Obama recibirá al primer ministro ucranio en la Casa Blanca el miércoles
EE UU ha advertido a Rusia de que cualquier paso a favor de la anexión de Crimea podría cerrar las puertas a una solución diplomática del conflicto
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, recibirá el próximo miércoles en la Casa Blanca al primer ministro en funciones de Ucrania, Arseni Yatseniuk, El encuentro refrenda el reconocimiento del la Administración norteamericana de la legitimidad del Gobierno interino ucranio, cuestionado por el Kremlin, en medio de un repunte de la tensión en la región de Crimea a cuenta de un referéndum secesionista que Washington ya ha anunciado que no reconocerá. La reunión se ha anunciado un día después de que el secretario de Estado, John Kerry, advirtiera a su homólogo ruso, Sergey Lavrov, de que cualquier paso a favor de la anexión de Crimea podría cerrar las puertas a una solución diplomática del conflicto.
El portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, ha señalado en un comunicado que los mandatarios “tratarán sobre el modo de encontrar una solución pacífica a la intervención militar de Rusia en Crimea que pueda respetar la soberanía Ucrania y su integridad territorial”. Yatseniuk tiene previsto aterrizar en Washington el miércoles para abordar con distintas autoridades del país la situación que afronta su país. Con este encuentro, Obama lanza un mensaje de claro el respaldo al actual Gobierno interino ucranio la misma semana en la que se enfrenta al desafío de la consulta sobre la separación de Crimea, respaldada por el presidente ruso, Vladimir Putin.
“Si se celebrara una consulta que separara Crimea de Ucrania y la integrara en Rusia, EE UU no lo reconocería y tampoco lo haría la mayor parte del mundo”, ha indicado este domingo en varios medios de comunicación el vice asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Tony Blinken, en un eco de las declaraciones que el presidente estadounidense ofreció el jueves pasado al respecto. Una posición que comparten la mayoría de los líderes mundiales con los que ha conversado telefónicamente Obama a lo largo del fin de semana. Todos rechazaron la proposición de un referéndum secesionista por parte del Parlamento de la región de Crimea por “violar la Constitución ucrania”, de acuerdo con Blinken.
El sábado, el presidente de EE UU conversó con sus homólogos británico, alemán, francés e italiano y habló conjuntamente con los presidentes de Lituania, Estonia y Letonia para coordinar una estrategia con los líderes europeos que garantice el respaldo a Ucrania, ahonde en el aislamiento internacional ruso y aumente la presión contra las aspiraciones anexionistas de Moscú. En la ronda telefónica, los mandatarios coincidieron en la necesidad de formar un grupo de contacto para tratar de encauzar el diálogo entre Moscú y Kiev y terminar con la tensión en la región.
Washington y Bruselas siguen apostando por las sanciones económicas y la vía diplomática para solucionar el conflicto, pero la actitud del Kremlin, que lejos de contener su presencia en la península de Crimea ha intensificado las hostilidades, está cerrando las puertas del camino pacífico. El sábado, Kerry aconsejó a Lavrov, en su cuarta conversación consecutiva en cuatro días, que Rusia debía refrenar el grado de beligerancia. “Dejó claro que el incremento de la presencia militar y de las provocaciones en Crimea o en cualquier otra zona de Ucrania, así como los pasos para anexionar Crimea a Rusia, reducirían el espacio para la diplomacia”, ha señalado un funcionario del Departamento de Estado.
Aunque el Congreso ha demostrado su respaldo a esa vía diplomática, dando la bienvenida a las sanciones adoptadas por la Casa Blanca y aprobando, ellos mismos, paquetes de ayuda significativos para Ucrania, muchos consideran que es esa estrategia de Obama y su falta de firmeza en otros conflictos lo que ha determinado a Moscú a actuar como lo ha hecho en Ucrania. “Los pasos que no hemos dado en los últimos tres o cuatro años han llevado a Putin a pensar que él podría hacer lo que quisiera porque no iba a encontrar ningún tipo de reacción contundente por nuestra parte”, señaló esta semana el líder del Partido Republicano en el Congreso, John Boehner. Muchos legisladores han mostrado su preocupación sobre las consecuencias que pueden derivarse si las respuestas de EE UU y la UE no surten el efecto disuasivo que pretenden.
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