“Con empleo y crecimiento volverá la confianza en la Unión Europea”
El político, que analiza la situación de varios Estados miembro, aspira a un alto puesto en las instituciones comunitarias
Su nombre suena como el de uno de los principales aspirantes a un alto puesto en las Instituciones comunitarias; quizá alguna gran comisaría europea. No por casualidad el discurso de Pierre Moscovici (París, 1957), exministro de Economía, Finanzas y Comercio Exterior del Gobierno de François Hollande hasta el pasado abril, está ribeteado de las palabras “crecimiento”, “recuperación” o “inversión”; pero sobre todo “Europa”. El político —militante del Partido Socialista desde 1984— visitó el jueves Madrid en una misión encargada por el primer ministro francés, Manuel Valls, para evaluar las políticas europeas de empleo y crecimiento en 15 países; un tour que le ha llevado ya a Londres, Roma, Bruselas o Berlín. En España, se ha reunido con diversos responsables políticos y empresariales, desde José Manuel González Páramo (consejero delegado del BBVA) al ministro de Economía, Luis de Guindos —uno de sus competidores para presidir el Eurogrupo—. En octubre dará a conocer su informe.
Pregunta. ¿Cómo ve la situación de España y el resto de países que ha visitado?
Respuesta. Las cosas son diferentes de un país a otro. Alemania tiene una situación excepcional, con un desempleo bajo, exportaciones masivas, crecimiento sólido. España ha sufrido duramente la crisis, con unas cifras de desempleo insoportables, con lo que el desafío es mayor; pero se ha mejorado. En la zona euro hay una estabilización en comparación con hace dos años. Siento al mismo tiempo ganas y necesidad de que las mejoras sean más fuertes y vayan más rápido, y ahí puede estar el papel de la Unión Europea. La reciente declaración del Consejo Europeo es alentadora, porque manifiesta la voluntad de que la Comisión, las instituciones europeas, sigan la línea de potenciar el crecimiento con políticas de inversión, de reindustrialización que nuestros países necesitan. Precisamos infraestructuras, por ejemplo, en energía donde nuestros recursos son bajos. Y Europa puede contribuir a ello, sobre todo a través del Banco Europeo de inversión.
P. ¿Cree que se hallará una posición común entre la austeridad y la flexibilidad que piden, por ejemplo, Francia o Italia?
“Nuestros países necesitan políticas de inversión, de reindustrialización”
R. Hemos conocido desde la crisis años difíciles, donde la economía europea no ha recuperado los niveles de producción de 2008. La última década ha estado marcada por la austeridad. La próxima debe ser una década seria. Nadie está interesado en endeudarse, el endeudamiento tiene un coste y pesa en las generaciones futuras, pero al mismo tiempo debe ser una década de crecimiento; la principal prioridad de la próxima Comisión Europea, de las próximas instituciones, no será otra que lograr el crecimiento. Movilizaremos todos nuestros esfuerzos e instrumentos para ello. Trabajaremos por un acuerdo entre los países; y para ello necesitamos una mejor coordinación de la política económica en Europa. Esperamos que Alemania comprenda la situación de sus vecinos, que no significa una relajación de la disciplina; nosotros somos favorables a la disciplina y reglas, pero significa también apoyar un equilibrio aún mayor dentro de la zona euro.
P. Matteo Renzi se ha referido al a UE como "una vieja tía aburrida", ¿qué piensa de ello?
R. Él es joven… [sonríe] Cuando uno habla de alguien que tiene, como la unión europea, 56 años, que es mi edad, uno habla de una tía vieja. Yo nací en 1957, el año del tratado de Roma, así que es para mí es como una prima que está ya en la madurez, con mucho encanto y con la que hemos tenido unas relaciones armoniosas. Pero no quisiera usar aún más esta metáfora. Yo soy europeo, y sólo tenemos una Europa; no podemos construir otra, pero podemos cambiar las cosas para hacer que sea de nuevo radiante, que sea el sueño, como dijo Renzi estos días en el Parlamento Europeo. Europa hoy está marcada por el euroescepticismo, estamos ante un punto de inflexión; y si somos capaces de lograr resultados de crecimiento, empleo y mejora el proyecto europeo seguirá vivo, pero si continuamos con las mismas políticas que arrojan los mismos resultados no volveremos a ver a esa vieja tía.
