Kiev intenta recuperar el control en el este del país
Kerry acusa a Moscú de haber enviado "provocadores" en el este de Ucrania para crear el "caos" Al menos 60 personas estan retenidas en el edificio del servicio de seguridad estatal en Luhansk
Manifestantes prorrusos, exaltados por el apoyo del Kremlin, mantuvieron ayer su desafío a las autoridades de Kiev en las regiones del este de Ucrania, sobre todo en Donetsk, Járkov y Lugansk. Los forcejeos entre unos y otros hacían oscilar el equilibrio, ora de un lado ora del otro, en una situación que sigue tensa e inestable.
En Donetsk, la capital de la provincia industrial del mismo nombre, los afines a Moscú seguían atrincherados en la sede de la Administración regional, en torno a la cual levantaron barricadas, según informó por teléfono un colega de la televisión local. Las fuerzas de seguridad abandonaron la plaza, en la cual se habían concentrado varios miles personas, entre ellas mujeres y niños, afirmaba la fuente, asegurando que más allá del edificio público y la zona circundante la situación era tranquila.
Los objetivos de los prorrusos que se manifiestan en Donetsk no son comunes al cien por cien, aunque todos reclaman “la ayuda de Rusia”, así como un referéndum sobre el estatus de la región y la federalización de Ucrania. “En el interior de la Administración regional hay una docena de grupos, cada uno con su líder, y no pueden ponerse de acuerdo entre ellos”, explicaron fuentes desde Donetsk. El lema de la “República de Donetsk” pertenece a un grupo denominado “Patriotas de Donbás” (Donbás es el nombre abreviado de la cuenca carbonífera donde está Donetsk).
“Una parte de los manifestantes se decanta por la incorporación de la región a Rusia y otra parte, por mantenerse en una Ucrania federalizada”, señaló la fuente.
Las autoridades sí lograron retomar ayer en Járkov el control de la sede de la Administración regional, tomada por activistas prorrusos, que apedrearon además un autobús de la policía. La operación concluyó con varios heridos y 70 detenidos. El ministro del Interior de Ucrania, Arsén Avákov, ha prometido echar al 30% de la plantilla de los órganos de seguridad en Járkov después de comentar que uno de los agentes de las tropas de intervención especial, las Berkut, llevaba la cinta de san Jorge, característica de los prorrusos. En la misma ciudad, el candidato presidencial del derrocado partido de las Regiones (PR), Mijaíl Dobkin, aseguró que no apoya el separatismo y manifestó que Járkov es “una parte inseparable de Ucrania”.
Tras la crisis de poder provocada por la huida de Víctor Yanukóvich y el fracaso del acuerdo con la oposición del 21 de febrero, las autoridades ucranias han convocado unas elecciones presidenciales para el 25 de mayo. La agitación de los sectores prorrusos parece dirigida a obtener el máximo de ventajas posibles antes de que se celebren los comicios, si es que llegan a celebrarse, ya que existe una gran incertidumbre debida a la actitud del Kremlin, que aparentemente sigue ignorando las voces internacionales que le piden que retire sus tropas de sus confines occidentales. Rusia se ha negado a participar en consultas en el marco de la OSCE sobre la actividad militar en sus fronteras, según la agencia liga.net.
Tras el referéndum y la anexión de Crimea, el “programa” mínimo del Gobierno ruso para Ucrania consiste en la federalización del país, la cooficialidad del idioma ruso con el ucraniano y un estatus de neutralidad que impida su ingreso en la OTAN. Los dirigentes de Kiev rechazan esta plataforma como una injerencia. El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, y el ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, han convocado para la semana que viene una conferencia en la que además de EE UU y Rusia participarán también representantes de la UE y de Ucrania. Las autoridades en Kiev están en contra de que al encuentro asistan representantes regionales, tal como quiere Lavrov.
En Kiev, la Rada Suprema (el Parlamento) elevó las penas por los delitos de traición al Estado, espionaje y atentado contra la integridad territorial del país. El ministerio de Exteriores de Ucrania acusó a Rusia de intentar poner en práctica la “segunda etapa de la ocupación del país” (después de Crimea) y le exigió que comience a rebajar la tensión.
En Lugansk los separatistas han minado el edificio del Servicio de Seguridad y han tomado 60 rehenes, según informó el servicio informativo Liga.net.
Las autoridades de Ucrania creen que en las ocupaciones de edificios oficiales de Járkov, Donetsk y Lugansk por parte de activistas han sido robadas una gran cantidad de armas.
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