El mediador de la ONU y la Liga Árabe para el conflicto sirio anuncia su dimisión

Tras cerca de dos años intentando reunir oposición y régimen sirios en una mesa de diálogo, el mediador de Naciones Unidas para Siria, Lajdar Brahimi, apenas logró una semana de alto el fuego en Homs el pasado mes de febrero, y dos rondas de negociaciones en Ginebra (en enero y febrero de 2014). Sin por ello alcanzar mayores resultados para frenar los violentos enfrentamientos que han dejado según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos 150,000 muertos.

La dimisión del diplomático argelino se anuncia para el 31 de mayo, tres días antes de la fecha marcada para los comicios sirios. Desde el pasado mes de marzo, Brahimi dejaba entrever que de celebrarse unas elecciones presidenciales en Siria con Bachar el Asad como candidato, el diálogo entre oposición y régimen así como los esfuerzos realizados en Ginebra se disiparían sin posibilidades de repetir en un Ginebra III.

Oposición y régimen se han mostrado inamovibles en sus posiciones. La oposición rehúsa todo diálogo con el régimen de Bachar El Asad si éste presentaba su candidatura en unas elecciones presidenciales. El régimen sirio ha reafirmado que de haber transición sería liderada por el presidente Bachar El Asad que se presenta a elecciones el próximo mes junto con otros tres candidatos que albergan pocas oportunidades de ganar.

Un callejón sin salida que ha agotado todas las bazas del mediador de la ONU, que a pesar del simbolismo mediático alcanzado con Ginebra I y II, pocos otorgaban mayores expectativas a su misión. Por un lado, el mediador ha lidiado con una oposición dividida que empeñada en mostrar un semblante de unión se ha mostrado incapaz de imponer control alguno sobre el terreno. Por otro, el régimen sirio apoyado por Rusia ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha persistido en su rol como único interlocutor legítimo.

La dimisión de Brahimi llega en una coyuntura favorable para el régimen sirio que ha logrado en los últimos meses afianzar el control militar sobre las mayores urbes sirias y las carreteras estratégicas mientras que el bando rebelde se ha visto relegado a las fronteras con los países vecinos o reducido a bolsas insurrectas en regiones periféricas. Los comicios del próximo tres de junio vaticinan una victoria para Bachar El Asad.

Karim Makdisi, profesor adjunto de ciencias políticas en la Universidad Americana de Beirut se muestra pesimista: “ La dimisión pone de manifiesto por un lado el fracaso en una mediación política por parte de Naciones Unidas que tras el abandono de dos figuras de peso como Kofi Anan y Lajdar Brahimi se verá obligada a recurrir a una figura de menor perfil. Y por otro lado, el fracaso del plan saudí para la región como ante el pulso contra Irán. La mediación política pierde fuerza y muestra el desinterés de Estados Unidos absorbido por Ucrania que se impone como la prioridad número uno hoy”.

Por su parte, el Dr. Najib Ghadbian, Representante Especial del Consejo Nacional Sirio ante Naciones Unidas alagaba los esfuerzos realizados por Brahimi al tiempo que criticaba la ausencia de compromiso de la comunidad internacional y aseguraba que “ La Coalición Siria debatirá sobre las posibles opciones para infligir mayores presiones sobre el régimen con aliados claves en la próxima reunión ministerial el 15 de mayo de los once países del ‘Core group’ de Amigos de Siria”.