P. Su nombre suena para un alto puesto en las instituciones europeas.
R. Hace 20 años que mi vida política está entre Europa y Francia. He ocupado distintas responsabilidades, he contribuido a la salida de la crisis de la zona euro con mi colega Luis de Guindos, con el que tengo una relación de amistad. He dejado el Gobierno para prepararme para unas responsabilidades europeas. Tengo la esperanza y la convicción de poder hacerlo. Conozco Europa, los agentes, los procedimientos... Si el presidente de la República confía en el proyecto que podemos hacer juntos para un proyecto europeo, yo estoy listo y me preparo activamente.
P. ¿Cómo analiza la oposición del primer ministro británico David Cameron a Jean Claude Juncker para presidir la Comisión Europea?
R. David Cameron rechazó lo que él pensaba que estaba ocurriendo: un control del Parlamento Europeo sobre el Consejo Europeo. Pero era una crítica infundada, pienso que es simplemente el respeto de la democracia europea y de los resultados de las elecciones europeas. Yo soy socialista y claro que hubiera preferido que fuera el partido socialista el primer partido, pero no lo fue. Y hay una regla de base en democracia y es que quien gana las elecciones forma el Ejecutivo (es el caso en todas las democracias). Lo que yo creo, en todo caso, es que eso ya ha pasado, Cameron ha dicho en un comunicado —en el que ha sido claro— que vamos a trabajar juntos para Europa.
P. Los últimos días nos hemos encontrado un Partido Socialista francés dividido por algunas de las medidas que quiere emprender el Gobierno.
R. Escuche, estas son medidas necesarias porque de la misma manera que España tenía que hacer reformas para ser más competitiva, Francia también las necesita. No es necesario que sean las mismas medidas, porque no somos el mismo país; pero sí perseguimos un objetivo común. Las medidas que persigue el Gobierno son medidas que deben convertir a Francia en un país más atractivo sobre el plano económico. Hay debates en el seno del partido socialista, pero la mayoría no está en peligro. Que haya divergencias es normal, pero cuando se hace política tiene que haber también un espíritu de responsabilidad y el límite que no hay que superar es poner en peligro al Gobierno, lo cual no ha ocurrido hasta el momento.
P. ¿Sufrirá el partido por esa división?
R. ¿En qué sentido?
P. ¿Le pasará factura al partido? ¿Impedirá la puesta en marcha de las medidas?
R. No, yo creo que esa división, por el momento, es un debate. Y la mayoría tiene la responsabilidad, que está por encima de la división; algo que debe perdurar. El Partido Socialista ya ha sufrido en las elecciones recientes, tanto en las locales como en las europeas, pero Francia tiene un ciclo electoral de cinco años, y las próximas elecciones son en 2017; en ese momento el presidente y el Gobierno serán juzgados en función de los resultados de las políticas económicas y sociales que llevan a cabo. Políticas que tendrán resultados y llevarán al país a un crecimiento más fuerte, a un crecimiento de empleo, a un país más competitivo que nos asegurará una situación mejor a la que hemos encontrado en Francia en 2012.
P. Hablando sobre la oposición, ¿cómo analiza la imputación del expresidente Nicolas Sarkozy?
R. No comento los procesos judiciales franceses. En general no lo hago, y menos cuando estoy en el extranjero. Pero simplemente puedo decir que Francia es una república, un sistema democrático como el español, y que uno de los principales principios del sistema es la independencia de la justicia; y ese principio es un principio intangible. Todo ciudadano, por antiguo presidente, o exministro que sea debe respetar la justicia de su país.
P. Pero la detención de Sarkozy ha sido algo inédito.
R. La independencia la justicia es importantísima. Y debo recordar que en Francia el presidente de la República es el garante de la justicia; y Sarkozy, que fue presidente de la República, aún más que nadie debe estar atento a respetar la independencia de la justicia.
P. ¿Cómo valora su posible vuelta a la política como insinuó el otro día en una entrevista en televisión?
R. Creo haber comprendido que es algo más que una hipótesis… ¿Es una oportunidad? El futuro lo dirá.
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