Cuba condena por corrupción a tres empresarios canadienses
Los directivos de una compañía de transporte fueron sentenciados a penas de hasta 15 años La Habana les ha confiscado 100 millones de dólares en activos
Tres empresarios canadienses han sido condenados el viernes en Cuba a penas de entre 8 y 15 años de prisión, y a la confiscación de cerca de 100 millones de dólares en activos, tras ser hallados culpables de varios delitos económicos, entre los que se cuenta el soborno, el fraude, tráfico de divisas y evasión de impuestos. El presidente y dos directivos de la compañía de servicios de transporte Tokmakjian fueron detenidos en septiembre de 2011 y juzgados en junio de este año en La Habana. El grupo Tokmakjian tenía 22 años haciendo negocios en Cuba y solía ser uno de los más importantes en el comercio automotor de la isla.
Cy Tokmakjian, presidente y fundador de la empresa, fue sentenciado a 15 años de cárcel mientras que los directivos Claudio Franco Vetere y Marco Vinicio Puche Rodríguez fueron condenados a 12 y 8 años, respectivamente. Durante el juicio, que se llevó a cabo entre el 9 y el 21 de junio pasado en el Tribunal Provincial Popular de La Habana fueron acusados de utilizar “mecanismos fraudulentos y corruptores para obtener beneficios en las negociaciones con entidades cubanas”, de realizar operaciones de intermediación financiera sin la debida autorización, de extraer del país altas sumas de dinero en forma ilícita y de alterar sus registros contables para evadir impuestos.
Junto a ellos fueron también acusados 14 altos cargos de los ministerios cubanos del Azúcar, de Industria y de Turismo. Entre ellos el viceministro del Azúcar Nelson Ricardo Labrada Fernández; el exdirector de la empresa Cubaníquel, Alberto Cirilo Pantón; el exdirector de Ferroníquel Minera S.A., Ernesto Gómez Cumplido; y el exdirector de la Asociación Económica Internacional del Ministerio de Turismo, Jorge Luis Melo Reyes.
El grupo Tokmakjian –con sede en Ontario, Canadá, y operaciones en Corea del Sur, América Central y el Caribe-- mantenía negocios con Cuba desde 1992, ofreciendo servicios de transporte, venta de vehículos y de equipos de minería y construcción. Era el distribuidor exclusivo de la marca Hyundai en Cuba y socio en dos compañías dedicadas a repotenciar las viejas unidades de transporte de la era soviética. Llegó a facturar hasta 80 millones de dólares por sus operaciones en la isla y junto a la empresa Tri Star Inc. solía dominar el mercado automotor del país. El presidente de Tri Star Inc., el armenio-canadiense Sarkis Yacoubian, también fue detenido en 2011 y condenado a nueve años de prisión por delitos similares a los que se le imputan a Tokmakjian, pero los tribunales cubanos le permitieron regresar a Canadá.
La empresa emitió este sábado un comunicado en el que califica de “absurdas” las sentencias y como un “espectáculo” al juicio que derivó en ellas. “No le recomendaría a nadie que invirtiese en Cuba”, ha dicho el vicepresidente y portavoz del grupo, Lee Hacker, quien durante los días del juicio ya había alertado que la mayoría de las pruebas y testigos promovidos por la defensa no habían sido aceptados por la corte.
Para el vicepresidente del grupo el proceso responde a una medida de retaliación. “Cy Tokmakjian habló públicamente contra la corrupción, porque estaba claro que la compañía estaba perdiendo contratos por razones inexplicables”, afirmó Hacker el 7 de julio de este año en entrevista con la agencia Reuters. “Es posible que el hecho de haber realizado esta denuncia haya provocado todo lo que ahora está ocurriendo”, agregó. El Gobierno cubano no ha emitido ningún pronunciamiento oficial sobre este caso.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.