta con refinerías capaces de abordar esta tarea.
Desde Friends of Earth rechazan también el argumento citado por el Partido Republicano a favor de la construcción del oleoducto, según el cual crearía miles de puestos de trabajo en Estados Unidos que contribuirían a la recuperación económica. “Las cifras con las que trabajan los republicanos son exageradas. La mayoría de los empleos serían temporales, solo una pequeña parte podrían ser permanentes”, asegura la experta.
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