“Fidel Castro destruyó el país y la vida de los cubanos”
En su primera visita a Washington la activista se reúne con altos cargos de la Administración
La disidente cubana Miriam Leiva visita por primera vez Washington en un momento en que están creciendo las voces en Estados Unidos que piden al presidente Barack Obama que atenúe el embargo impuesto a la isla comunista hace más de 50 años, ampliando las medidas flexibilizadoras que aprobó a principios de su primer mandato. Leiva trabajó durante 20 años para el Gobierno cubano hasta que en 1992 fue destituida después de que su marido, el fallecido economista y periodista independiente Óscar Espinosa, fuera acusado de contrarrevolucionario. Espinosa fue uno de los 75 disidentes encarcelados en 2003 y posteriormente liberados. Su encarcelación llevó a Leiva a cofundar las Damas de Blanco, de las que se desvinculó en 2008. Durante su visita ha mantenido reuniones con altos cargos del Departamento de Estado y la Casa Blanca, y con congresistas.
Pregunta. Usted ha dicho en alguna ocasión que si la sociedad civil cubana tuviese mayor independencia económica tendría más independencia política.
Respuesta. Por eso, el Gobierno cubano siempre ha cerrado todo y no ha querido que los cubanos sean más emprendedores, que tengan más negocios por cuenta propia. Pero el Gobierno tiene que abrir más porque tiene que desemplear a muchas personas, los salarios no valen nada ni las pensiones. Hay muchas necesidades en Cuba y tiene que buscar formas de reactivar la economía.
P. ¿Qué le parecen algunos de los cambios que se han aprobado recientemente en Cuba, como la ley de inversión extranjera?
El cambio depende de nosotros, los cubanos"
R. La ley es una necesidad muy grande del Gobierno cubano, que ha descapitalizado totalmente el país. Todas las ramas de la economía y los servicios están colapsadas o en crisis porque el Gobierno no tiene capacidad de inversión propia porque no tiene dinero, y ha tenido que recurrir a los que siempre criticó, que es a los capitalistas y más a los extranjeros para tratar de traer 2.500 millones de dólares. La ley tiene sus limitaciones. ¿Por qué los cubanos y cubano-estadounidenses no pueden invertir? Eso debería considerarse. Es muy importante también ver qué fruto tendrá de inmediato, no creo que sea muy inmediato porque los inversores tienen que tener garantías.
P. ¿Hasta qué punto son irreversibles las reformas de Raúl Castro?
R. Si el Gobierno cubano da vuelta atrás es un colapso para el Gobierno porque no tiene capacidad de invertir, inclusive de importar. Sencillamente no tiene dinero. El Gobierno puede revertir las reformas, pero si lo revierte de qué va a vivir, si Venezuela está muy incierta, si otros países no le van a regalar el dinero porque al hacer un préstamo no se sabe si lo va a pagar. Y esto es lo que precisamente impulsa al Gobierno a tener que hacer algunas medidas internas y también a buscar inversores extranjeros. Además, esperaban tener petróleo y no lo han encontrado, esperan el puerto de Mariel pero eso llevara unos años. Aunque están buscando dinero en el exterior, ellos tienen que mover esa economía. Las limitaciones es que han vivido 56 años en ese sistema inoperante, pero incluso los que están en el Gobierno no tienen otro conocimiento, no ven otra cosa, están entrampados por no perder el poder, por el miedo a abrir demasiado.
P. ¿Cómo ha afectado este aperturismo económico a la situación de la disidencia en Cuba? Usted ha criticado que no es útil que EE UU ayude económicamente a la disidencia.
R. No ha tenido ese impacto en la disidencia porque esto está más enfocado hacia la población. Lo que pudiera hacer EE UU es más directamente acciones hacia la población cubana. No quiere decir que no se apoye a la disidencia, sobre todo desde el punto de vista moral, pero las medidas de Obama tienen que ser más audaces, ir más allá, tienen que tratar de ver cómo se puede ayudar a que el cubano pueda ser de verdad un emprendedor que tenga autosustentación.
