Navidad en bermudas y ‘vitel toné’
La celebración en el verano argentino mezcla diversas tradiciones
A los acostumbrados a las blancas Navidades lo primero que les llama la atención de la celebración de Nochebuena en Argentina es el calor y la vestimenta que la acompaña, desde remeras (camisetas), bermudas y ojotas (chanclas) para los varones y musculosas, minifaldas y sandalias para las mujeres. Sin embargo, las cenas son generosas en calorías, como si se estuviese en invierno. Mucho de lo que se come es de tradición italiana, como la ascendencia de una parte importante de los argentinos: desde el vitel toné (ternero atunado), típico de Piamonte, hasta el pan dulce (panettone). También hay tradiciones españolas como el turrón.
Está claro que no es la mismo Navidad en cada rincón de Argentina, tan extensa como cinco veces España, ni en las distintas clases sociales. Es recordado que los primeros Gobiernos de Juan Domingo Perón (1946-1955) repartían entre los pobres sidra y pan dulce. Todavía en la actualidad los gobiernos provinciales o municipales lo hacen, sean o no peronistas. No es anormal que los supermercados vecinos de barrios pobres también repartan alguna canasta navideña.
En 1973, uno de los rockeros más populares de Argentina, León Gieco, compuso el tema La Navidad de Luis, que cuenta la historia de una patrona que le regala a su empleado “un pan dulce y un poco de vino/ya que no puedes comprar”. Después, le dice: “Mañana no vengas a trabajar/que el pueblo estará de fiesta/y no habrá tristezas”. Él le responde: “Señora, gracias por lo que me da/pero yo no puedo esto llevar/porque mi vida no es de Navidad”.
En contraste, en los últimos años los centros comerciales instalados en barrios ricos y de clase media suelen quedar abiertos durante la noche del 23 de diciembre. Ofrecen ofertas importantes y así este año han conseguido mejorar las ventas de 2012. La mayoría de los regalos en las fiestas en Argentina los entrega Papá Noel (Santa Claus) tras la cena familiar de Nochebuena, después del brindis con sidra o champán de la provincia argentina de Mendoza. Adultos y niños abren entonces sus presentes. En cambio, en Reyes solo reciben unos pocos juguetes los más pequeños.
La cena del 24 de diciembre suele reunir a las familias, desde hijos y padres hasta abuelos, tíos, sobrinos y primos. Son noches de calor en las que muchos cenan un tradicional asado (barbacoa) de carne vacuna, pero otros prefieren pavo o lechón (cochinillo). Como entrada suele aparecer el vitel toné y de postre, helado. Hay quienes después del brindis de la medianoche lanzan fuegos artificiales en sus casas o salen a alguna fiesta con amigos, pero estas costumbres son más típicas de la Nochevieja.
Los más religiosos participan de celebraciones en los templos. El 76% de los argentinos es católico. Los que son practicantes asisten a la misa de gallo, que en las iglesias se celebran a las 20 o 21, antes de que la feligresía se junte en sus cenas familiares. En algunos templos se festeja la llamada Navidad solidaria, se abren las puertas a los indigentes que viven en la calle o a los que están solos para que coman allí con los sacerdotes y laicos voluntarios.
También es un día de fiesta para otros cristianos. En Argentina, el 9% es evangélico; el 1,2%, testigo de Jehová y el 0,9%, mormón. En este país vive la comunidad judía más grande de Latinoamérica, pero representa solo el 0,4% de la población argentina. Muchos judíos cenan en Nochebuena como cualquier otro día, pero algunos se unen a festejos de amigos o parientes en el caso de familias mixtas. Otro 11,3% de los argentinos es agnóstico, ateo o sin religión, mientras que el 0,8% pertenece a otras creencias.
El 25 de diciembre continúa la fiesta con más almuerzos familiares. Los encuentros de estos días también sirven para despedir el año que se va y para iniciar las vacaciones del verano austral. En Argentina, el principal mes de descanso es enero, aunque muchos también optan por febrero.
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