Brasil en la cola de la alfabetización
Un informe de la Unesco sitúa el país en el grupo que responde por el 72% de analfabetos del mundo. Un 20% de la población era analfabeta funcional en 2009, según el último censo nacional
El último informe de la UNESCO, que evalúa el sistema de educación en 150 países, relega a Brasil a una de las peores posiciones respecto a la alfabetização de sus habitantes. Según la pesquisa de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, Brasil es el octavo país del mundo con mayor número de analfabetos adultos. Del total de 774 millones de adultos que no saben ni leer ni escribir en el mundo, el 72% se concentran en diez países. India, China y Pakistán lideran la lista. El resultado es solo un 1% mejor que el de 2000.
Brasil tiene 13,2 millones de analfabetos con 15 años o más, según una encuesta nacional llamada Pnad, publicada en 2012. El número es mayor que la población de la ciudad de São Paulo. Según esos datos, Brasil respondería por menos del 2% de los analfabetos en el mundo. Sin embargo, esa cifra supone que un 8,7% de la población está sin alfabetizar, lo que sitúa a Brasil lejos de cumplir la meta del 6,7% hasta 2015, que acordó con la ONU .
“Lo que llama más la atención es ese número de analfabetos nada despreciable. Eso tiene impacto en el país y en la vida de cada una de esas personas. Claro que la inversión en la educación de los niños se aprovecha mucho más. Ahora, el adulto también necesita tener capacidad. Un adulto sin saber leer ni escribir es un ciudadano excluido”, explica Priscila Cruz, coordinadora de la organización Todos por la Educación.
El informe, sin embargo, destaca varios avances de Brasil en cuestión de educación. “Cada país tiene diferentes métodos para redistribuir los recursos”, dice el documento. En Brasil, por ejemplo, se garantiza un gasto mínimo por alumno, dando prioridad las escuelas de áreas rurales, y priorizando grupos con altos índices de marginación como los indígenas”.
Sobre la capacidad de los países para destinar recursos a la educación, la UNESCO, compara el país con India, décima economía del mundo. En Brasil, sexta economía mundial, los impuestos equivalen al 24% del PIB, mientras en India suponen el 16%. Según la Unesco, esa gran diferencia es clave para que Brasil haya avanzado en la calidad de su educación y en la reducción de la desigualdad y ayuda a explicar como el país invierte diez veces más que India por niño en la educación primaria. Según el informe, en 2011, Brasil gastó en educación 18% del total de su presupuesto.
El informe elogia iniciativas del Gobierno, como el Ideb, indicador de calidad de la educación básica en el país. En el documento, se refiere a él como una "herramienta-clave" para estrategias en el área. Pero esa transparencia no impera en otras cuestiones. La UNESCO pregunta en el informe qué países tiene más de un millón de niños fuera de la escuela y Brasil queda fuera de la encuesta por no contar con datos oficiales sobre la materia.
Otro asunto que la Unesco considera importante es el salario de los profesores. En Latinoamérica, dice el informe, los profesores cuentan con salarios por encima del umbral de la pobreza, pero sus nóminas no son compatibles con las de profesiones de otras áreas con el mismo nivel de cualificación. En 2007, profesionales y técnicos con características similares ganaban un 43% más que un profesor de primaria en Brasil, en Perú, esa diferencia es del 50%. Precisamente, una de las banderas de las manifestaciones de junio en Brasil fue una mayor valorización de los profesionales de la educación (“Brasil, vamos a despertar, un profesor vale más que Neymar”, fue uno de los carteles con más éxito).
Analfabetos funcionales
Aunque Brasil no va a alcanzar la meta marcada para 2015 de reducir el número de analfabetos del 8,7% actual al 6,7%, los avances en las últimas dos década son visibles en las estadísticas del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística. En 1991, los analfabetos suponían 20,1 % de la población.
El problema es que aún habiendo alcanzado niveles más aceptables, Brasil arrastra una masa importante de analfabetos funcionales, es decir, que no completaron cuatro años de enseñanza básica. La última serie del IBGE ilustra que en 2001, el 27% de la población respondía por estas características. En 2009, todavía un 20% estaba en esta categoría.
“Lo principal es avanzar en la calidad de la enseñanza. Hay un desinterés histórico respecto a la educación. La calidad de enseñanza en este país es pésima. Aunque los adultos o los niños que pasaron por la escuela, y que hasta concluyeron el bachillerato, tienen dificultades para la comprensión de un texto. La educación no tiene una política única, resolver el acceso es más simple, es construir escuelas. Pero garantizar que el alumno aprenda es un desafío mayor", concluye Priscila Cruz, de Todos por la Educación.
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