Secuestrada una periodista de Globovisión en Venezuela

La organización de defensa de la libertad de prensa Reporteros Sin Fronteras (RSF) expresó este miércoles desde su sede en París su preocupación por el paradero de la periodista venezolana Nairobi Pinto, desaparecida desde el pasado domingo cuando, según testigos, tres civiles a bordo de un coche sin matrícula la raptaron en Caracas.

Pinto ejerce en la actualidad como jefa de corresponsales de Globovisión, el canal de 24 horas de noticias que por mucho tiempo representó el desafío más irritante para la versión oficial de los hechos transmitida por los medios informativos del chavismo.

Adquirida a mediados del año pasado por capitales próximos al Gobierno, el canal de televisión modificó notoriamente su línea editorial y su línea informativa, convirtiéndose en fuente de frustración y criticas ásperas de los sectores afines a la oposición que acostumbraban a sintonizar su señal.

“Pedimos que se esclarezca lo antes posible este secuestro y recordamos que no debe descartarse de entrada que el delito esté relacionado con la actividad profesional de la víctima”, declaró Camille Soulier, responsable para las Américas de RSF.

El caso presenta rasgos ciertamente inusuales para tratarse de un episodio de delincuencia común. La víctima no posee grandes bienes. Y sus captores todavía no se han puesto en contacto con allegados de Pinto, pese a los días transcurridos desde el secuestro, para hacer alguna exigencia económica o reivindicación.

El enigma pareció cobrar una nueva dimensión el martes en la noche cuando Gaby Arellano, una de las dirigentes estudiantiles que lideran las protestas contra el Gobierno de Nicolás Maduro desde hace dos meses en Venezuela, reveló que Pinto es una de sus amistades más cercanas. Atribuyó “con dolor y toda responsabilidad” el secuestro a motivaciones políticas, y responsabilizó al ministro del Interior, general Miguel Rodríguez Torres, de lo que le pudiera suceder a ella y a su entorno.

Precisamente el ministro Rodríguez había insinuado horas antes que el secuestro podría tener un origen político, pero de signo contrario, al recordar que cerca del lugar del suceso se desplegaba entonces una guarimba o barricada opositora.

También el miércoles se registró otro revés para la libertad de prensa en Venezuela. Un cargamento de papel prensa para 15 días de impresión, enviado por la asociación de diarios colombianos en solidaridad con tres de sus pares venezolanos —El Nacional y El Nuevo País de Caracas, así como El Impulso de Barquisimeto— permanecía varado en un puesto fronterizo de la Guardia Nacional venezolana, en el Estado de Zulia.