Kerry viaja a Bagdad para impulsar un Gobierno de unidad ante el reto yihadista
EE UU promete un apoyo “intenso y sostenido” a las fuerzas iraquíes ante el reto del EIIL
El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, ha reconocido hoy lunes que los yihadistas plantean “una amenaza existencial” a Irak y asegurado que el apoyo de Washington a las fuerzas de seguridad iraquíes va a ser “intenso y sostenido”. Durante una visita a Bagdad, en la que se ha entrevistado con el primer ministro Nuri al Maliki y otros líderes políticos, ha insistido no obstante en la necesidad de que éstos superen sus diferencias y formen un Gobierno en el que todos se sientan representados. Su compromiso de asistencia es especialmente importante ante el avance de los insurgentes que ya controlan un tercio del país.
“Irak afronta una amenaza existencial y sus dirigentes tienen que tomar decisiones para responder a ella”, ha declarado Kerry durante una conferencia de prensa en la capital iraquí. El secretario de Estado también ha asegurado que el apoyo de su país “será intenso y sostenido”, antes de añadir que éste será más eficaz “si los líderes iraquíes toman las medidas necesarias para unir al país”.
Sus palabras se hacen eco de las pronunciadas el pasado jueves por el presidente Barack Obama cuando anunció el envío de 300 asesores militares en respuesta a la petición de asistencia de Al Maliki. Obama condicionó la ejecución de ataques aéreos contra posiciones rebeldes, que deseaba el primer ministro iraquí, a que el Gobierno que tiene que formarse en las próximas semanas sea más incluyente que el anterior y cuente con un amplio respaldo.
EEUU no desea verse arrastrado a la guerra sectaria a la que Irak parece abocado si no se produce un cambio de rumbo en Bagdad. Sus portavoces han evitado mencionar la salida de Al Maliki, pero en medios diplomáticos se da por hecho que el primer ministro es parte del problema. No sólo los suníes y los kurdos le acusan de comportamiento sectario, sino que entre los propios chiíes hay sectores muy críticos con su gestión y que buscan una alternativa para cuando se reúna el nuevo Parlamento.
Kerry ha dicho que Al Maliki, con quien se reunió durante una hora y cuarenta minutos, le había subrayado su compromiso de cumplir los plazos constitucionales y reunir el Parlamento el próximo 1 de julio para iniciar el proceso de formación del Gobierno, un proceso que en el mejor de los casos culminaría en agosto. El primer ministro, por su parte, ha advertido a su interlocutor de que lo que está sucediendo en su país “es una amenaza para la paz en la región y en el mundo”, según un comunicado difundido por su oficina.
Desde el pasado 9 de junio, una amalgama de grupos suníes liderados por el Estado Islámico en Irak y el Levante (EIIL) han conquistado la mayor parte de la provincia de Nínive, incluida su capital y segunda ciudad iraquí, Mosul, así como ciudades y comarcas de Saladino, Diyala y Kirkuk. Esos triunfos, ante la huida de los soldados y la aquiescencia de parte de la población, se han sumado al control que desde enero tenían sobre Faluya y zonas de Ramadi, la capital de Al Anbar.
El enviado estadounidense se ha reunido también con Ammar al Hakim, el líder del Consejo Supremo Islámico de Irak, un partido islamista chií rival del Estado de la Ley de Al Maliki. Para algunos observadores, esta visita envía el mensaje de que EEUU ha reducido su apoyo al primer ministro. Al Hakim, heredero de una familia de destacados religiosos, vestía túnica clerical y el turbante negro en claro contraste con el uniforme de faena con el que el pasado martes acudió a la reunión organizada por Al Maliki.
Más tarde, Kerry ha visto a Osama al Nujayfi, presidente del último Parlamento e influyente líder suní, cuyo hermano Atheel es el gobernador de Nínive, de donde tuvo que huir ante la ofensiva yihadista.
“Son tiempos difíciles para Irak y para el mundo si no cooperamos”,ha declarado Al Nujayfi, citado por The New York Times. A lo que Kerry ha contestado reiterando la posición de EEUU: “Como sabe tenemos dos vías: una es la de la seguridad y otra es la política. Y necesitamos que ambas vayan en paralelo”. El secretario de Estado también ha señalado que la prioridad es “el pueblo iraquí, la integridad del país, sus fronteras y su soberanía”.
Esas fronteras están en entredicho desde que los insurgentes tomaran durante el fin de semana los puestos que cruzan a Siria en Al Qaim y Al Walid, y el único acceso legal a Jordania, en Trebil. Aunque hoy el Ministerio de Defensa iraquí insistía en que estos dos últimos estaban en su poder, todo hace indicar que los yihadistas están consolidando sus posiciones en Al Anbar.
Más preocupante parece la brecha que la crisis está reabriendo entre las comunidades. En un nuevo incidente con tintes sectarios, un mínimo de 71 presos han muerto cuando hombres armados han asaltado el convoy en el que eran trasladados en la provincia de Babilonia, según Efe. Aunque la agencia no da datos sobre la afiliación confesional de las víctimas, el hecho de que provinieran de la cárcel de Qawat al Akrab, destinada a detenidos bajo la ley antiterrorista, hace sospechar que se trate de suníes. La zona donde ha ocurrido, al sur de Bagdad, es mayoritariamente chií. El choque también ha dejado dos policías y cinco atacantes muertos.
No es el primer incidente de este tipo. El pasado martes, 44 suníes detenidos en una comisaría de Baquba también murieron en circunstancias poco claras cuando los policías chiíes que los custodiaban se retiraron ante un ataque insurgente. Efe recogió el viernes otro suceso similar en Tel Afar, donde los vecinos descubrieron en una cárcel los cadáveres de 47 presos con signos de haber sido asesinados.
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