La polio reaparece en Siria y la OMS teme que se extienda por la región
El conflicto revive una enfermedad que se considera endémica solo en un puñado de países subdesarrollados. Las zonas asediadas se enfrentan a hambruna e infecciones
La poliomielitis, una enfermedad infecciosa e incurable que provoca atrofia y parálisis de los músculos, ha reaparecido en Siria tras 31 meses de conflicto. La ha detectado la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 10 niños menores de dos años en Deir el Zor, provincia en el noreste del país contestada por los rebeldes. En un conflicto que ha provocado ya seis millones de desplazamientos, el temor de las organizaciones humanitarias es que el virus que la provoca se extienda por la región. Siria se creía libre de poliomielitis desde 1999. Mientras siguen el conflicto y los asedios a zonas rebeldes, el régimen de Bachar el Asad presentó el domingo un inventario final de sus arsenales químicos que, según se supo este martes, concuerda con las estimaciones de la inteligencia occidental, demostrando la disposición de Damasco de destruirlos dentro de plazo.
La OMS recibió hace dos semanas informes de un tipo de parálisis asociada a la poliomielitis en al menos 22 niños de Deir el Zor. Sus técnicos tomaron muestras a los afectados y las analizaron en un laboratorio de Túnez. Al menos 10 han dado un resultado positivo a la prueba del virus responsable. De los 12 casos restantes aún no hay resultados. Según Oliver Rosenbauer, portavoz de la OMS, existe un gran riesgo de que la dolencia “pueda expandirse a otras áreas, con un elevado riesgo de que se propague por la región”. De los seis millones de desplazados que suma el conflicto, dos millones han huido al extranjero, sobre todo a países vecinos como Jordania o Líbano. La OMS ha revelado en un informe que si en 2010 se vacunaba a un 91% de niños sirios contra la poliomielitis, esa cifra el año pasado cayó a un 68%.
Hoy la poliomielitis es endémica solo en países como Afganistán, desde donde han acudido a luchar a Siria numerosos yihadistas. El riesgo de propagación de enfermedades infecciosas que se creían casi erradicadas ha provocado el lanzamiento de una campaña internacional destinada a vacunar, en los próximos seis meses, a 1,6 millones de niños sirios contra poliomielitis, sarampión, rubéola y paperas. Considera UNICEF que medio millón de niños no han recibido las inmunizaciones necesarias desde que comenzó la revuelta contra el régimen de El Asad. “Vacunar a niños es un gesto no político en su naturaleza y no tiene conexión con consideraciones militares”, dijo al término de una visita a Damasco el director ejecutivo de ese programa de la ONU, Anthony Lake.
Este martes, la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) reveló que Siria ha declarado 41 depósitos en 23 instalaciones que conforman su arsenal químico, con un total de 1.300 toneladas agentes tóxicos, además de 1.230 proyectiles no rellenados con sustancias venenosas. Esas cantidades están en consonancia con las estimaciones de la inteligencia de EE UU e Israel. Los inspectores ha visitado 21 instalaciones y a las otras “no han llegado por razones de seguridad”, según ha dicho la institución en un comunicado. El miércoles vence el plazo para que ese equipo de inspectores haya destruido los laboratorios y haya acabado con la capacidad de Siria de producir más armas químicas.
Posteriormente, el régimen deberá destrozar él mismo sus arsenales. El plazo dado por el Consejo de Seguridad de la ONU es junio de 2014, aunque Damasco no dispone de la tecnología para hacerlo. Estados Unidos ha pedido a varios gobiernos aliados que acepten parte de las reservas para destrozarlas en su territorio. De momento, sólo Noruega ha respondido públicamente, rechazando hacerlo por motivos de seguridad. “Los requerimientos logísticos de mover tan grandes cantidades de armas químicas en largas distancias son enormes”, explica Ralf Trapp, experto en armas químicas y miembro fundador de la OPAQ. “Ese tipo de transporte debe planificarse de forma cuidadosa y es necesario tomar precauciones para enfrentarse a cualquier accidente o pérdida”.
Este martes, con la mediación de la Cruz Roja y la Media Luna Roja Siria, cientos de civiles atrapados pudieran escapar del asedio a Muadamiya, una localidad en las afueras de Damasco que lleva cercada por el régimen más de 300 días. La Coalición Nacional Siria, principal grupo opositor moderado, estimaba que quedaban allí 2.000 civiles, sobre todo niños y mujeres. “Los más vulnerables se enfrentan a una muerte segura si se quedan en el área asediada sin acceso a comida, agua o los medicamentos necesarios para sobrevivir”, asegura Bayan Khatib, portavoz de ese grupo opositor. “Nos preocupa ahora que los civiles evacuados se enfrenten a interrogatorios y detenciones”.
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