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La muerte del portavoz de Reagan abre la puerta a revisar la sentencia judicial

La autopsia de Brady dictamina que falleció de un homicidio por un disparo hace 33 años

Brady junto a su esposa en 2011.
Brady junto a su esposa en 2011.Evan Vucci (AP)

La muerte de James Brady, el portavoz de Ronald Reagan que fue tiroteado en 1981 en el intento de asesinato del entonces presidente de Estados Unidos, puede provocar un hecho poco habitual: reescribir 33 años después la sentencia judicial contra el autor de los disparos. Brady, de 73 años, falleció el lunes por varios problemas de salud, según informó su familia. Y el viernes el equipo forense que realizó la autopsia de su cuerpo dictaminó que su muerte era un homicidio como consecuencia del disparo que recibió el 30 de marzo de 1981 por parte de John Hinckley, que abrió fuego contra Reagan porque buscaba impresionar a la actriz Jodie Foster.

Al salir de un hotel de Washington, Reagan y dos agentes de seguridad fueron alcanzados por la ráfaga de balas, pero quien se llevó la peor parte fue Brady. El disparo impactó en su frente, lo que le dañó una parte del cerebro y le dejó postrado en una silla de ruedas el resto de su vida. En 1982, en el juicio por esos hechos, Hinckley fue considerado no culpable al ser diagnosticado con demencia. Había sido acusado de trece delitos, dos de ellos relacionados con el tiroteo a Brady: asalto con intención de matar y ofensa armada.

El fallo judicial desató en ese momento una intensa polémica que llevó a varios estados y al Gobierno federal a endurecer la posibilidad de acogerse al pretexto de locura. Desde entonces, Hinckley, de 59 años, está internado en un centro hospitalario de Washington, aunque en los últimos años se han flexibilizado ligeramente las limitaciones de su estancia al permitirle pasar varios días en casa de su madre.

El autor de los disparos fue considerado no culpable al ser diagnosticado con demencia, pero la autopsia podría llevar a la acusación a presentar nuevos cargos

Ahora, el dictamen de la autopsia de Brady abre la puerta a que la acusación presente nuevos cargos contra Hinckley y trate de reabrir el caso tres décadas después. La oficina del fiscal de EE UU se limitó a anunciar el viernes que estaba “revisando el fallo de la muerte” del exsecretario de prensa del republicano Reagan. La Fiscalía podría tratar de juzgar a Hinckley por asesinato, pero su principal escollo es lograr esquivar el término jurídico que protege a una persona de ser juzgado dos veces por el mismo delito.

El abogado del autor de los disparos, Barry Levine, consideró “extremadamente inverosímil” la posibilidad de que la Fiscalía logre presentar nuevos cargos porque, adujo, los “hechos” que se aplicaron hace más de 30 años siguen siendo válidos hoy en día. “[Hinckley] ha vivido desde entonces lleno de culpabilidad, y tiene el mayor de los respetos por los Brady y el mayor de los arrepentimientos por lo que sucedió. Un público sensible sabría que en el momento en que cometió ese acto estaba asolado por una enfermedad mental”, señaló tras conocerse el resultado de la autopsia. Una portavoz de la familia Brady dijo que el resultado de la autopsia realmente “no debería sorprender a nadie”.

Aunque no es habitual, en los últimos años se han revisado en EE UU varias sentencias judiciales dictaminadas décadas atrás. En 2007, un hombre en Pennsylvania que había pasado 16 años en la cárcel por disparar a un agente de policía en 1966 fue detenido de nuevo tras la muerte del agente y acusado de asesinato. Tras la autopsia, el crimen fue establecido como un homicidio a partir de las heridas de la bala disparada 41 años antes. El autor del disparo fue juzgado por un jurado, que finalmente lo absolvió.

Hinckley abrió fuego en 1981 contra Reagan porque buscaba impresionar a la actriz Jodie Foster, pero quien se llevó la peor parte fue Brady

Y en 2012, hubo otro caso en Washington DC en el que se dictaminó, al morir la víctima, que lo había hecho como consecuencia de un homicidio ocurrido 23 años antes. Como que el autor de los hechos ya servía una condena de 85 años en prisión, no se presentaron nuevos cargos.

Tras anunciarse su muerte el lunes, la figura de Brady fue objeto de encendidos elogios por parte de la clase política estadounidense por su larga cruzada, tras el tiroteo, a favor de un mayor control del uso de armas de fuego en EE UU. “Un incontable número de personas están vivas hoy gracias a Jim”, dijo el presidente Barack Obama en referencia a la ley, bautizada con el nombre de Brady, que en 1993 entró en vigor y endureció los requisitos para la compra de armas.

La pistola de 29 dólares utilizada por Hinckley fue desde entonces más difícil de conseguir. La norma -tras años de campaña en el Capitolio de Brady y su esposa, hija de un agente armado del FBI- obligó a cinco días de espera para la adquisición de pistolas y al análisis de antecedentes para los primeros compradores. En 1998 fue sustituida por un sistema informático de chequeo de antecedentes. La ley fue rubricada, con Brady a su lado, en 1993 por el presidente Bill Clinton. En 1996 el mandatario le concedió la medalla de libertad y en 2000 rebautizó con su nombre la sala de prensa de la Casa Blanca, en la que comparecen el portavoz y el mandatario del momento.

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