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Tribuna
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El ejemplo de México

Aún es pronto para saber si las reformas de 2013 convertirán al país en la nueva estrella del mundo emergente

De todas las cosas que pasaron en 2013 en Latinoamérica, la que podría tener un impacto más positivo —si se implementa bien— es el Pacto por México de los tres principales partidos políticos mexicanos para aprobar reformas de fondo para acelerar el desarrollo del país.

Es cierto que el Pacto por México ya ha sido quebrado, luego de que la izquierda lo abandonara en protesta contra la reforma energética que abrirá sectores de la industria petrolera al sector privado por primera vez en 70 años.

Y también es cierto que las reformas políticas, educativas, laborales, de telecomunicaciones, fiscal y energética recientemente aprobadas por el Congreso mexicano en base al Pacto podrán ser diluidas en los próximos meses a la hora de dictarse las leyes secundarias para implementarlas.

Asimismo, no hay duda de que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) del presidente Enrique Peña Nieto, que abandera las nuevas reformas, merece recibir medallas a la mezquindad y la hipocresía políticas por haber bloqueado sistemáticamente esas mismas reformas cuando estuvo en la oposición, los últimos 12 años.

Pero el hecho es que, en 2013, México fue el único país de las Américas incluyendo a Estados Unidos —en el que el Gobierno y la oposición rompieron décadas de polarización y estancamiento político para aprobar profundas reformas económicas, políticas y educativas.

Ese no es un logro menor en una región en la que algunos presidentes, como el de Venezuela, todavía se refieren a sus opositores pacíficos como “enemigos de la patria”, y donde algunos bloques legislativos, como el de los republicanos del Tea Party en EE UU, parecen dispuestos a paralizar el país con tal de bloquear cualquier acuerdo con el Gobierno.

Uno puede estar de acuerdo o en desacuerdo con cada una de las reformas del Pacto por México, pero no hay duda de que el paquete total de los acuerdos ha quebrado décadas de parálisis política en México. Fíjense en lo que ha logrado el Pacto en 2013, antes de su virtual disolución por la salida del partido de izquierda:

— Reforma educativa: Los tres partidos aprobaron en septiembre una ley que acabará con el control del todopoderoso sindicato de maestros sobre la educación.

— Reforma fiscal: El Congreso aprobó una ley que aumenta los impuestos a los más ricos. México es uno de los países latinoamericanos con menor recaudación fiscal.

— Reforma energética: Cambiará la Constitución para permitir que empresas privadas trabajen con el gigante estatal Pemex en la exploración y explotación de nuevos campos petroleros. Se espera que este cambio genere miles de millones de dólares de inversiones extranjeras.

Mi opinión: Todavía es muy temprano para pronosticar si las reformas de 2013 convertirán México en la nueva estrella del mundo emergente. Mucho dependerá de si Peña Nieto será capaz de impedir que sus reformas sean diluidas por intereses sectoriales a la hora de implementarlas.

Pero México ha dado una lección de civismo, que muchos países del hemisferio deberían imitar. ¡Qué bueno sería ver un Pacto por Argentina, un Pacto por Venezuela y un Pacto por Estados Unidos en 2014! En México parecía imposible, y sin embargo se logró. ¡Felices fiestas!

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