Buteflika anuncia otro jefe de Gobierno y reformas constitucionales en Argelia
Nombra a su responsable de campaña primer ministro y plantea cambios en la Constitución
Abdelaziz Buteflika es ya oficialmente, desde este mediodía, presidente de la República de Argelia e inicia así, aún convaleciente, en silla de ruedas y a sus 77 años, su cuarto mandato consecutivo de cinco años al frente de este país clave en el Magreb y para el control de las reservas mundiales de hidrocarburos. La entronización de Buteflika fue tan curiosa y novedosa en las formas como lo fue la campaña y la jornada electoral que le llevó a la victoria clara el pasado 18 de abril. Llegó de nuevo montado en su sillón especial con ruedas, asistió bastante impávido a la ceremonia en el Palacio de las Naciones ante las autoridades civiles y militares, pronunció tímidamente su juramento y unas pocas palabras de agradecimiento y dejó las nuevas promesas para el texto que llevaba escrito, de diez páginas, y que no leyó. La principal: implicar a la oposición en una reforma tranquila y pactada de la Constitución.
El ya reelegido presidente argelino comunicó más tarde, en otro gesto importante a interpretar para el futuro político inmediato del país, que nombrará ahora primer ministro a Abdelmalek Sellal, el que fue su jefe de campaña y que conducirá ahora el proceso de reformas que debería abrirse necesariamente en Argelia y que todos los candidatos prometieron. Sellal sustituirá en el cargo a Youcef Yousfi y se ha fogueado en estas últimas semanas y meses como uno de los principales colaboradores de Buteflika hasta el punto de protagonizar los grandes mítines de una campaña en la que el líder no apareció en ningún acto público ni entrevista ni ofreció un solo discurso. Buteflika, sin embargo, ganó holgadamente las elecciones con el 81,49% de los votos, con una participación que no llegó al 50%.
Esa desgana en el voto, que se concentró especialmente en la gente joven, la mitad del país, es lo que llevó ya en campaña a los colaboradores de Buteflika a prometer que tras la consulta con las urnas se iniciaría una fase de consultas con todos los partidos políticos, agentes económicos y sociales para emprender algunos cambios necesarios en la Constitución, especialmente en el ámbito de las libertades ciudadanas. Buteflika y su equipo son conscientes de esas demandas y en su discurso de proclamación como presidente introdujo esas ideas de nuevo. Eso sí, no las verbalizó.
El presidente argelino se presentó en el Palacio de las Naciones, tras el desfile militar, en su ya conocido sillón con ruedas que le sirve para moverse tras sufrir justo hace un año un derrame cerebral que le obligó a estar hospitalizado 80 días en París. Juró con la mano derecha sobre el Corán, dijo algunas palabras durante apenas un minuto, dio las gracias a los ciudadanos y también a los demás candidatos por la campaña y fue interrumpido por distintas salvas de aplausos.
En el discurso escrito, además, aprovechó para renovar su promesa de ciertos cambios políticos y para advertir, en cualquier caso, de que las fuerzas de seguridad estarán ahí siempre alerta para no permitir ningún tipo de excesos. El cambio de la Constitución ya fue un plan previsto para la anterior legislatura que no se llevó a cabo. Ahora el Gobierno quiere ponerlo en marcha en el próximo año junto con el proceso de "cambio tranquilo" que llevará aparejada, en teoría, la sustitución también del propio Buteflika.
Está por ver hasta dónde se atreve a profundizar Buteflika y su equipo en ese camino del cambio constitución y con qué tipo de colaboración se encuentra entre los demás partidos. Por de pronto, las principales fuerzas aglutinadas en torno al grupo Argelia Verde, de tendencia islamista, ya boicotearon el propio acto de juramento como presidente. Un boicot que promovieron otros partidos durante las elecciones porque las consideraban un "fraude".
En el avance de las ideas a retocar en la ley fundamental se apuntan principios como el reforzamiento de la división de poderes, la independencia de la justicia y un mayor rol del Parlamento, de la oposición política, y garantizar los derechos y las libertades de los ciudadanos. En el apartado de mejoras de funcionamiento del país, se señala reducir la burocracia y promover la descentralización del país, algo que llevan reclamando incluso con actos violentos los dirigentes de las regiones conflictivas como La Cabilia y Gardaia.
El discurso oficial de Buteflika dedica un apartado a la peculiar y complicada situación económica de Argelia. El presidente no olvidó subrayar, en ese sentido, la necesidad de fomentar una economía más diversificada y más fuerte, "complementaria" al potencial actual con los hidrocarburos. Argelia es ya el 15 productor mundial y el segundo de África en petróleo y gas y pretende convertirse en una alternativa fiable para la compra del sur de Europa a los hidrocarburos ahora provenientes de Rusia y Ucrania.
El veterano presidente argelino dejó para el final de su documento de intenciones para este cuarto mandato una frase que se analizó también en clave personal por su precario estado de salud: "Abordo hoy el mandato que me habéis confiado como un sacrificio por la patria a la que yo he servido durante toda mi vida. Una nueva prueba de mi fidelidad a nuestros compañeros de luto caídos en el campo del honor por la patria."
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