Alfombra roja para la primera visita del presidente chino a Europa
Xi Jinping visita Holanda, Francia, Alemania y Bélgica para reforzar las relaciones
A finales de marzo de 2013, cuando apenas se habían apagado en el Gran Palacio del Pueblo de Pekín los ecos de los aplausos con los que los parlamentarios saludaron el nombramiento de Xi Jinping como presidente de China, el recién elegido jefe de Estado se embarcó en su primer viaje al extranjero como máximo mandatario del país. Fue a Rusia y varios países de África (Tanzania, Sudáfrica y la República del Congo), en una gira que fue vista como un reflejo de la suma importancia que otorga la segunda economía del mundo a su relación con Moscú y los países fuente de suministro de gas, petróleo y otros recursos minerales, que tanto precisa China para garantizar su seguridad energética.
Un año después, Xi Jinping se encuentra de nuevo de viaje. Pero esta vez, en Europa, y acompañado de su esposa, Peng Liyuan, en un recorrido que comenzó el sábado pasado en Holanda, y le llevará también a Francia -donde está este miércoles-, Alemania, Bélgica y la sede de la Unión Europea (UE) en Bruselas. Se trata de la primera visita de Xi Jinping como jefe de Estado a Europa y también a Holanda, donde ha participado en la III Cumbre de Seguridad Nuclear, que tuvo lugar el lunes y el martes en La Haya.
Con el viaje, Xi pretende afianzar las relaciones económicas con Europa y abordar una amplia agenda política internacional, en un momento en el que Pekín busca incrementar su peso fuera de su tradicional zona de influencia, Asia. China ve a Europa con menor suspicacia que a la potencia hegemónica estadounidense.
El grupo formado por los 28 países de la UE constituye el primer socio comercial de Pekín, pero las relaciones son tensas en ocasiones. Es el caso de las acusaciones mutuas, el año pasado, de dumping (venta por debajo de coste) sobre los paneles solares chinos y el vino europeo. China anunció la semana pasada –en vísperas del viaje de Xi- que había puesto fin a la investigación sobre las importaciones de vino tras haber alcanzado un acuerdo con los productores europeos. La disputa solar fue resuelta el año pasado. Pekín ve también en Europa un socio con el que incrementar el valor añadido de su actividad manufacturera y sus servicios.
La crisis en Ucrania ocupa un lugar destacado en el viaje del mandatario chino, que se produce una semana después de que Pekín se abstuviera en una resolución impulsada por los países occidentales en el Consejo de Seguridad de la ONU para condenar el referéndum en Crimea de unión con Rusia, en lugar de vetarla como hizo Moscú.
Xi se reunió el lunes con el presidente estadounidense, Barack Obama, en el marco de la Cumbre de Seguridad Nuclear de La Haya, y abordaron la situación en Ucrania, la desnuclearización de Corea del Norte, las tensiones territoriales marítimas en Asia, el cambio climático y formas de incrementar la cooperación militar mutua. Según la Casa Blanca, Xi aseguró a Obama que China quiere una solución política en Ucrania y reafirmó el principio de soberanía nacional e integridad territorial. Pero Washington sugirió que Estados Unidos y China tienen posiciones diferentes sobre la aplicación de medidas de castigo, como sanciones, a Moscú.
La visita a la sede de la Unión Europea, el 31 de marzo, “trazará el itinerario de las relaciones entre China y la UE e impulsará las relaciones China-UE para un mayor desarrollo de forma madura, estable y beneficiosa para ambas partes”, afirmó el viceministro de Exteriores Wang Chao en rueda de prensa días antes del inicio del viaje de Xi. Será la última etapa de una gira, con alfombra roja, en la que los acuerdos económicos marcarán, una vez más, la agenda del líder chino.
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