Netanyahu: un Irán con armas nucleares es la “amenaza más grave” para el mundo
El primer ministro israelí defiende en la ONU la ofensiva israelí contra Hamás, que equipara al EI
El mundo no será un lugar más seguro si la comunidad internacional se limita a combatir a los terroristas del Estado Islámico (EI) en Irak y Siria y no hace nada para impedir que Irán se haga con armas nucleares. Así lo ha afirmado el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, quien un año más ha aprovechado el podio de la Asamblea General de Naciones Unidas para cargar contra Teherán y advertir de que un Irán con una bomba atómica es la “amenaza más grave” que puede afrontar el mundo, yihadistas incluidos.
Permitir que Irán, “el régimen más peligroso del mundo en la región más peligrosa del mundo se haga con las armas más peligrosas” del planeta lo convertiría en la “amenaza más grave para todos nosotros”, advirtió Netanyahu en Nueva York.
En sintonía con buena parte de los discursos pronunciados desde hace una semana en la sede de la ONU, Netanyahu coincidió en que el EI “debe ser derrotado”. “Pero”, acotó de inmediato, “derrotar al EI y permitir que Irán se convierta en una potencia nuclear es ganar una batalla, pero perder la guerra”, subrayó el primer ministro israelí en la misma ciudad que ha servido de escenario para la última ronda de negociaciones para buscar una solución al controvertido programa nuclear iraní.
Apenas unos días después de que concluyeran estas reuniones entre Irán y Estados Unidos, Rusia, China, Francia, Reino Unido y Alemania con la mira puesta en lograr un acuerdo antes de la fecha —ya prolongada una vez— del 24 de noviembre, Netanyahu llamó a “no dejarse engañar por la manipuladora ofensiva de encanto iraní”.
La participación de Teherán en las conversaciones busca, según el gobernante israelí, un único propósito: “Que se levanten las sanciones y se eliminen los obstáculos en el camino de Irán hacia una bomba [atómica]”.
“Una cosa es combatir a militantes islamistas que tienen camiones armados y Kalashnikov. Otra cosa es enfrentarse a militantes islamistas armados con armas de destrucción masiva”, insistió Netanyahu.
La dureza de su tono no se limitó al tradicional enemigo israelí. En el mismo escenario en que el viernes el presidente palestino, Mahmud Abbas, acusó al gobierno de Netanyahu de haber perpetrado una “guerra de genocidio” con su ofensiva en la Franja de Gaza durante 50 días hasta el alto el fuego indefinido alcanzado el mes pasado, el primer ministro israelí rechazó los señalamientos y comparó a Hamás con el EI.
“El Estado Islámico y Hamás son ramas del mismo árbol venenoso”, afirmó Netanyahu, para quien ambos movimientos comparten un “credo fanático” y persiguen el mismo fin de crear un “califato” a expensas de otros grupos religiosos y sociales.
“A la hora de establecer objetivos finales, Hamás es el EI y el EI es Hamás”, recalcó el primer ministro israelí.
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