Los rebeldes ya solo esperan el asalto
Los grupos prorrusos se hacen fuertes en Donetsk ante las amenzazas de Kiev El primer ministro ucranio viaja a la ciudad para buscar una salida a la crisis
Las regiones de Donetsk y Lugansk, donde grupos de activistas prorrusos mantienen ocupadas la Administración Provincial y la sede del Servicio de Seguridad del Estado, respectivamente, se presentaban este jueves como los puntos más conflictivos en la pugna entre el Gobierno central de Ucrania y los sectores que lo desafían en una franja volátil que se extiende desde Járkov, en el este, hasta Odessa, en el sur del país.
“Cuanto más tiempo pase más probabilidades hay de que se produzca un asalto”, decía el miércoles Igor Jakimsiánov, que es el responsable de defensa de la autoproclamada República Popular de Donetsk (RPD). Esta entidad con vocación de poder paralelo surgió de una asamblea celebrada el lunes pasado en esta región industrial, que fue el sostén del poder del expresidente Víctor Yanukóvich y que es la base de Renat Ajmétov, el hombre más rico de Ucrania.
La república popular ha convocado un referéndum el 11 de mayo con intención de plantear a la ciudadanía preguntas sobre el futuro estatus de la región de Donetsk y su eventual integración a Rusia. Este referéndum está inspirado en el que se celebró el pasado marzo en Crimea y que derivó en su integración a la Federación Rusa. En Ucrania los referéndums regionales son ilegales.
El ministro del Interior ucranio, Arsén Avákov, amenazó con desalojar por la fuerza los edificios ocupados si los amotinados no se marchaban en el plazo de 48 horas. Entre los ocupantes de la Administración Provincial de Donetsk había divergencias ayer sobre cuándo expiraba el plazo. Sin embargo, la jornada de hoy parece presentarse como un día decisivo pues el primer ministro, Arseni Yatseniuk, tiene previsto reunirse en Donetsk con autoridades de esta provincia y también con representantes de Lugansk, según fuentes diplomáticas. Se espera que esta cita clarifique las intenciones de las autoridades de Kiev que, pese a sus amenazas, se muestran reacias a emplear la fuerza y arriesgarse a un baño de sangre para restablecer el orden público. El riesgo de violencia es mucho mayor en Lugansk, dado que los atrincherados en el edificio del Servicio de Seguridad tienen armas.
La conversación de este diario con Jakimsiánov, jefe de defensa de la autoproclamada república, fue en el undécimo piso de la Administración Provincial, edificio totalmente ocupado por organizaciones que se aglutinan en torno a la RPD, incluidos numerosos trabajadores de las legendarias (y venidas a menos) minas de la región. El edificio fue rodeado de alambre de espino y de barricadas formadas por ruedas de automóvil. En el interior, los ascensores no funcionan y reina un gran desorden, ya que los muebles han sido amontonados para formar barricadas dentro. En el piso undécimo, donde tenía su despacho el gobernador provincial, se han instalado los dirigentes de la RPD. La República Popular de Donetsk consta actualmente de un “parlamento popular” con 81 personas elegidas en asamblea y un “gobierno” formado por siete miembros, la mayoría de los cuales trata de no ser muy visible para evitar que los servicios de seguridad “descabecen” el movimiento, arrebatándoles sus líderes.
Esta situación no puede prolongarse. Habrá enfrentamientos en cualquier caso” Igor Jakimsiánov
Jakimsiánov y el representante político Denis Pushilin están entre los que desafían abiertamente a las autoridades. “Esta situación no puede prolongarse indefinidamente. Habrá enfrentamientos en cualquier caso”, afirma Jakimsiánov, que fue infante de Marina en Rusia antes de volver a su tierra natal de Donetsk a fines de los noventa del siglo pasado “por razones familiares”. Actualmente es ciudadano ucranio y ejerce como alpinista especializado en resolver problemas técnicos en las alturas.
A la pregunta de si se siente ucranio o ruso, replica: “Me siento ciudadano de la URSS”. Y cuando se le recuerda que la Unión Soviética se desintegró cuando él tenía 11 años y ya no existe es tajante: “¿Y qué? Para mí en el corazón sigue existiendo. Me acuerdo de que había el helado más bueno del mundo y los pasteles... Nadie me puede quitar eso”.
Jakimsiánov estimaba que había un 60% de probabilidades de que se produjera un asalto a la Administración Provincial, frente a un 40% de que no sea así. Tanto el miércoles como ayer hubo reuniones entre los representantes de la república y las autoridades locales, encabezadas por el gobernador, Serguéi Taruta, un oligarca al que los dirigentes de Kiev encomendaron la región tras el colapso de las estructuras de poder encabezadas por Yanukóvich.
“En la URSS había déficit de mercancías, ahora hay déficit de dinero”, dice Jakimsiánov, que como otros de los atrincherados en la Administración de Donetsk se queja de los bajos salarios, el declive económico y la falta de perspectivas de futuro en un país donde la moneda nacional, la grivna, alcanzó ayer mínimos históricos frente al euro y al dólar. La RPD se niega a aceptar la deuda externa de Ucrania (100.000 millones de euros), de la cual a la región de Donetsk le corresponderían más de 4.300 millones.
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