China acusa de corrupción a un exgeneral
Gu Junshan fue subdirector del departamento de logística del Ejército Popular de Liberación
La campaña contra la corrupción puesta en marcha por Xi Jinping desde que llegó a la secretaría general del Partido Comunista Chino (PCCh) en noviembre de 2012 y a la presidencia del país en marzo de 2013 se ha cobrado un nuevo ‘tigre’, nombre dado a los altos funcionarios del PCCh y del Gobierno sospechosos de incumplir la ley.
Pekín ha acusado de corrupción a Gu Junshan, un teniente general que era subdirector del departamento de logística del Ejército Popular de Liberación (EPL) hasta que fue destituido en 2012, según ha informado la agencia oficial Xinhua. Gu, de 57 años, ha sido acusado formalmente de corrupción, aceptar sobornos, uso inapropiado de fondos públicos y abuso de poder. Será juzgado por un tribunal militar, seguramente a puerta cerrada. Se trata del mayor escándalo que afecta a un militar chino desde que, en 2006, un vicealmirante, Wang Shouye, fue condenado a cadena perpetua por malversar 160 millones de yuanes (18,7 millones de euros al cambio actual).
Gu estaba sometido a investición desde que fue expulsado de su cargo en el departamento logístico del EPL. Otro ex alto cargo, Xu Caihou, de 70 años, que se jubiló de la vicepresidencia de la poderosa Comisión Militar Central el año pasado y del Politburó en 2012, está virtualmente bajo arresto domiciliario y ha estado colaborando en la investigación a Gu Junshan, según fuentes sin identificar citadas por la agencia Reuters, que asegura también que Gu vendió cientos de puestos en el Ejército, lo que le permitió acumular millones de dólares. Xu, que fue uno de los principales artífices del ascenso de Gu en el Ejército, ha sido implicado por ignorar, o, en cualquier caso, por no informar sobre las ilegalidades de este.
La respetada revista china Caixin dijo en enero pasado que los investigadores habían confiscado diferentes objetos, incluida una estatua de Mao Zedong de oro macizo, en la mansión que Gu tenía en la provincia central del Henan. El exgeneral también logró favores profesionales para los miembros de su familia, incluido su hermano Gu Xianjun, que fue detenido en agosto pasado por corrupción. La revista afirma que Gu contrató a escritores para inventar relatos históricos sobre las hazañas revolucionarias de su padre con objeto de reforzar su imagen a los ojos de la aristocracia roja, los descendientes de los héroes de la revolución maoísta.
En enero de 2013, Xi Jinping dijo en una reunión de la Comisión Central de Inspección de la Disciplina del partido que la lucha contra la corrupción debe alcanzar a “tigres” y “moscas”, en referencia a funcionarios de todos los niveles.
En los dos últimos años, se ha producido un reguero de detenciones y condenas. El caso más representativo de “tigre” es Bo Xilai, exsecretario del partido comunista en la municipalidad de Chongqing y exmiembro del Politburó, que en septiembre pasado fue sentenciado a cadena perpetua por aceptar 20,4 millones de yuanes (2,4 millones de euros) en sobornos, malversar cinco millones de yuanes (584.000 euros) y abuso de su poder en relación con el asesinato por parte de su esposa de un hombre de negocios británico amigo de la familia.
Los líderes chinos consideran la corrupción una amenaza para la supervivencia del partido, lo que les ha llevado a emprender en paralelo una cruzada contra el lujo y la ostentación de riqueza, ya que consideran que es fuente de sobornos y abusos.
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