Si el Gobierno cubano da vuelta atrás [en las reformas] es un colapso para el Gobierno porque no tiene capacidad de invertir. Sencillamente no tiene dinero"
P. ¿Qué opina de la reanudación del diálogo entre la Unión Europea y Cuba?
R. Hace mucho tiempo que la posición común no tiene sentido porque no ha dado resultado. El Gobierno utiliza los métodos de siempre, se aísla, le culpa de todo a los demás. Sentarse a dialogar, plantear los problemas influye en que se mueva, que no sea estática [la relación]. Además no es lógico que la UE tenga 28 países pero Cuba tenga relación solo con 17. Por ejemplo, con España no hay acuerdos bilaterales.
Creo que el propósito no es que estos países cambien algo en Cuba porque el cambio depende de nosotros los cubanos, pero sí que estén allí presentes. Y al conocer y ver esas sociedades pueden ayudar al cubano a ampliar sus horizontes mentales y conocimiento. Es positivo el diálogo, pero no quiere decir que haya acuerdo porque tampoco van a aceptar cualquier cosa que quiera el Gobierno.
P. ¿Cree que parte del exilio cubano en EE UU debería plantearse un cambio de actitud, sobre todo el sector más inflexible?
R. Creo que todos los cubanos, estén donde estén, tienen que darse cuenta de que estamos en 2014 con un país que hace 56 años que está sometido a una situación tan anormal y tan distinta que el 70% de las generaciones nacieron después del año 59. Esas generaciones ya no son las del 59 ni tampoco las aspiraciones pueden ser la mismas donde quiera que nos encontremos.
P. Hace casi ocho años que Fidel Castro cedió el poder a su hermano, teniendo en cuenta el tiempo que ha pasado, ¿cree que su figura puede haber perdido cierto peso?
R. Fidel Castro ya llevaba perdiendo peso cuando dejó el poder y lo ha perdido totalmente en esta etapa porque él siempre dijo que todo lo que se hacía en Cuba lo hacía él, todo era gracias a él. Los cubanos saben que todo este desastre, sus calamidades y necesidades son gracias a Fidel Castro. Fidel Castro destruyó el país y la vida de los cubanos. Hoy día muchas personas que creyeron y quisieron a Fidel Castro y a la revolución están pasando grandes necesidades, quizá hasta hambre, tienen los zapatos rotos y la pensión no les sirve para nada.
Las otras generaciones tienen una gran frustración porque están muy limitadas y los jóvenes no tienen presente ni futuro. ¿Qué legado deja Fidel Castro? El de la Cuba destruida. ¿Y qué es lo que está haciendo Raúl Castro? Tratando de arreglar algo de eso para ver si puede echar a andar un país y un sistema que no tiene arreglo. Hay que empezar a cambiar toda la estructura socioeconómica y política del país, pero ellos están entrampados. Es muy difícil que Raúl Castro rompa así de pronto con todo aquello.
P. ¿Cómo desearía que fuera la transición?
R. La transición tiene que ser pacífica, tenemos que ponernos de acuerdo los cubanos en cómo hacerlo, no creo que se parezca a ninguna transición que ha habido antes y ojalá pudiera ser como la de España o Sudáfrica, pero eso sería muy difícil porque son experiencias distintas. Por ejemplo, España tenía partidos, que aunque fueran reprimidos tenían fuerza dentro. Nosotros aquí ni hemos tenido partidos. En Cuba hay que partir de una situación en que hay que crearlo todo, hasta la experiencia y el conocimiento de cosas que empezaban a desarrollarse en el año 59 y que se frustraron por una barbaridad de un golpe de Estado.
P. Usted ha dicho que los venezolanos deberían luchar para no convertirse en una nueva Cuba.
R. Los venezolanos tuvieron la desgracia de que en el momento en que el petróleo empezó a tener un precio tan alto, llegó Chávez a regalar el petróleo y a dilapidar el dinero de Venezuela y además a cortar la democracia imperfecta que tenían. Ellos están en una situación muy complicada porque la sociedad está dividida.
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