Una ONG acusa al Gobierno británico de censurar el informe de torturas de la CIA
Londres pretende censurar su colaboración en el programa de interrogatorios y detenciones, según el grupo de derechos humanos Reprieve
El Gobierno británico podría estar intentando censurar un informe pendiente de desclasificación del Comité de Inteligencia del Senado estadounidense sobre el polémico programa de cárceles secretas de la CIA. Esa es la acusación lanzada por la ONG Reprieve tras haber recibido una carta del exministro de Exteriores británico William Hague en la que se reconoce que el Gobierno británico ha intentado limitar la publicación de material comprometedor para Reino Unido ante la inminente publicación del informe. “Hemos hecho gestiones para garantizar que se seguirán los procedimientos ordinarios para eliminar material relativo a Reino Unido en caso de que el Senado quisiera desclasificar el material que Reino Unido le entregó”, escribe Hague. Sus palabras confirmarían, según Cori Crider, directora de Reprieve —una ONG británica dedicada a los derechos humanos—, que “el Gobierno británico está tratando de censurar el informe del Senado estadounidense. Para decirlo con claridad: está pidiéndole a Estados Unidos que mantenga fuera del ojo público el papel del Reino Unido en su programa de cárceles secretas”.
El programa de detención e interrogatorio de la CIA, en vigor desde la presidencia de Bill Clinton y reforzado tras el 11-S por George W. Bush, fue clausurado en 2009 tras la llegada de Barack Obama a la presidencia. Permitía el traslado de prisioneros a lugares de detención secretos ubicados en todo el mundo, con la connivencia de diferentes países y en los que se practicaba abiertamente la tortura, como reconoció Obama el viernes. “Hemos torturado a gente”, dijo durante una rueda de prensa en la que, entonando el mea culpa, reconoció que el informe que la Casa Blanca hará público en los próximos días “refleja que hicimos algunas cosas que están mal”.
Desde que en abril se anunció su desclasificación, poco a poco se han ido filtrando algunos detalles sobre su contenido. Según el diario The Guardian, un grupo de abogados defensores de presos de Guantánamo sospechan que algunos de sus defendidos llegaron hasta allí a través de la isla británica de Diego García, algo que podría corroborar el informe. El atolón, situado en el Índico, habría sido escenario, entre otras cosas, del interrogatorio de Abdul Hakim Belhaj, un opositor del depuesto dictador libio Muamar el Gadafi que desde hace años ha sido una patata caliente para el Gobierno británico.
Tras el 11-S, Belhaj fue detenido dos veces por EE UU como sospechoso de terrorismo para finalmente ser entregado a las autoridades libias. Tras su liberación en 2011 denunció al Gobierno británico por colaborar en su detención, durante la cual dijo sufrir torturas a manos de la CIA. El Gobierno de David Cameron habría intentado que el caso fuera sobreseído, alegando que, de llegar a juicio, dañaría las relaciones con Estados Unidos. Pero si el informe da detalles sobre lo ocurrido y confirma su estancia en Diego García, el Gobierno británico no podría evitar el juicio. Además, si se confirma que Reino Unido colaboró en el programa de cárceles secretas de la CIA el Tribunal Europeo de Derechos Humanos podría tomar medidas punitivas, como ya hizo recientemente con Polonia, que ha tenido que pagar dos multas de más de 100.000 euros a dos presos que fueron interrogados y torturados por la CIA en ese país.
Se espera que en el informe que la Casa Blanca se dispone a desclasificar se constate que las técnicas que usó la CIA para interrogar a sospechosos de pertenecer a Al Qaeda tras el 11-S, son más severas de lo que se sabía hasta ahora, informa Silvia Ayuso. En rueda de prensa el pasado viernes, Obama volvió a admitir que EE UU “torturó” a algunos sospechosos tras los atentados de 2001 y que con ello el país “cruzó una línea”, dijo. “Como país, tenemos que asumir la responsabilidad de ello, para que ojalá no volvamos a hacerlo en el futuro”, subrayó Obama.
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